La ONG internacional Human Rights Watch calificó a Nicolás Maduro de “autócrata incompetente” tras destruir la economía venezolana e instaurar en el país suramericano una dictadura.
En su informa anual 2018, HRW resaltó la importancia de la “resistencia popular” ante el populismo autoritario.
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El caso de Venezuela es, entre los países de América latina, el que más atención recibe por la gravedad de la situación y la crisis histórica que esta nación enfrenta.
Durante las dictaduras en Argentina y Chile, aparecían frecuentemente noticias sobre terroristas muertos en “enfrentamientos”. Muchas veces se trataba de ajusticiamientos. Da la impresión que lo mismo ocurrió ayer en Venezuela. https://t.co/HH1MlBQsi7
— José Miguel Vivanco (@JMVivancoHRW) January 16, 2018
Nicolás Maduro “siguió destruyendo la democracia y la economía venezolanas con la excusa de estar protegiendo a los indefensos […] sin embargo, a medida que su gobierno se volvió más despiadado y autocrático, su gestión corrupta e incompetente de la economía se convirtió en una realidad inocultable”; expresa el informe.
El documento hace referencia a las protestas antigubernamentales que se llevaron a cabo en el 2017 y que dejó un centenar de fallecidos tras la brutal represión del régimen.
Maduro “consiguió mantenerse en el poder en gran medida mediante la violenta represión que estuvo dispuesto a desplegar […] arremetió de manera brutal contra opositores aprovechándose de un Tribunal Supremo de Justicia servil y de una Asamblea Nacional Constituyente que él creó para quitarle y asumir las facultades legislativas de la Asamblea Nacional”; cita el informe.
HRW señala que ante la situación venezolana “muchas personas no se quedarán de brazos cruzados “.
A juicio de la organización la única esperanza que le queda a Venezuela para salir de su crisis es la presión internacional, especialmente de los países vecinos.
“En este panorama tan crítico, no hay instancias internas para frenar abusos o castigar a los responsables. ¿Qué es lo único que queda? Las instancias internacionales. Son la única posibilidad, la condena internacional constante”, dijo el director para América de HRW, José Miguel Vivanco.
Vivanco cree que la aplicación de sanciones individuales contra responsables venezolanos es la forma más efectiva de presionar al gobierno venezolano; además, llamó a los países latinoamericanos a pedir que la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) abra una investigación por la violación de derechos fundamentales en el país suramericano.
El régimen de Nicolás Maduro ha demostrado que las sanciones internacionales son su debilidad; esto, porque exigió adentro del diálogo con la oposición que cesen las medidas en su contra.
El régimen chavista culpa a EE. UU. por las sanciones financieras que prohíben a estadounidenses hacer nuevas negociaciones con funcionarios del chavismo o con la estatal petrolera PDVSA. Pero las sanciones de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea surgieron para castigar las constantes violaciones a derechos humanos por parte de la dictadura y los actos de corrupción emprendidos por funcionarios del chavismo.
Estos gobiernos han dejado claro que las sanciones solo se levantarán, si es el caso, cuando se restablezca el Estado de derecho y la democracia constitucional en Venezuela.