Resurgió la poliemielitis en Venezuela, una enfermedad que había sido erradicada hace 30 años y que hoy pone en evidencia la gravedad de la crisis sanitaria en el país suramericano.
Mientras Nicolás Maduro anuncia una inversión millonaria para la compra de armas, en Venezuela las enfermedades se convierten en epidemia, poniendo en riesgo la vida de miles de pacientes que no solo deben enfrentar los padecimientos de la enfermedad, sino que además no cuentan con insumos médicos para tratarla.
Con la reaparición de la poliomielitis, con un caso confirmado y tres en sospecha en el estado Delta Amacuro, al oriente del país, Venezuela retrocede tres décadas de avances en salud. Cabe destacar que solo en tres países del mundo se reportan casos de esta enfermedad.
Se trata de un virus que se adquiere por vía digestiva, tras el consumo de aguas contaminadas o alimentos sin previa higiene. Los sectores más vulnerables a esta enfermedad son los de extrema pobreza.
De acuerdo con especialistas del país suramericano, que llevan registros y proyecciones extraoficiales, en Venezuela hay alrededor de 2,5 millones de niños que no han sido vacunados por las fallas en el programa de inmunización nacional.
Al resurgimiento de la poliomielitis se le suma el sarampión, que ya se convirtió en epidemia; un hecho que puede calificarse como un “logro” del socialismo de Hugo Chávez y Maduro. En los cinco primeros meses del año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) registró el doble de casos que a lo largo de todo 2017. Solo de enero a mayo de 2018 se contabilizaron 1.427 casos con un saldo de 35 muertos.
Además del sarampión, que se extendió por 17 de los 23 estados, también hay brotes de difteria, malaria, tuberculosis y escabiosis.
En Venezuela no solo hay escasez de medicamentos para enfermedades graves, terminales o virus, la ausencia de medicinas básicas impide el tratamiento de padecimientos crónicos como hipertensión, diabetes o de infecciones respiratorias agudas, y hasta diarrea.
Gustavo Villasmil, médico internista y docente de la Universidad Central de Venezuela, quien junto a asociaciones médicas apeló a través de la Iglesia católica (Cáritas) la solicitud de ayuda humanitaria, dijo a PanAm Post que el brote de cualquier enfermedad en el país “es una expresión dramática que está teniendo el mundo sobre la grave crisis humanitaria que se padece bajo el régimen chavista”.
“Existe un contexto epidemiológico dado en este caso por un Estado en el cual se han derrumbado las condiciones mínimas de salud pública, por los cortes de luz, la falta de agua potable, la escasez de combustible y problemas de abastecimiento; a esto se vino a agregar un éxodo no visto en ninguna región del mundo que no solo afecta al estado Táchira, sino a toda Venezuela”, señaló el especialista.
Todo esto se da en un país donde la salud pública está en decadencia, donde las camas hospitalarias son insuficientes y el acceso a las vacunas es casi un imposible.
Los médicos están atados de manos porque el ingreso de medicamentos al país depende del régimen, la producción de las pocas farmacéuticas que están en el país está en caída libre y las vacunas no se consiguen.
Ahora Venezuela no solo debe estar alerta a estos brotes que ponen en peligro la vida de las personas, los otros países de la región deberán tomar medidas ante la posibilidad de que se propaguen gracias al aumento migratorio de los venezolanos.
Recientemente se conoció cómo en Ecuador tras superar más de 22 años sin el virus del sarampión, registró su primer caso procedente de Venezuela.
Este caso de sarampión en Ecuador no es el primer caso importado desde Venezuela, pues Colombia ha sido la nación más afectada por el brote de esta enfermedad; Brasil, por su parte, también tiene registrados ocho casos confirmados provenientes de Venezuela.
“En un país con una autoridad sanitaria competente esto no sucedería, como tampoco deberían ocurrir los casos de sarampión. Hoy Venezuela es la única nación que está produciendo casos de sarampión”; sentenció Villasmil.
Mientras todo esto sucede y se registran más casos en América Latina, para Maduro es una “exageración” la escasez de vacunas, medicamentos y hasta los fallecimientos por la crisis.