“En Venezuela ahora más que nunca hay grandes probabilidades de enfrentar un apagón nacional; las posibilidades son mayores que en cualquier otro país”. Así lo afirmó Miguel Lara, ingeniero electricista especialista en sistemas de potencia, quien durante 30 años trabajó en la OPSIS, oficina responsable, hasta 2004, de coordinar la operación y planificación del sistema eléctrico venezolano.
Lara señaló al PanAm Post que el sistema eléctrico venezolano está cada vez más debilitado y abandonado, y explicó que los apagones que anteriormente se daban con poca frecuencia y por pocas horas, ahora suceden diariamente y pueden tardar más de 24 horas en recomponerse. Aseguró que el país suramericano retrocedió unos 20 años en materia energética.
“El deterioro del sistema eléctrico se ha profundizado principalmente porque su generación ha venido descendiendo a tal punto de que hoy genera en el país mucho menos de lo que se producía hace 20 años”; expresó.
Ya los equipos tienen millones de horas de atrasos, cada máquina tiene hasta dos años en los que no se les hace mantenimiento; no hay recursos económicos y tampoco hay personal capacitado.
La escasez de fluido eléctrico en Venezuela se suma a las tantas precariedades que enfrentan los venezolanos gracias al socialismo del siglo XXI implementado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro. Desde enero y hasta el 12 de marzo de 2018, el Comité de Afectados por los Apagones contabilizó 1.979 fallas eléctricas en todo el territorio nacional.
El chavismo en Venezuela logró convertir el sistema eléctrico del país suramericano en uno de los más subdesarrollados y abandonados del mundo. Mientras el régimen de Maduro anuncia que financiará proyectos de energía solar en islas del Caribe, la nación enfrenta decenas de apagones diariamente, dejando, al menos, a seis estados simultáneamente sin fluido eléctrico.
Venezuela se acerca a un apagón total, tal es el deterioro de nuestra red eléctrica, construida con paciencia y eficiencia durante la era democrática.
— Enrique Aristeguieta (@EAristeguieta) March 10, 2018
Desde hace más de 15 años el Estado venezolano no ha efectuado las inversiones necesarias en el sistema de generación termoeléctrica. Las plantas están trabajando a un 10 % o 20 % de sus capacidades. Por esta razón, desde Caracas hasta estados en el interior del país sufren de apagones diarios y simultáneamente, a tal punto, que el principal aeropuerto del país ha quedado paralizado.
El colapso eléctrico es intencional
Imagine vivir en un país donde no hay agua, no hay luz, no hay alimentos ni medicamentos y el chavismo, con más de 18 años en el poder, responsabiliza a terceros, señala supuestos sabotajes, “guerras económicas y eléctricas” sin nunca darle solución a alguno de esos problemas.
El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, asegura que los últimos apagones en Venezuela se deben a la “madre naturaleza” por los supuestos bajos niveles de agua en embalses del país. En diciembre, por ejemplo, dijo que “una vara de bambú se usó para sabotear electricidad”.
Pero nadie se explica cómo si desde 2013 están militarizadas todas las subestaciones eléctricas del país, el régimen no ha sabido detener los supuestos sabotajes. La verdad es que el Ejecutivo solo se ha valido de excusas y mentiras para ocultar la negligencia y el “canibalismo eléctrico” que hay en el país.
Víctor Poleo, exviceministro de Energía y Minas entre los años 1999 y 2001 reveló a través del portal chavista Aporrea que “la destrucción del sistema eléctrico venezolano se hizo adrede”.
El ingeniero Miguel Lara coincide, y asegura que “lo que sucede con el sistema eléctrico venezolano es con conocimiento de causa”.
No solo hay una disminución en el sistema de generación eléctrica, sino que también los equipos de transmisión y distribución presentan serias fallas; las líneas de transmisión se están cayendo, están corroídas, los transformadores explotan, etc.; todo esto evidencia un mantenimiento prácticamente nulo.
El especialista reveló que a todos estos problemas se suma la falta de personal capacitado en la Corporación Eléctrica Nacional (Corppoelec): “El personal capacitado ha estado emigrando por la situación del país; son más de 15.000 trabajadores del sistema eléctrico que han salido en los últimos tres años”.
Lara explicó que la gente que queda trabajando no dispone de las herramientas ni equipos. Los inventarios de repuestos y piezas simplemente no existen. Los equipos de transporte para trasladarse están desmantelados y tampoco cuentan con el uniforme de seguridad para poder trabajar.
“Decir que hay sabotaje es una excusa que encuentra el régimen para ocultar el abandono; nuestro sistema estaba diseñado para que al sacar de servicio a la unidad térmica más importante y a la de generación más grande, nadie sufriera ningún apagón, estaba hecho para que no existiera racionamiento de ningún tipo, pero todo eso se ha perdido”, informó el especialista.
Que el ministro diga que la seguridad falla, entonces lo deja muy mal parado porque está indicando que su trabajo lo hace muy mal.
“Todo indica que si no hay un cambio político en Venezuela, cada día el servicio eléctrico será peor, vendrán más cortes de luz y de mayor duración”, vaticinó.