Hugo Chávez expropió en 2011 las cadenas de supermercados Cada y Éxito, con las que unilateralmente creó la Red de Abastos Bicentenario; siete años después, la empresa en manos del Estado está al borde de la quiebra.
Este lunes 27 de noviembre se conoció que luego del evidente fracaso estatal, Abastos Bicentenario regresará al “sector privado”, pues actualmente 62% de los locales se mantienen cerrados y los que están abiertos están prácticamente vacíos con pocos productos con elevados precios.
Se desconoce quiénes serán los compradores interesados, pues fuentes ligadas al régimen aseguran que la estrategia es convertir la cadena de supermercados en tiendas CLAP, un programa chavista de distribución y venta de alimentos.
Los locales que aún permanecen abiertos venden los mismos productos y al mismo precio que los establecimientos privados y solo se consiguen productos de Brasil, Turquía y Alemania.
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Jorge Lastra, directivo del sindicato de Rabsa (Red de Abastos Bicentenario) dijo al diario El Nacional que el hecho de que las tiendas estén a punto de clausura se debe a “las políticas equivocadas”; razón por la cual se inició un proceso para vender la red a un “grupo privado”.
Expropiaron Cativen, pagaron por ello alrededor de 600 millones de $ al Grupo Casino, le pusieron el pomposo nombre de Abastos Bicentenario, lo quebraron y ahora liquidarán los activos para tiendas CLAP. A quién se beneficiará?
— Roberto Deniz (@robertodeniz) November 21, 2017
El pasado 9 de noviembre, se publicó en Gaceta Oficial la “venta y permuta” de bienes públicos de Abastos Bicentenario.
Según el portal web El Estímulo, la inminente quiebra de la red de alimentos tiene un trasfondo político, y será convertirlo en tiendas CLAP, las mismas que venden con sobreprecio los alimentos importados por el Estado.
La estrategia del régimen sería cerrar la cadena por supuesta remodelación pero al final no abrir más y liquidar al personal.
Lo que hay detrás de los CLAP
La fiscal general de Venezuela en el exilio, Luisa Ortega Díaz, ya había advertido que Nicolás Maduro sería dueño de una de las empresas que vende los alimentos con sobreprecio a los venezolanos.
El mandatario que ante el mundo ha asegurado “defender a los pobres”, estaría beneficiándose de la necesidad de los venezolanos.
El pasado primero de agosto, el diario mexicano Excelsior publicó un reportaje en el cual asegura que Nicolás Maduro vende alimentos en Venezuela con sobreprecio de hasta 112 %.
Entre las empresas elegidas por el gobierno de Maduro para importar alimentos desde México destaca Postar Intertrade Limited, cuyo dueño es Samark López Bello, testaferro del vicepresidente de Venezuela, acusado por Estados Unidos de estar vinculado con el narcotráfico y el terrorismo.
Pero otra de las empresas vinculadas y que vendería con sobreprecio a los pobres es Group Grand Limited, de la cual Maduro sería propietario.
Group Grand Limited funge como una empresa intermediaria comprando los alimentos en México y vendiéndolos a Venezuela.
Según Excelsior, si se cruza el precio reflejado en las facturas a través del Sistema de Información Arancelaria Vía Internet, se aprecia que armar la caja de los CLAP en suelo mexicano costó unos 16 dólares, mientras que Group Grand Limited la revendió por 34 dólares.
Los únicos productos que los venezolanos pagaron a un precio similar al reportado por México para sus exportaciones a Venezuela, según las facturas de la empresa, fueron: leche en polvo, azúcar y aceite vegetal.