
Una vez más, y en menos de tres meses, el régimen de Nicolás Maduro anunció otro aumento de salario triplicando el monto anterior y demostrando ante el mundo que la hiperinflación en Venezuela es imparable y que con el paso de las horas los sueldos en ese país se diluyen.
A diferencia de lo que afirmó la agencia de noticias EFE que señaló que el nuevo monto es de supuestamente 65 dólares mensuales; realmente el nuevo piso salarial equivaldría a un poco más de un dólar basándonos en la cotización de la divisa en el mercado negro que es a la que pueden acceder la mayoría de los venezolanos.
Y uno creyendo que @EFEnoticias era un sitio serio. Calcular a tasa DICOM es un grave error. https://t.co/xJlzPTvQdt
— Luis Oliveros (@luisoliveros13) June 21, 2018
Al sumar los tickets de alimentación, el salario integral subiría a 5,2 millones de bolívares (unos 2,4 dólares al cambio oficial para remesas).
El anuncio entrará en vigencia de inmediato, mientras en el país suramericano los precios de los productos y servicios aumentan, según estimaciones de economistas, casi 2% a diario.
Venezuela es el único país donde un aumento de salario entristece a los trabajadores, pues en un escenario con la mayor inflación del mundo, el sueldo solo alcanza para cubrir el 1% de la canasta básica. Aún así, el país gobernado por Nicolás Maduro es el que tiene el salario mínimo más bajo de toda América Latina.
Lo “curioso” en Venezuela es que el sueldo básico en efectivo queda en 3.000.000 ( USD$ 1,07) ; a esto se le suma un bono con tickets de alimentación de 2.196.000 (USD $0,7).
Con este aumento de salario mínimo + lo que ocurre en el paralelo, la inflación de junio perfectamente puede montarse en 200%. Estamos en un tren bala directo al precipicio y desde el gobierno aumentan la velocidad.
Recuerden: desastre económico NO implica cambio político.— Luis Oliveros (@luisoliveros13) June 21, 2018
La verdad es que con una imparable hiperinflación, este supuesto “súperaumento” solo alcanza para comprar una lata de atún al día, un kilo de carne o un cartón de huevos; situación que con el paso del tiempo seguirá empeorando y probablemente dentro de unos días, solo alcance para la compra de un café.
Cabe destacar que la canasta básica familiar tiene un costo de 220 millones de bolívares (USD$ 78,5), lo que significa que hoy los venezolanos requieren 220 salarios mínimos mensuales para poder adquirir la canasta.
Solo en 2018 se han decretado cuatro aumentos. Amanecemos con el anuncio de que el salario mínimo pasa de Bs 1.000.000 a Bs 3.000.000 y el bono alimentación de Bs 1.500.000 aumenta a Bs 2.196.000.
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— Dolar Promedio en Vzla (@DolarPromedio) June 21, 2018
Las cifras se desprenden del último boletín del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), que precisa que la cesta de alimentos experimentó una inflación de 119,8% en el quinto mes del año, la más intensa en lo que va de 2018.
La economista Alicia Sepúlveda, coordinadora del observatorio económico legislativo de Cedice Libertad, explicó a PanAm Post que el salario mínimo está respondiendo a unas consecuencias de políticas públicas que tienen a la población inmersa en un proceso hiperinflacionario.
“La gente no se alegra porque ante un proceso inflacionario tan acelerado, ese ajuste de precios en nada aporta a mejorar el ingreso y como la inflación es acelerada se deteriora rápidamente”, señaló.
Sepúlveda explicó que este aumento unilateral de salario solo generará mayor desabastecimiento y más desempleo, pues a las empresas que quedan les costará mucho más poder cumplirlo.
“El sacrificio que tienen que realizar las empresas para pagar ese nuevo monto es mucho más alto y eso va a tener como consecuencia mayor cierre de empresas y menor posibilidad de acceder a bienes y servicios”, agregó.
Aumentar solamente el salario mínimo no resuelve los problemas económicos del país suramericano, enmarcados en una inflación que cerró en 2017 en casi 3.000 % y que se prevé cierre en 2018 en casi 300.000%, además de una escasez de alimentos y medicamentos única en la historia de esa nación.
La realidad es que en Venezuela una familia, para poder comer completo, debe ganar cada día el equivalente a siete salarios mínimos; y eso, en este país es imposible.