El gobierno de Donald Trump está invirtiendo casi USD $1 millón para lograr un cambio de gobierno en Venezuela a través de una oficina “poco conocida” en el Departamento de Estado de Estados Unidos.
De acuerdo con el diario estadounidense El Nuevo Herald, la oficina busca “promover la paz” en el país suramericano y buscar una salida no violenta a la crisis.
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Fuentes ligadas al Departamento de Estado ofrecieron declaraciones al diario estadounidense y consideraron que Donald Trump está invirtiendo tal cantidad de dinero de manera innecesaria en un diálogo que le otorga más tiempo a Maduro.
“Es un desperdicio de dinero de los contribuyentes […] han tratado de dialogar repetidamente y no ha funcionado. Simplemente le otorga tiempo a Maduro”; señaló la fuente.
Se trata de un proyecto de un año que emprendió la Oficina de Operaciones de Conflicto y Estabilización del Departamento de Estado, la cual pagó hasta USD $900.000 al Atlantic Council para apoyar a la oposición en Venezuela.
Atlantic Council es una compañía formada por un grupo de expertos estadounidenses en el campo de los asuntos internacionales, fue fundado en 1961 y proporciona un foro para líderes políticos, empresariales e intelectuales internacionales. Tiene su sede en Washington, D.C.
Explica El Nuevo Herald que existe una gran controversia en este tema, pues hay quiénes están de acuerdo con que EE. UU. entrene a la oposición venezolana sobre cómo negociar y prepararla para la caída del régimen; y hay quiénes prefieren la estrategia basada en sanciones contra funcionarios del chavismo.
El director del Centro Latinoamericano Adrienne Arsht de Atlantic Council, Jason Marczak, confirmó que están trabajando con “socios en Venezuela” para proporcionar a la oposición y a miembros de la sociedad civil “las herramientas necesarias para trabajar de forma más cohesiva como una coalición unida organizando conversaciones, recopilando datos y análisis”.
“Lo que estamos tratando de hacer es abordar las fracturas dentro de la oposición […] eso es útil para la posición general de la oposición porque lo que el gobierno quiere es una oposición dividida”; dijo Marczak al diario estadounidense.
Explicó que dos personas se dedicarán de lleno al proyecto que buscará “entrenar” a líderes opositores. Atlantic Council, hará recomendaciones sobre cómo mejorar la economía y formas de éxito para salir de la crisis ante una posible salida de Nicolás Maduro del poder.
Al cumplirse el proyecto, la empresa producirá una serie de informes para el Departamento de Estado, los cuales unos serán públicos y otros no.
Fuentes consideran que este proyecto apoya el diálogo entre el régimen y la oposición y califican que el dinero y tiempo invertido será inútil; con él, Estados Unidos estaría dando al menos un año más a la dictadura en el poder.
Ante esto Marczak aclaró que la acción que lleva a cabo Atlantic Council, no interfiere de ningún modo en las sanciones que puede profundizar el gobierno de Trump.
“Somos un grupo de expertos. No estamos en la mesa de negociaciones de ninguna manera […] estamos haciendo lo que hace un laboratorio de ideas, proporcionando investigación. Estamos proporcionando análisis. Estamos haciendo consultas. Estamos creando eventos. Estamos haciendo las cosas típicas que hacen los laboratorios de ideas”; dijo.
Queda esperar cuáles serán los resultados de estas acciones tomadas por Estados Unidos al invertir en una preparación política y económica a líderes opositores; conocer los resultados además del cuarto intento de diálogo que hay entre el oficialismo y la oposición, donde se exige a la dictadura la apertura de un canal humanitario y elecciones libres.
En los últimos meses el gobierno de Estados Unidos se ha dedicado a presionar al régimen de Nicolás Maduro con sanciones impuestas a funcionarios chavistas y a la petrolera estatal PDVSA.
Por un lado, los bienes que estas personas pudieran tener en suelo estadounidense, son congelados; también les está prohibido realizar transacciones financieras a ciudadanos y entidades del país norteamericano; y se les prohíbe el ingreso a EE. UU.
Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos anunció la prohibición al régimen de Maduro y a PDVSA vender nuevos bonos a estadounidenses o a instituciones financieras del país norteamericano. También prohibió cualquier transacción de bonos existentes del Estado venezolano, no así los de la estatal petrolera.
Donald Trump se diferenció de su atencesor Barack Obama al tomar decisiones fuertes contra dictadura venezolana, pues se conoció que el anterior presidente estadounidense buscó ser “blando” con Maduro para no perjudicar sus relaciones con Irán y con Cuba.