Jóvenes venezolanos en situación de calle encontraron un nuevo y peligroso modo de sobrevivir con la venta de “prendas valiosas” halladas en el río Guaire, el principal afluente que atraviesa Caracas que puede ocasionar enfermedades letales.
Caracas cuenta con “garimpeiros” que buscan prendas y hasta piezas de oro que se pierden por las tuberías de los hogares, para luego revenderlas; pero para encontrarlas se obligan a explorar en un río de aguas negras.
Aunque en 2005 Hugo Chávez prometió que los venezolanos podrían bañarse en el río Guaire por un supuesto saneamiento, este nunca se hizo y ahora algunos caraqueños se sumergen en él, pero arriesgando sus vidas.
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El Guaire, que fue escenario de huída en las protestas antigubernamentales a mediados de 2017, se convirtió en una fuente de ingresos para quienes no tienen empleo ni hogar en el país con la inflación más alta del mundo, y los salarios más bajos de la región.
El río está altamente contaminado con aguas residuales domésticas e industriales que desembocan a diario en él; pero los “garimpeiros” capitalinos han decido refugiarse en él para hacerse de alguna prenda de valor y sobrevivir con su venta a la actual crisis económica.
El diario El País califica al río Guaire como “las cloacas de Caracas, el lugar a donde van a parar todas las aguas fecales de la ciudad, tiñendo de color marrón su recorrido e inundando el ambiente de un hedor nauseabundo a su paso”.
Los jóvenes se sumergen en el río y luego emergen con barro en las manos, el cual “desmenuzan para buscar el preciado tesoro”: “Han encontrado relojes y hasta armas de fuego entre otros objetos metálicos”.
“Se sorprendería de la cantidad de joyas que se cuelan por los desagües de las casas y van a parar a las alcantarillas. Nosotros las recogemos mezcladas con las toneladas de porquería que se vierten en el cauce todos los días”; dijo a el diario El País uno de estos jóvenes.
Y es que el diario español revela que con las ventas del gramo de oro provenientes de las prendas encontradas, algunos pueden mantener a sus familiares.
“Con el dinero que gano aquí me da para vivir y mantener a mi familia, pero me gustaría dedicarme a otra cosa. El olor es insoportable y no te lo quitas nunca de encima”; aseguró otro de los “mineros” del Guaire.
Pero sumergirse en el Guaire también es una actividad de alto riesgo por las decenas de enfermedades que puede provocar como la leptospirosis o la hepatitis viral, infecciones gastrointestinales, dermatitis, conjuntivitis, entre otras afecciones.
Pero este es el riesgo que asumen decenas de venezolanos en un país donde no hay oportunidades de crecimiento; pues la nación suramericana está sumida en una crisis económica enmarcada también por la escasez de alimentos y medicamentos.
Mientras Nicolás Maduro niega la crisis humanitaria, para la población en ese país se ha vuelto una necesidad lograr ingresos rápidos para poder “sobrevivir”, pues los precios de la canasta básica aumentan todos los días.
De acuerdo con el reconocido economista Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Johns Hopkins, la inflación anual en Venezuela es de 3.826,45 %.
El país suramericano se ha convertido en un desastre humanitario impulsado por políticas económicas del régimen socialista que han causado que la única moneda de circulación legal, el bolívar, se desplome; mientras el valor del dólar sube como la espuma tras poderse adquirir solo en el mercado negro. Hasta este lunes 27 de noviembre los venezolanos pagan 85.500 bolívares por cada dólar.
Lo cierto es que el alto costo de vida en Venezuela se agudiza tras un desabastecimiento generado por la ausencia de divisas para importaciones, en un país que ya no produce ni medicinas ni alimentos básicos.
Para el mes de diciembre los venezolanos necesitarán al menos 20 salarios mínimos integrales para cubrir su canasta alimentaria.