
Thomas Shannon renunció al Departamento de Estado de EE.UU. tras 35 años de carrera diplomática; su salida podría implicar un cambio de rumbo en la lucha contra la dictadura en Venezuela, y una posición más frontal ante el régimen de Nicolás Maduro.
Su larga carrera le permitió servir a seis presidentes estadounidenses al tiempo en que fue escalando peldaños en los más altos cargos del Departamento de Estado.
“He decidido que es momento de tomarme un descanso”, dijo Shannon en una entrevista con varios medios estadounidenses. “Treinta y cinco años es mucho tiempo. He librado una buena batalla”, añadió.
Pero la salida del diplomático se da al mismo tiempo en que el Secretario de Estado, Rex Tillerson, inicia una gira para América Latina para presionar sobre el caso Venezuela.
Hay quienes han calificado a Shannon como un “colaborador” del chavismo adentro del gobierno estadounidense; sin embargo, analistas políticos aseguran que su accionar se debe a que es un “diplomático de carrera”.
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Shannon ha reconocido que Tillerson le pidió que siguese en su puesto, pero ha explicado que el fallecimiento reciente de su madre y el hecho de haber cumplido 60 años, terminaron de convencerle de que había llegado el momento de “dar un paso atrás” y replantearse su vida.
Pero, ¿cuáles podrían ser las razones reales de esta inminente salida?
PanAm Post entrevistó a María Teresa Romero, periodista y politóloga residenciada en Miami (EE.UU.) quien planteó algunas hipótesis sobre el retiro de Shannon y su posible implicación en la política de exterior en relación con Venezuela.
A Shannon lo califican como un “aliado del chavismo” ¿Cuál es su opinión al respecto?
En primer lugar, yo conocí mucho a Shannon cuando estaba en Venezuela, y uno nunca puede decir nada sin evidencia; yo dudo que haya sido un aliado del chavismo.
Lo que sí es que es un diplomático de carrera y no por casualidad duró tanto tiempo en el Departamento de Estado con varios presidentes de Estados Unidos, y cada vez con mayores cargos. Muchos decían incluso que era de la CIA, aunque no me consta. Lo que sí es que es un profesional.
Creo que a él se le debe una mayor preocupación por parte de los diferentes gobiernos estadounidenses, fuesen demócratas o republicanos, en relación con América Latina.
¿La salida de Shannon puede implicar un cambio en la política exterior en relación con Venezuela?
Llama la atención que esta renuncia coincide con el primer día de salida de Rex Tillerson por América Latina, y esto puede significar que haya un giro mucho más duro de la política exterior de EE.UU. hacia Latinoamérica, especialmente hacia Venezuela.
Esa coincidencia hace reflexionar que haya sido el propio Tillerson que hasta ahora ha tenido un bajo perfil en el Departamento de Estado y que se ha centrado más hacia el Medio Oriente o Asia, que ahora él mismo vaya a América Latina y hable en torno a un bloque para mayor presión sobre Venezuela.
Aunque no me consta, puede ser que Shannon no estaba de acuerdo porque él es más diplomático. Las cosas apuntan a tratar de tener no solamente sanciones individuales sino ir más allá hacia Venezuela.
Cuando Shannon estuvo con Obama tuvo una política exterior muy suave hacia Venezuela y Cuba, una política inteligente, fue una estrategia que también se ha dado en el mundo, y que algunas veces ha dado resultado y otras veces no, y en esta oportunidad, no funcionó.
Porque para esa estrategia los gobiernos dictatoriales tienen que tener algún tipo de interés de negociar y de dar un paso y eso ha pasado con dictaduras de derecha; pero en este caso como Venezuela y Cuba, pues se ve abiertamente que son dictaduras de izquierda que no quieren ceder.
Entonces, ese tipo de diplomacia moderada puede ser que ya no sea efectiva y que Shannon siendo un diplomático de carrera, que es un maestro en diplomacia , vio que el régimen venezolano no cede y que hay que tomar una posición más dura y él no quiere o no está de acuerdo.
¿Qué otras hipótesis pueden existir sobre la salida de Shannon?
Otra hipótesis puede ser el problema interno que existe adentro del Departamento de Estado, según las informaciones que he recibido, en el Departamento de Estado hay una especie de anarquía. No se han respetado los códigos internos, hay problemas porque la diplomacia se ha llevado más desde la Casa Blanca que desde el Departamento de Estado.
El mismo Tillerson ha tenido problemas con el presidente Trump, todo eso también pudo haber influenciado en la decisión de Shannon.
Pero llama la atención que hay una coincidencia porque él mismo anuncia su salida, en el mismo momento en que Tillerson sale de gira, es como una especie de mensaje diciendo: “yo no estoy de acuerdo con lo que viene”.
¿Qué podría venirse entonces para Venezuela?
La situación venezolana nos ha demostrado a los analistas que es impredecible, y por eso cada día tenemos más cuidado; pero yo creo que si no se da un bloque de presión realmente fuerte y la situación en Venezuela sigue así, y empeora, solo o en conjunto, el mismo Estados Unidos va a tener que intervenir.
Alguien va a tener que intervenir en el caso venezolano, y el único que por ahora puede hacerlo es Estados Unidos que tiene la fuerza y después de todo, se va a ver más afectado por la situación venezolana porque ya está afectando su situación interna.
Además, hay dos actores que están jugando y que se están enfrentando a Estados Unidos, que son Rusia y China, pero sobretodo Rusia, que si realmente toma a Venezuela como lo hizo con Cuba, es tener a un enemigo extracontinental a la puerta de los Estados Unidos.
Llegará un momento en que si nada más pasa, los EE.UU. van a tener que defenderse; al final lo van a tener que hacer, la historia habla de eso.
¿Cuál cree usted que debe ser la labor de Tillerson en relación con Venezuela tras la salida de Shannon?
Yo creo que él debería ir más allá con los países latinoamericanos. Debería trabajar buscando que países se sumen a sanciones, no solo individuales sino colectivas.
Estados Unidos ha sido muy criticado por sus intervenciones en América Latina, pero ante una situación de una dictadura como la de Venezuela, se tienen que tomar acciones mayores; incluso, no hay que temerle a una intervención humanitaria.
Si es necesaria una intervención humanitaria, pues se hace, no será la primera vez en la historia del mundo. En todo caso es mucho mejor que se tome en colectivo.
Que se logre una fuerza multilareral para presionar más, o que se decida una intervención de cualquier tipo; la decisión que se tome tiene que hacerse efectiva con la mayor cantidad de gobiernos y países democráticos posibles.
Los agentes de seguridad de los EE.UU. y los de otras naciones, cada vez están más en contacto, no solamente por la situación política y socioeconómica venezolana que trae problemas de sanidad migratoria como esta sucediendo en Colombia, sino que también está trayendo problemas de narcotráfico y terrorismo; eso ya es un problema de seguridad mayor.
Allí deben estar la mayoría de los países y dejar ya el prurito histórico de que toda intervención es mala ante el principio de no intervención. Hay también un principio que se llama de defensa y promoción de la democracia; y un principio de responsabilidad democrática donde los países de una región tienen que actuar conjuntamente después de haberle dado, como es el caso venezolano, todas las oportunidades posibles a un gobierno para que cambie.