“La solución inmediata para Venezuela es una intervención humanitaria”, así lo afirmó Fernando Gerbasi, exministro de Relaciones Exteriores venezolano y diplomático de carrera, en entrevista exclusiva para el PanAm Post.
Este domingo 11 de marzo el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) les instó a los países del mundo a declarar oficialmente a los migrantes venezolanos como “refugiados”, lo que deja en evidencia la grave crisis que enfrenta el país suramericano.
Esta decisión de la ACNUR justifica aún más una intervención humanitaria en Venezuela. https://t.co/DSeMKYx39m vía @venezuelaaldia
— Fernando Gerbasi (@fernandogerbasi) March 12, 2018
Para Gerbasi, la decisión de ACNUR justifica aún más una intervención humanitaria sobre Venezuela. Para el especialista, será necesaria la participación de las Fuerzas Armadas de diferentes países, debido a que considera que en el país suramericano no están dadas las condiciones para una salida electoral.
¿De qué organismo depende que se lleve a cabo una injerencia humanitaria en Venezuela, de la ONU?
La ONU no es un organismo independiente, está integrado por gobiernos y allí hay varios niveles de tomas de decisiones. Algunos de esos niveles adquieren mayor fuerza, como es el caso del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU son de obligatorio cumplimiento, mientras que en la Asamblea General la situación es algo distinta.
A nivel propio de la ONU se ha avanzado bastante porque el caso de Venezuela fue discutido informalmente en el Consejo de Seguridad a través de la Fórmula Arria.
Lo más importante sería una decisión en materia de injerencia humanitaria, es decir, buscar las vías y caminos posibles para poder hacer llegar a Venezuela y a la población venezolana, tanto comida como medicamentos.
La injerencia humanitaria es una intervención sobre un Estado soberano que ocurre porque uno o varios Estados, u organizaciones internacionales, sin el consentimiento del Estado afectado proporcionarán a la población civil protección ante la violación masiva, constante y sistemática de los derechos humanos, o bien ante situaciones de emergencia derivadas de una guerra, hambruna o genocidio.
En Venezuela no hay una guerra civil, pero sí hay una violación constante y permanente de los derechos humanos frente a la escasez de alimentos y medicamentos, incluso ante la escasez de agua y electricidad.
Es una decisión muy delicada porque puede implicar también el uso de la Fuerza Armada. Los Estados tendrían que evaluar de qué forma hacerlo.
¿Cómo podría implementarse?
Muchos están pidiendo la injerencia humanitaria, y esto requiere de una acción militar conjunta, no hay otra forma de hacerlo.
Diplomáticamente ya se ha tratado todo y el Gobierno de Nicolás Maduro no quiere aceptar la existencia de una crisis humanitaria. Al no aceptar la lo que ocurre en Venezuela, tampoco acepta la cooperación internacional para solventar esa crisis. Entonces, la única forma es que los gobiernos decidan actuar, ingresen a territorio venezolano y lleven consigo los alimentos y medicamentos que necesita la población.
¿Por qué todavía no ha habido injerencia humanitaria?
En primer lugar, porque Venezuela no es el único país donde ocurre una situación similar. En Siria hay una guerra civil y quizás eso les preocupe más a los países por sus efectos geopolíticos en una región sumamente convulsiva.
En segundo lugar, porque las instancias internacionales se mueven con cierta lentitud debido a que esas decisiones tienen consecuencias que se quieren evitar. Consecuencias que se adoptan en últimas instancias.
¿Cuál sería el punto de quiebre en el caso de Venezuela?
Eso es muy difícil de definir porque el punto de quiebre puede ocurrir en cualquier momento, por decisiones del Gobierno o por incluso una situación crítica que se presente por una implosión social a consecuencia de la hambruna que está enfrentando la población.
El punto de quiebre en este momento, y para los países vecinos, es el éxodo provocado en los últimos meses por la crisis interna venezolana, pero eso no significa, por ahora, que intervengan con una injerencia humanitaria. Lo que están tratando de resolver es el ingreso masivo de venezolanos.
¿Existe alguna solución en Venezuela que no esté en manos de la comunidad internacional?
Lo ideal en Venezuela sería la vía electoral, pero no como está planteada en las actuales circunstancias.
Yo creo que la solución debe estar en manos de los venezolanos, pero también en conjunción con la acción internacional. Por primera vez más de 50 países se preocupan por lo que sucede en Venezuela como consecuencia de un régimen dictatorial.
Venezuela en este momento es considerado como un Estado que pone poco a poco en peligro la paz regional y eso sí les preocupa profundamente. Si los venezolanos no llegamos a resolver el problema, entonces sí puede ocurrir una injerencia humanitaria que es muy deseable porque quizás sea la única forma.
Yo creo que las sanciones internacionales que han venido adoptando países como es el caso de Estados Unidos, Canadá y los países de la Unión Europea son fundamentales para presionar al régimen de Nicolás Maduro. Creo que es hora de que los países del Grupo de Lima pasen a la acción y también adopten sanciones contra el régimen venezolano.
Hasta ahora hemos demostrado una incapacidad para encontrar una solución porque no hay una voluntad del Gobierno ni hay una acción unitaria por parte de la oposición.
Considero fundamental que a nivel nacional tiene que haber una gran unidad. Una gran estrategia de toda la oposición en la visión de cambio y en la visión de qué se va a hacer en el país. Hay que instaurar una nueva Venezuela.
En Venezuela, además, existen los militares que tiene una responsabilidad constitucional. Existen artículos en la Constitución que le permiten a ellos actuar para reinstalar la democracia en Venezuela.
Pero creo que la solución debe ser la acción nacional junto con la internacional obligando al Gobierno a acceder a unas condiciones claras y objetivas en materia electoral; si no, no veo otra vía que la vía que ha tocado tomar en otros países frente a dictaduras que no quieren entregar el poder.