La dictadura en Venezuela no solo tiene sobre sus espaldas la muerte de cientos de venezolanos por la escasez de alimentos y medicamentos, ni los asesinados tras la brutal represión en las manifestaciones de calle; sino que además es la responsable de suicidios que diariamente se registran en el país suramericano.
Este martes 1 de mayo se conoció del suicidio de Gleniz Araca, madre de Daniel Queliz, una de las primeras víctimas mortales que se cobró la represión el pasado 10 de abril de 2017 durante las protestas antigubernamentales.
Araca no pudo soportar el dolor que le causó el conocer la muerte de su hijo, y menos la impunidad que ronda el caso; pues aunque dos funcionarios policiales están supuestamente detenidos por el asesinato de Daniel, se conoció que los imputados salen de prisión cuando quieren y hasta los dejan movilizarse a sus casas.
Venezuela, la nación que según estudios fue en algún momento considerada el “país más feliz del mundo”, pasó a ser el país de las muertes, de la tristeza y de los suicidios tras el incremento de la crisis humanitaria, de la indolencia y criminalidad auspiciadas por el régimen de Nicolás Maduro.
El sábado 24 de febrero de 2018, Pedro Fernández, de 78 años, se lanzó al vacío desde el piso 12 en el estado Vargas, el litoral central de Venezuela. Dejó una nota en la que explicó que tomó esa determinación porque sufría de cáncer de próstata y tenía dificultades para adquirir los medicamentos. En la misiva afirmó que no quería ser un problema para su familia.
Por redes sociales también se conoció del suicidio de una doctora venezolana que al parecer, se habría quitado la vida tras la depresión que le causó no poder salvar vidas en el hospital donde trabajaba por la falta de insumos médicos.
Asímismo este martes un venezolano migrante en Lima también intentó acabar con su vida lanzándose al metro de la capital peruana. El hombre sobrevivió pero los médicos tuvieron que amputarle una pierna.
Estos son solo algunos de los cientos de casos de suicidio que existen en Venezuela y que se suman a otros emblemáticos como el de Rodolfo González “el aviador” quien se quitó la vida en los calabozos de la policía política, el tenebroso Sebin, tras haber sido detenido injustamente y sin que nunca se iniciara un juicio en su contra.
De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en 2017 se vio “una nueva dimensión de la violencia con el incremento en los suicidios”.
El informe de la ONG revela que los primeros indicios se vieron a finales de 2016, pero que el año pasado más de 150 personas se quitaron la vida. La tasa de suicidios cerró en 19,09 por cada cien mil habitantes, la más alta en Venezuela en los últimos 30 años.
Fermín Mármol García, abogado criminalista, señaló a PanAm Post que Venezuela no es un país que se ha caracterizado por la ocururrencia de suicidios; sin embargo agregó que la situación país es un factor influyente a la hora de tomar esta drástica decisión.
Mármol explicó que algunas de las principales causas probables para el suicidio entre los venezolanos incluyen: la ruptura de familias con el aumento de la diáspora, la pérdida de los sueños y la calidad de vida, la escasez de alimentos y medicamentos; y hasta la injusticia e impunidad.
“La diáspora, por ejemplo, esa cultura de emigrar, del rompimiento de la familia, del aislamiento de nuestros vínculos sentimentales, no era parte de la cultura del venezolano y eso ha causado altas presiones psicoemocionales; además ahora transitamos por un camino de hiperinflación que es también un factor determinante en la presión psicoemocional del venezolano”; señaló.
Mármol agregó que otro punto importante es la impunidad y la injusticia en Venezuela, tal y como sucedió con la madre de Daniel Queliz.
“La impunidad en Venezuela también produce frustración. 70% de los venezolanos no cree en sus instituciones. Cuando alguien no ve que existe una solución a sus problemas, opta por quitarse la vida, y quizás puede ser completamente comprensible; pero no solo el suicidio es indicador de impunidad, también hay sicariatos y linchamientos que demuestran cómo las personas optan por hacer justicia con sus propias manos”; explicó.
Para el especialista otro factor influyente es la pérdida de sueños e ilusiones al resquebrajarse la calidad de vida.
“El venezolano al perder la calidad de vida, al perder la estructura sentimental de la familia, pierde también parte de la magia de soñar y cuando uno pierde eso, empieza a tener una conducta conformista que se aleja del progreso y eso también influye en la parte emotiva”; agregó.
“Imagínese un ciudadano que tenga problemas para alimentarse, para atender sus enfermedades, para movilizarse, pues eso empieza a afectar su psiquis, además se le agrega la escasez de antidepresivos; todo eso influye y por eso algunos deciden quitarse la vida”; señaló.
Y es que nadie escapa de la crisis en el país suramericano, donde no solo hacen falta medicamentos básicos para tratar afecciones simples, sino también los antidepresivos.
De acuerdo con la Sociedad Venezolana de Psiquiatría, al país dejaron de llegar 17 fármacos de los 25 tipos de principios activos de antipsicóticos, anticonvulsivantes, estabilizadores del ánimo y antidepresivos que habían.
La ausencia de fármacos psiquiátricos limita el tratamiento de pacientes con ansiedad, ataques de pánico, bipolaridad maniática y depresiva, así como la depresión y los trastornos obsesivos-compulsivos; una situación que estaría también influyendo en el aumento de los suicidios en Venezuela.
Luis Francisco Cabezas, director general de la ONG Convite, señaló a PanAm Post que las depresiones no solo se dan por situaciones dramáticas, sino también por un tema bioquímico que debe ser tratado con medicamentos; y que al no haber antidepresivos la situación se complica en los pacientes que los ameritan.
Agregó además que un blister de pastillas antidepresivas, cuando se consigue, puede costar unos 3 millones de bolívares, en un país donde el sueldo mínimo es de un millón.
Informó además que la mayoría de quienes deciden acabar con sus vidas son personas mayores que también están sufriendo la crisis y que además se están quedando solos.
“La situacion es bien lamentable. En Venezuela estamos viviendo lo que son los ‘abuelos huérfanos’, que son personas mayores a los que se les fueron los hijos y los nietos, y se están quedando solos buscando cómo sobrevivir”; sentenció.
Como en Cuba
Y es que el régimen de Nicolás Maduro encontró la manera de materializar el socialismo en Venezuela, tal y como Fidel Castro lo hizo en Cuba, a tal punto de que en la isla, tras las precarieades, el suicidio pasó de ser un tema tabú a una especie de “tradición”.
Hasta 2017 y según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Cuba es el segundo país de América Latina que más casos de depresión sufre detrás de Brasil.
Según el portal CiberCuba, desde que llegó Fidel Castro al poder, los suicidios de personas comunes fueron invisibilizados por la prensa cubana, pues están “radicalmente prohibidas las necrológicas desagradables” por supuestamente causar “un malestar adicional en la población”.
“La Revolución ha propiciado el arraigo de la inercia individual y social, la hostilidad constante hacia los desafectos políticos, y la carencia de confianza en el futuro, razones que casi siempre desembocan en tragedia. Con frecuencia ocurren suicidios en las cárceles e instituciones mentales cubanas, por la desatención y la no vigilancia de suicidas potenciales”, señala el portal digital.
Y así es como cada vez Venezuela se acerca más al socialismo cubano, donde la escasez de alimentos y medicamentos, la precariedad en la calidad de vida y la dependencia del Estado solo causan que la sociedad se deprima ante una visión sin futuro.