Las universidades y escuelas de Venezuela son el espejo real de la crisis en ese país, pues las casas de estudio se han visto obligadas a contratar alumnos como profesores, ante la falta de maestros que impartan materias.
La crítica situación no solo se da en universidades, sobre todo privadas, también en escuelas en Caracas como en el resto del país. En Venezuela, los profesionales de la educación están en “peligro de extinción”.
Y es que la crisis humanitaria en el país suramericano, y los salarios paúperrimos del sector educativo han obligado a que los profesores abandonen las aulas; unos para buscar ingresos adicionales, y otros porque deciden emigrar. Cifras de distintas casas de estudio revelan que 40% de los profesores universitarios han abandonado sus puestos de trabajo.
Las universidades, por ejemplo, contactan a estudiantes de los últimos semestres o recién graduados de las diferentes carreras para que den clases en las materias en las que se han destacado. Mientras que en los colegios, los alumnos de cuarto y quinto año de secundaria fungen como suplentes, mientras las instituciones consiguen reemplazar al maestro titular.
La situación radica en que Venezuela, un país que durante décadas se destacó por su alta calidad educativa, hoy no solamente pone en riesgo esa reputación, sino que además con el paso del tiempo se queda sin profesores con pedagogía y experiencia.
Olga Ramos, miembro de la Asamblea de Educación en Venezuela, explicó a PanAm Post que en muchos casos las instituciones educativas podrían estar usando la figura del “suplente” o el “preparador”, para que de manera temporal faciliten las clases.
La especialista reveló además que ante la falta de profesores, las escuelas han optado por acudir a padres, representantes y miembros de las comunidades para que impartan materias en las que tienen conocimiento.
“Eso en términos reales condena al sistema educativo a bajar la calidad, porque no están garantizando que la persona que está enseñando tiene conocimiento completo de la materia, y además no tienen pedagogía”, señaló.
Ramos explicó que se desconocen las cifras oficiales exactas ante la deserción de profesores, pero señaló que “sí es alta la cantidad de maestros que se está retirando”.
“Los maestros se están retirando por dos razones, una porque se van del país y otra porque están buscando fuentes de ingreso alternativas”, informó.
Explicó además que tanto los alumnos como los profesores tienen grandes dificultades para acudir a las escuelas, no solo por la falta de transporte, sino porque el costo de los pasajes “supera los sueldos”. Agrega que maestros y estudiantes por la crisis económica tampoco se alimentan bien y eso les resta rendimiento.
Plan “chamba juvenil”: profesores sin experiencia
Olga Ramos reveló a PanAm Post que ante la falta de profesores en las escuelas, el gobierno de Nicolás Maduro ha optado por acudir al programa social “plan chamba juvenil”, para que jóvenes a partir de los 18 años y sin experiencia, impartan diferentes materias en escuelas públicas del país.
“Aunque el ministerio de Educación no reconoce la falta de docentes, está tratando de resolver el problema con la Chamba juvenil, que no son estudiantes de los últimos años, sino recién egresados de secundaria que no tienen trabajo y que los insertan en el sistema educativo con solo doce semanas de formación”, denunció.
Ramos dijo además que con este método, el ministerio de Educación está “estafando a los estudiantes”, porque les están entregando títulos de bachiller sin haber logrado los conocimientos, sobre todo con maestros inexpertos sin pedagogía ni conocimientos.
“La chamba juvenil funcionaría si el maestro que se está formando en ese programa pasa a ser una especie de preparador acompañante del docente titular, pero eso no está pasando, están colocándolos como maestros de aula”, explicó.
“Es poco responsable que se deje la formación académica de un aula en manos exclusivas de personas que no tienen conocimiento “, concluyó.
Universitarios en “peligro de extinción”
A esto se suma que en los últimos años el 60% de los estudiantes han abandonado las aulas de las universidades, según datos ofrecidos por los rectores de distintas casas de estudios.
Un estudio de la Escuela de Educación de la UCV revela que al menos millón y medio de estudiantes ha desertado desde 2004 hasta el 2017.
Al hecho de la emigración de profesores y alumnos, hay que agregarle que actualmente las universidades acordaron un paro de universidades, para exigir salarios dignos del mismo modo en que lo hace el sector salud.
Mientras militares obtienen un sueldo de USD$ 80 mensuales, un profesor universitario de la Universidad Central de Venezuela (UCV) — una de las principales casas de estudio del país — percibe un sueldo no mayor a los USD$ 5.
Mientras que un teniente recién graduado gana más de 100millones de Bs, un Profesor universitario Titular apenas llega a 6millones al mes.
Sin duda alguna la educación no sostiene a la tiranía como los si lo hacen los militares.
— Viva la UCV (@VivaLaUCV) July 3, 2018
“Yo decidí dejar de dar clases en la universidad, mi salario es muy bajo, el transporte público es muy caro y ya los estudiantes ni están asistiendo”, afirmó para PanAm Post Andrea Vargas, docente universitaria.
Vargas señaló lo difícil que se ha vuelto ser profesor en Venezuela, pues el salario es paupérrimo y el ambiente estudiantil cada día se deteriora más.
No tengo la fuerza de convencer a la gente para que siga estudiando con esta situación en Venezuela. Este semestre fui testigo de cómo estudiantes decidieron irse porque tenían hambre, o porque no contaban con el dinero en efectivo para poder movilizarse; otros dejaron la carrera por la mitad porque aspiraban a irse del país, y otros prefieren trabajar para poder sobrevivir. ¿Cómo hago para convencerlos de que continúen?
Agregó que la calidad de la educación también se deteriora, porque no tienencómo exigirle a sus alumnos que hagan trabajos especiales, “todo es mucho dinero”.
Otro testimonio es el de Andrea Rondón, una estudiante de 19 años quien dijo a PanAm Post que dejará su carrera de Administración porque sabe que no la va a terminar: “Si las cosas siguen así quiero irme del país para poder tener una vida normal, estoy gastando mucho dinero en transporte para llegar a la universidad y la mayoría de las veces los profesores no llegan, prefiero ahorrar ese dinero y trabajar en lo posible”.
Y es que el país gobernado por Nicolás Maduro es el que tiene el salario mínimo más bajo de toda América Latina, perjudicando así a los trabajadores y a los jóvenes estudiantes que dependen de ese ingreso para poder vivir.
La realidad es que, en Venezuela, una familia para poder comer completo, debe ganar cada día el equivalente a un salario mínimo mensual (USD$ 2); y eso, en Venezuela es imposible.