“Venezuela no es Cuba” decían algunos incrédulos en el país suramericano mientras avanzaba la régimen chavista. Sin embargo, este 2018 la libreta de racionamiento cubana cumple 56 años de haber sido creada, mientras que en el país gobernado por Nicoás Maduro, el “Carnet de la Patria” cumple un año con miras a mantenerse vigente por el tiempo que dure “la revolución socialista”.
El régimen de Nicolás Maduro ha seguido el ejemplo casi exacto de Fidel y Raúl Castro, logrando que la nación con las mayores reservas petroleras del mundo se convierta en el país más pobre de la región.
Ya los venezolanos huyen en balsa, cuentan con la misma escasez que en el Período Especial de Cuba, y enfrentan la falta de transporte público, tal y como sucedió en la isla hace décadas. Ahora tienen el “moderno” carnet chavista, que solo se diferencia de la libreta de abastecimiento cubana por tener un Código QR.
En diciembre de 2017, Nicolás Maduro advirtió que “de ahora en adelante todo se hará con el Carnet de la Patria”. Ocho meses después anuncia que para obtener gasolina subsidiada los venezolanos deberán sacarse dicho documento.
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Los venezolanos no solo adquieren alimentos subsidiados a través del “Carnet de la Patria”, sino que además son chantajeados con dicho documento para poder obtener beneficios del Estado. Igual que en la isla, se convirtió en un método de control y manipulación sobre los ciudadanos.
El carnet de la patria se consolida como forma de segregación y apartheid político en Venezuela, lo cual es condenado por el Estatuto de Roma y engrosará los expedientes contra funcionarios venezolanos en la Corte Penal Internacional
— Giovanna De Michele (@giovdemichele) August 1, 2018
Tanto en Cuba como en Venezuela el que viva solo de la libreta o el carnet “se muere de hambre”. En la isla y en el país gobernado por Nicolás Maduro las familias deben comprar más alimentos a precios no subsidiados o en el mercado negro (bachaqueros).
PanAm Post estableció una comparación entre cómo funciona la libreta de racionamiento cubana y el Carnet de la Patria chavista .
La libreta de abastecimiento fue creada por Fidel Castro para enfrentar la escasez de alimentos y la “especulación” en los precios, mientras que en Venezuela el Carnet de la Patria surgió como requisito para quienes desean adquirir beneficios sociales. Pero al igual como sucedio en la isla, terminó convirtiéndose en un elemento de control social.
De acuerdo con el reconocido comunicador cubano, Yusnaby Pérez, “en Cuba si no tienes libreta de racionamiento no puedes comprar pan, pasta de diente, aceite, toallas sanitarias para mujeres, huevos, arroz… o sea, sin ella no comes, no vives, no existes…”
El “carnet de la patria” (como la libreta de racionamiento en Cuba) al principio fue opcional, se está convirtiendo en “necesario/obligatorio” y en unos años llegará a ser vital: si no lo tienes no comes, no vives, no existes…
— Yusnaby (@Yusnaby) August 1, 2018
Pero ahora en Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro estableció que el Carnet de la Patria es además requisito para obtener gasolina subsidiada, para acceder a las vacunas y hasta para inscribir a los niños en las escuelas públicas.
En Cuba con la libreta de abastecimiento solo se pueden comprar algunos alimentos y productos de higiene por un precio de 50 centavos de dólar por persona, que no alcanza para cubrir las necesidades básicas.
En Venezuela sucede algo similar, el Carnet de la Patria funciona para acceder a las cajas de alimentos subsidiados CLAP que cuestan 30.000 bolívares (US$ 0,01) cada una. Allí vienen por ejemplo, dos paquetes de leche en polvo, harinas de maíz, arroz, aceite, mayones, harina de trigo, y granos. Solo una caja por familia.
Nelson Rodríguez Chartrand, abogado, disidente cubano y residente en la isla, señaló a PanAm Post que “la libreta de abastecimiento es una burla a la dignidad de los cubanos, solo alcanza para comer una semana”.
Señaló que con ella se compran porciones de arroz, pollo, azúcar, leche, aceite, huevos, frijoles y la cuota diaria de pan.
“Por ejemplo, las almohadillas antisépticas (toallas sanitarias) las dan racionadas en la farmacia. A cada mujer le toca 1 paquete que trae 10 almohadillas, esto es para el mes, si necesitan más tienen que adquirirlas en el mercado negro a precios elevados. Tienes que presentar la libreta en la farmacia para que te despachen”, señaló.”En Cuba todos trabajan para robar, el que trabaja en un almacén, roba; el que trabaja en hospitales, roba; el que trabaja en farmacia, roba. No hay otra forma de subsistencia”, sentenció.
Y es que al igual que en Cuba, en Venezuela el Carnet de la Patria es un mecanismo de control y sumisión. A través de este instrumento, el régimen de Maduro decidió depositar “bonos” como una especie de medida para maquillar la hiperinflación y que el salario mínimo en ese país es inferior a los US$ 2 mensuales.
“Con el carnet el gobierno te deposita ciertos bonos que decreta, por ejemplo, el bono de la mujer o de la madre. Sirve como una cuenta electrónica que está vinculada al Banco de Venezuela, además se utiliza para que el gobierno lleve un registro con nombres, datos del grupo familiar, números de cuenta, etc”, explicó a PanAm Post Carmen Marín, quien adquirió el Carnet de la Patria por exigencia del régimen tras trabajar en un organismo estatal.
“Ahora quieren que todo el que tenga un vehículo se saque el Carnet de la Patria, realizar un censo para saber qué carro tienes, para qué lo usas y racionar la gasolina”, añadió.
“Cada vez que hay elecciones van y me buscan en la casa y me llevan a votar. En la mesa de votación en vez de pedirme la cédula me piden el carnet”, señaló.
En relación con la caja de alimentos CLAP, Marín agregó que le cuesta 30.000 bolívares ( US$ 0,01), pero tiene que pagar el flete que cuesta tres veces más que la caja. “Tampoco es que llega todos los meses, pueden pasar hasta tres meses sin llegar”, sentenció.