Tras la falta de acciones políticas contra el régimen de Nicolás Maduro y la escasez de soluciones ante una crisis humanitaria sin precedentes, algunos venezolanos empiezan a sentir que solo hay dos salidas al sufrimiento que viven: emigran desesperadamente o acaban con sus vidas.
Tal es el caso del médico pediatra, Carlos Amundaray, quien decidió suicidarse tras sufrir una profunda depresión, pues se encontraba afectado por la muerte de neonatos a causa de la falta de insumos en el país. El día que decidió quitarse la vida, fallecieron tres recién nacidos en el hospital donde trabajaba.
Algo parecido sucedió con el empresario Norberto Amaya, mejor conocido en el mundo gastrónomico como “Tito”, quien a sus 77 años decidió suicidarse, horas después que Nicolás Maduro anunciara entre sus medidas económicas un aumento unilateral de salarios que pone en peligro la “supervivencia” de las empresas en el país. “Tito” era dueño y socio de varios restaurantes en la región Central de Venezuela.
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Tras la profundización de la crisis económica, política y social, las cifras extraoficiales de suicidios, según el Observatorio Venezolano de la Violencia, reportan que desde 2016 se registró un incremento “marcado y notable”, donde se presenta una tasa de suicidio que ronda entre 15 y 17 por cada 100 mil habitantes, frente a la media mundial de 11,5.
“Hay un grupo de personas, el más importante, que se va del país, y hay otro tipo de personas que, por ciertos rasgos particulares, no deciden abandonar el país, sino dejar de vivir y toman la decisión del suicidio como una salida (…) buena parte de lo que sucede en el país es una suerte de eutanasia”, expresó Roberto Briceño León, director de la ONG.
Ante el aumento de las tasas de sucidios, la Federación de Psicólogos de Venezuela, decidió actuar empleando asistencia gratuita todos los viernes, para aquéllos ciudadanos que necesiten desahogar su situación y obtener la ayuda de especialistas.
Con respecto al Suicidio de un reciente Médico Pediatra:#Psicologia #Venezuela #AyudaVenezuela pic.twitter.com/wEIKPO0j2n
— Koko (@kokofar0) August 31, 2018
Venezuela, la nación que según estudios fue en algún momento considerada el “país más feliz del mundo”, pasó a ser el país de las muertes, de la tristeza, de la emigración y de los suicidios.
De hecho, Enrique Martínez, un ingeniero venezolano, anunció a través de su cuenta en la red social Twitter, el fallecimiento de su joven hijo, quien había decidido emigrar a Argentina, pero que “en medio de una fuerte depresión, la soledad y la angustia decidió quitarse la vida”.
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Y es que Venezuela se convirtió en una nación donde las familias se dividen gracias a la emigración masiva, donde desesperadamente los ciudadanos buscan salir en busca de calidad de vida; dejándolo todo en su tierra y bajo el riesgo de caer en fuertes depresiones.
La ONU señala que son 2,3 millones los venezolanos que salieron de su país. Una cifra que puede incrementarse sobre todo, luego de las recientes medidas económicas implementadas por Maduro que incluyen no solo la devaluación de la moneda, sino también el incremento de impuestos y de los precios de la gasolina.
Entre 2015 y 2017 la migración de venezolanos a todas partes del mundo se incrementó en 132%; en el caso de los que se dirigen a países de Suramérica el aumento fue de 895%.
Fermín Mármol García, abogado criminalista, señaló a PanAm Post que Venezuela no es un país que se ha caracterizado por la ocurrencia de suicidios; sin embargo, agregó que la situación país es un factor influyente a la hora de tomar esta drástica decisión.
Mármol explicó que algunas de las principales causas probables para el suicidio entre los venezolanos incluyen: la ruptura de familias con el aumento de la diáspora, la pérdida de los sueños y la calidad de vida, la escasez de alimentos y medicamentos; y hasta la injusticia e impunidad.
“La diáspora, por ejemplo, esa cultura de emigrar, del rompimiento de la familia, del aislamiento de nuestros vínculos sentimentales, no era parte de la cultura del venezolano y eso ha causado altas presiones psicoemocionales; además ahora transitamos por un camino de hiperinflación que es también un factor determinante en la presión psicoemocional del venezolano”, señaló.
Para el especialista otro factor influyente es la pérdida de sueños e ilusiones al resquebrajarse la calidad de vida.
“El venezolano al perder la calidad de vida, al perder la estructura sentimental de la familia, pierde también parte de la magia de soñar y cuando uno pierde eso, empieza a tener una conducta conformista que se aleja del progreso y eso también influye en la parte emotiva”, agregó.
“Imagínese un ciudadano que tenga problemas para alimentarse, para atender sus enfermedades, para movilizarse, pues eso empieza a afectar su psiquis, además se le agrega la escasez de antidepresivos; todo eso influye y por eso algunos deciden quitarse la vida”, señaló.
Y es que nadie escapa de la crisis en el país suramericano, donde no solo hacen falta medicamentos básicos para tratar afecciones simples, sino también los antidepresivos.
Luis Francisco Cabezas, director general de la ONG Convite, señaló a PanAm Post que las depresiones no solo se dan por situaciones dramáticas, sino también por un tema bioquímico que debe ser tratado con medicamentos, y que al no haber antidepresivos la situación se complica en los pacientes que los ameritan.
Solo en cinco años, Maduro afincó el acelerador “pulverizando” los salarios de los venezolanos, “desapareciendo” empresas, empleos, alimentos y medicamentos; acabando con los servicios públicos y “robándose” elecciones. Así consiguió terminar con la esperanza de un cambio por vías democráticas o de consenso.
Como en Cuba
El régimen de Nicolás Maduro encontró la manera de materializar el socialismo en Venezuela, tal y como Fidel Castro lo hizo en Cuba, a tal punto de que en la isla, tras las precarieades, el suicidio pasó de ser un tema tabú a una especie de “tradición”.
Hasta 2017 y según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Cuba es el segundo país de América Latina que más casos de depresión sufre detrás de Brasil.
Según el portal CiberCuba, desde que llegó Fidel Castro al poder, los suicidios de personas comunes fueron invisibilizados por la prensa cubana, pues están “radicalmente prohibidas las necrológicas desagradables” por supuestamente causar “un malestar adicional en la población”.
“La Revolución ha propiciado el arraigo de la inercia individual y social, la hostilidad constante hacia los desafectos políticos, y la carencia de confianza en el futuro, razones que casi siempre desembocan en tragedia. Con frecuencia ocurren suicidios en las cárceles e instituciones mentales cubanas, por la desatención y la no vigilancia de suicidas potenciales”, señala el portal digital.