Ante la grave crisis humanitaria en Venezuela, Estados Unidos volverá a llevar ante el Consejo de Seguridad de la ONU la discusión sobre la dictadura en el país suramericano; una medida de presión para que el tema finalmente forme parte de la agenda formal.
De acuerdo con Nikki Haley, embajadora de lEE. UU. ante las Naciones Unidas, la reunión informal se llevará a cabo el próximo lunes a la que asistirán “algunos miembros de la sociedad civil venezolana”.
El objetivo, dijo, es que compartan con el Consejo de Seguridad cómo el presidente venezolano, Nicolás Maduro, es “sistemáticamente corrupto y cómo está quitando recursos a la gente para seguir manteniendo su dictadura”.
#5Sep Estados Unidos volverá a llevar la situación de Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU. La cita tendrá lugar el próximo lunes.
“No queremos otra Venezuela”: Embajadora de EEUU busca tratar el tema de Nicaragua en la ONU. Miembros del Consejo de Seguridad se oponen.— CATERINA VALENTINO (@CATERINAV) September 5, 2018
Haley insistió que en Venezuela “la corrupción ha llevado a una de las peores crisis humanitarias provocadas en una generación”.
PanAm Post entrevistó a Mariano De Alba, especialista en derecho internacional e internacionalista, quien señaló que se trata de un evento “relevante” que contribuirá en que la situación en Venezuela sea tratada en la agenda formal del Consejo de Seguridad.
“Es relevante porque es un foro adicional donde se discutirá la crisis, siendo una oportunidad para que algunos países miembros del Consejo se informen de la situación actual. Asimismo, la discusión informal contribuye a que se vaya incrementando la presión de que la situación en Venezuela sea ingresada a la agenda formal del Consejo, lo que cada día parece más probable si se tiene en cuenta la crisis migratoria y que no se vislumbra ninguna intención por parte del gobierno de resolver la situación, sino más bien agravarla”, señaló el especialista.
De Alba explicó que desde el Consejo de Seguridad se toman medidas “trascendentales” que podrían autorizar desde medidas coercitivas hasta el uso de las fuerzas militares; sin embargo, resaltó que Rusia y China tienen poder de veto.
“Efectivamente podría ser trascendental que la discusión de la situación en Venezuela llegue al Consejo de Seguridad, el cual es el organismo encargado de velar por la paz y la seguridad internacional; además podría, eventualmente autorizar medidas coercitivas como mayores sanciones o el uso de la fuerza. Ahora bien, también es importante destacar que en el Consejo de Seguridad países como China y Rusia tienen poder de veto sobre las decisiones más trascendentales”, señaló.
No es la primera vez que una reunión de este tipo se lleva a cabo, pues en 2017 se dio una sesión informal sobre Venezuela en el mismo Consejo de Seguridad; oportunidad en la que países aliados de Maduro como Rusia, China y Bolivia optaron por boicotear el encuentro.
Hasta el momento, la ONU solo se ha limitado a llamar al diálogo entre el régimen y la oposición en Venezuela sin involucrarse en la situación real y humanitaria que enfrenta la población de este pais. Se ha dedicado a atender y discutir las crisis en el Oriente Medio, en África y Asia, pero ha dejado de lado a América del Sur.
Las reuniones en el Consejo de Seguridad de la ONU se convierten en un acto más de presión contra el régimen de Nicolás Maduro, porque es en esa instancia que se toman decisiones, sobre todo en relación con posibles intervenciones humanitarias.
Una intervención humanitaria significa una intervención de otros países con el uso de la fuerza militar para tratar de cambiar la situación política en el país y tratar de ayudar a los millones de venezolanos que están sufriendo o muriendo como consecuencia de la crisis creada por el régimen.
“Para que eso se dé no solamente haría falta, por ejemplo, autorización o diversas discusiones del Consejo de Seguridad de la ONU —donde China y Rusia tienen poder de veto—, sino, además, la voluntad de algún país de efectivamente comprometer sus efectivos militares para que desplieguen esa operación”, señaló De Alba.
Para que se efectivamente se produzca una intervención legal en Venezuela, se necesita la aprobación de Rusia y China, actualmente aliados de Maduro; sin embargo, De Alba explicó que existen casos de intervenciones sin la autorización de la ONU.
“Hay casos de intervenciones militares sin autorización del Consejo de Seguridad. Pero la comunidad internacional no se está planteando esa opción, sino que quiere ver mayor presión interna”, agregó el especialista.
Y es que Venezuela vive una profunda crisis política y una caótica situación económica, con escasez de alimentos y medicinas y una disparada inflación. Su economía, altamente dependiente del petróleo, ha colapsado junto con la caída de los precios del crudo.
Al mismo tiempo, la salida democrática por la vía electoral se ha desmoronado con los recientes fraudes cometidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) chavista, único órgano comicial en Venezuela.
A lo anterior se suma que, de acuerdo con informes internacionales, el país suramericano tiene las ciudades más peligrosas del mundo, con altos índices delictivos, criminalidad e impunidad.
Ante todo esto, los millones de venezolanos se sienten atrapados en una crisis “sin salida”, razón por la cual buscan huir por tierra, aire o mar a otras naciones, creando una crisis migratoria sin precedentes en América Latina.