De la “noche a la mañana” e inesperadamente, miles de venezolanos se derrumbaron emocionalmente tras una serie de medidas migratorias que empiezan a cerrarle las puertas a quienes huyen de un país al borde del colapso; decisiones además que ponen en riesgo el derecho universal a la reagrupación familiar establecida directa e indirectamente en tratados internacionales.
En el país gobernado por Nicolás Maduro, son miles los ciudadanos que deciden vender todas sus pertenencias, para lograr adquirir divisas y emprender una travesía de 2.900 kilómetros por tierra o por aire, con la esperanza de empezar a vivir en un país donde al menos se consigan alimentos y medicamentos básicos.
La Naciones Unidas calculan que dos millones de personas han huido de Venezuela en los últimos años debido a la escasez de alimentos y medicinas. Más de la mitad de los inmigrantes que llegaron a Colombia/Brasil/Ecuador/Perú presentaban cuadros de desnutrición.
— Daniel Blanco (@DanielBlancoPaz) August 15, 2018
De existir el “sueño norteamericano”, donde miles anhelaban llegar a Estados Unidos, ahora existe el “sueño suramericano” con el que los venezolanos están dispuestos a sufrir hambre, frío y sueño para lograr establecerse y de algún modo ayudar a sus familias que padecen penurias en Venezuela.
Este fin de semana Ecuador y Perú anunciaron que a partir de ahora solicitarán a los migrantes que ingresen solo con pasaporte, una medida comprensible, aunque le cierra las puertas a miles de venezolanos dejándolos a la deriva.
Pero ¿qué pasará con los padres que están en Perú, pero sus hijos y esposas no tienen pasaporte o tienen el documento vencido?¿qué pasará con esas familias?. Quedan muchas preguntas por responder.
Tras la dificultad de comprar boletos aéreos para salir de Venezuela, por sus altos costos, más de tres mil venezolanos salen diariamente por tierra para caminar o rodar hasta sus destinos. Muchos se quedan en Colombia para reunir dinero y poder continuar hacia otros países; otros, de una vez viajan a Ecuador, Perú, Chile o Argentina con poco equipaje en sus manos llenos de sueños.
La mayoría son hombres que deciden dejar en Venezuela a sus esposas e hijos para adelantarse en el proceso migratorio, conseguir trabajo, vivienda y poder reunir dinero para reencontrarse. La mayoría, son personas de bien que lo dejaron todo en su país.
Pero de un momento a otro, todo cambió; los gobiernos de Ecuador y Perú decidieron exigir pasaportes a todo migrante adulto y con ello, simbólicamente cerrarle la puerta a los miles que estaban en camino solo con sus cédulas de identidad.
Ecuador y Perú les habían permitido a los venezolanos ingresar con sus documentos de identificación personal, como la cédula o la Tarjeta Andina, lo cual se había convertido en una ventaja significativa para estos migrantes, quienes luchan por obtener pasaportes en un país donde el Gobierno afirma no tener material para imprimir dichos documentos.
Los venezolanos están huyendo de su país con muy poco dinero en sus bolsillos y con pocas pertenencias; aunque emigran con la esperanza de conseguir calidad de vida, se están convirtiendo en una gran carga para las otras naciones de la región.
Mientras eso pasa, muchos venezolanos con sueños e ilusiones ven como poco a poco se les van “cerrando las puertas” para emigrar, pues hay que recordar que Nicolás Maduro ha instalado el “secuestro” como política de Estado, negándoles a miles de ciudadanos el derecho a sus pasaportes; razón por la cual la solución más expedita era salir del país por vía terrestre y solo con la cédula de identidad.
Perú, hasta este domingo 19 de agosto, era el país que más facilidades otorgaba a los venezolanos con la entrega del Permiso Temporal de Permanencia (PTP) para que pudieran establecerse de manera legal y formal; sin embargo, dicho beneficio solo se mantendrá para quienes ingresen a ese país antes del 31 de octubre de 2018.
Fue un fin de semana lleno de muy malas noticias para quienes anhelan emigrar: primero les exigen solo pasaporte y después Perú acorta el lapso para la entrega de los PTP.
Dijo Simón Espinoza, destacado periodista y escritor ecuatoriano: “Pedir pasaporte a los venezolanos es como pedir a una mujer que se ahoga que muestrre su carnet de afiliaxión al IESS para salvarla…”
Pedir pasaporte a los venezolanos es como pedir a una mujer que se ahoga que muestre su carnet de afiliación al IESS para salvarla. Somos mezquinos. Si Bolívar y Sucre renacieran, no nos liberarían.
— Simón Espinosa C. (@simonespinosa28) August 18, 2018
Conseguir un pasaporte en Venezuela puede costar unos 1.000 dólares en el mercado negro, en un país donde el salario no supera los USD$ 2 mensuales; es prácticamente “misión imposible”.
La precariedad de quienes emigran es notoria. Colombia ha tenido que instalar puestos médicos y de atención humanitaria; Ecuador habilitó ocho centros temporales para inmigrantes venezolanos; y Perú cuenta con la Oficina para Refugiados de la ONU (Acnur) y con la Conferencia Episcopal de ese país que abrió Centros de Información y Orientación al Migrante Venezolano.
Pero las recientes normas migratorias causaron desesperación; cientos de venezolanos varados en Ecuador gritaban y pedían una “ruta humanitaria” para llegar a Perú, una situación que de momento permitió que lograran ingresar en una especie de carrera contra el tiempo. Deberán llegar antes del 25 de agosto a Perú para que no les exijan el pasaporte.
“No estamos migrando porque queremos. El Gobierno nos está matando de hambre. Tenemos miedo de que nos denigren. Tengan condolencia con nosotros. Es preferible morir acá que regresarnos”, dijo Carlos a la agencia de noticias AP, quien lleva cinco días de viaje desde Venezuela.
RECLAMOS EN RUMICHACA ??
Venezolanos que solo portan su cédula llegaron la madrugada de este sábado y no pudieron entrar al Ecuador tras la nueva medida migratoria que exige la presentación obligatoria del pasaporte. @EcuavisaInforma pic.twitter.com/4zlnGLOHvb— Juan Carlos Aizprúa (@jcarlosaizprua) August 18, 2018
¿Cómo decirles a esos migrantes, que probablemente vendieron todas sus pertenencias, que no pueden llegar a sus destinos y que les toca regresar a un país en ruinas? Es condenar a miles de venezolanos a un estado de depresión sin retorno. Sobre todo, para aquéllos que ya están en su país destino y que aspiran reencontrase con sus hijos y familiares.
“Solo me falta vender el apartamento, ya saqué a mi hija del colegio, vendí mi carro y todas mis pertenencias; mi pasaporte se vence el dos de septiembre, no sé cómo voy a hacer si no me dejan entrar con la cédula”, dijo a PanAm Post Andrea Espinoza, quien desde hace meses planifica su viaje por tierra con destino a Lima.
La esperanza de Andrea es que Ecuador y Perú “se apiaden” y la dejen ingresar con el pasaporte, aunque esté vencido.
Y es que las recientes decisiones migratorias de los diferentes países surgen tras la creciente cifra de criminalidad por parte de venezolanos en territorio extranjero; los gobiernos se han visto obligados a tomar medidas no solo para resguardar a sus habitantes, sino también para llevar control sobre quiénes ingresan a sus territorios.