
Servicios secretos occidentales han descubierto que Tareck El Aissami, vicepresidente de Venezuela, es el principal operador de negocios ilícitos y lavado de dinero en el país suramericano, destronando así a Diosdado Cabello como el segundo hombre más poderoso del chavismo.
Un revelador reportaje del ABC de España explica con detalle cómo es la extensión de la estructura criminal de El Aissami, que además es la mano derecha de Nicolás Maduro.
Fue en febrero de 2017 cuando el diario estadounidense El Nuevo Herald reveló que “El Aissami representa un cóctel muy peligroso para EE. UU. y el mundo”; ahora el ABC publica la maquinaria ilícita del vicepresidente, que además es acusado en Estados Unidos de tener vínculos con el narcotráfico y el terrorismo.
“El Aissami no solo opera en el narcotráfico y el lavado de dinero, sino que además sigue ocupando un lugar clave en las relaciones con Hezbolá, como desde hace tiempo viene denunciando Estados Unidos”, señala el diario español.
Fuentes de inteligencia revelaron que uno de los pilares de la estructura criminal es Feras El Aissami, hermano del vicepresidente. De acuerdo con la investigación, es él quien se encarga de ejecutar muchas de las operaciones; entre ellas el negocio de los sobornos y el ingreso a Venezuela de ciudadanos de origen árabe.
Otro personaje “clave” en la red es Husam El Aissami, primo de Tareck. Él no solo trabaja como consejero de la embajada de Venezuela en Jordania, sino que también es fundamental en la entrega de visas y pasaportes a personas vinculadas con el grupo terrorista islámico Hezbolá.
Según el ABC de España, en la cadena ilícita del vicepresidente también participa otro primo, Fady El Aissami, quien también se ocupa del traslado de fondos hacia Siria y el Líbano. Además cuenta con empresas que tiene contrataciones con el Estado venezolano.
Por último está Haifa El Aissami, hermana del vicepresidente, embajadora de Venezuela ante los Países Bajos y representante del régimen ante la Corte Penal Internacional. Ella es quien cuida las relaciones en el Tribunal internacional para evitar que se profundicen investigaciones contra la dictadura de Maduro.
La “lavadora” de El Aissami
El detallado reportaje del ABC revela cómo es el método del otro negocio de El Aissami, dedicado al lavado de dinero.
Su red familiar adquiere productos que viajan de China a Panamá y que luego son llevados al puerto de Puerto Cabello en Venezuela; allí operan agentes aduanales y empresas vinculadas con la familia.
La estructura corporativa está compuesta por 38 empresas, entre las que hay entidades financieras, constructoras e intermediarias en el negocio petrolero; además cuenta con al menos 18 propiedades en el exterior.
ABC explica que se trata de un “circuito cerrado de autocompra”, donde se fijan precios, se maquillan números, se hace sobrefacturación y hasta se inventan stocks inexistentes.
Las investigaciones destacan que desde Valencia, capital del estado Carabobo, existe la compañía importadora Silvania, manegada por Ali Hussein Harb y Kassem Mohamed Saleh quienes tienen conexión financiera directa con Hezbolá.
El “narconegocio”
Explica el ABC que El Aissami tiene una relación con el narcotráfico desde hace mucho tiempo, pues habría estado vinculado a Walid Makled, quien en 2004 se convirtió en el principal capo de la droga en Venezuela.
Makled, que está detenido en Venezuela, cuenta con lujos y hasta con acceso a equipos celulares. Según ABC, continúa desde allí liderando acciones de narcotráfico, pero de la mano de la “maquinaria” de Tareck El Aissami.
Según el Departamento del Tesoro estadounidense, El Aissami ejercía control sobre aviones que despegaban desde una base aérea venezolana, además de controlar las rutas de la droga que salían por puertos venezolanos.
El Aissami también está vinculado con la coordinación de envíos de droga a Los Zetas, el violento cartel de la droga mexicano, además de suministrar protección al capo de la droga colombiano Daniel Barrera y al narcotraficante venezolano Hermágoras González Polanco, quien también fue mencionado en el caso de los “narcosobrinos” de la familia presidencial de Venezuela.
En un informe elaborado por el Centro Para Una Sociedad Libre, Joseph Humire reportó que El Aissami ha utilizado su prominencia política para establecer canales de inteligencia y de finanzas con los países islámicos, particularmente con Siria, Líbano, Jordania, Irak e Irán.
“A lo largo de los años, Tarek El Aissami ha desarrollado una red financiera sofisticada y de múltiples niveles que funciona como una tubería criminal-terrorista para traer militantes islámicos a Venezuela y a países vecinos, así como para enviar fondos ilícitos desde América Latina hasta el Oriente Medio”, reporta el informe.
Venta ilícita de pasaportes a terroristas
En 2015 un funcionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), identificado como Misael López Soto, quien supuestamente fue consejero de la embajada venezolana en Irak, confesó que fue testigo de que el Gobierno venezolano entregó documentos diplomáticos a terroristas del Medio Oriente.
López explicó en un video que empleados de la embajada venden visas, pasaportes, cédulas de identidad y certificados de nacimiento venezolanos a personas de Siria, Palestina, Irak y Pakistán que pagaron entre USD $5.000 y USD $15.000 para obtener los documentos “bajo la mirada complaciente de las autoridades diplomáticas venezolanas”.
Las declaraciones de López Soto coinciden con detenciones de ciudadanos que han sido capturados con pasaportes venezolanos.
En 2003 fue detenido Hasil Mohammed Rahaham-Alan, quien viajaba con un presunto pasaporte venezolano, llegó en un vuelo de British Airways al aeropuerto de Heathrow muy cerca de Londres.
Su vuelo partió de Caracas e hizo escalas en Colombia y Barbados; con él llevaba una granada en su equipaje lo que ameritó la evacuación del terminal y el movimiento de militares.
En 2008 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, emitió un comunicado, en el cual aseguró que “es extremadamente preocupante ver que el Gobierno de Venezuela emplea y provee refugio a facilitadores y recaudadores de fondos de Hezbolá”.
Esto porque Ghazi Nasr al Din (cédula de identidad Nº 18.190.527), quien estuvo solicitado por la Interpol, sirvió supuestamente como encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Damasco, Siria, y fue nombrado posteriormente Director de Aspectos Políticos de la Embajada de Venezuela en el Líbano. Actualmente aparece en el Consejo Nacional Electoral como elector desde Damasco en Siria.
Según la revista brasileña Veja, fuentes declararon en 2015 que Nasr al Din presuntamente mantenía una red de fabricación y distribución de pasaportes venezolanos auténticos que eran proporcionados para ocultar las verdaderas identidades de los terroristas.