La lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, fue detenida de forma preliminar mientras la Fiscalía la investiga por lavado de activos provenientes de Odebrecht para su campaña presidencial de 2011; una acción que representa la crisis y debacle del fujimorismo en Perú.
Nunca antes el fujimorismo había estado en tan mal momento; por un lado, el Poder Judicial ordena la reversión del indulto a Alberto Fujimori, y por otro lado ordena la detención de Keiko, quien está involucrada en al menos cuatro causas por las que está siendo investigada.
#Haceinstantes Llegada de Keiko Fujimori a la Sala Penal Nacional para audiencia de control de identidad por detención preliminar. pic.twitter.com/mKrI9h7oSm
— Poder Judicial Perú (@Poder_Judicial_) October 10, 2018
Y es que desde hace dos meses para acá, al fujimorismo le han caído las “siete plagas de Egipto”, sobre todo luego de conocerse que habría cometido tráfico de influencias adentro del Poder Judicial para verse beneficiado. En el caso se conocen al menos tres involucrados: la lideresa Keiko Fujimori y los congresistas Héctor Becerril y Francisco Villavicencio.
Sin embargo, no es precisamente por el caso de los audios de la verguenza, que Keiko está detenida, en esta oportunidad es por lavado de dinero tras presuntamente recibir dinero ilícito para sus campañas políticas.
ABC de la caída del fujimorismo
El politólogo Luis Fernando Nunes explicó a PanAm Post que el fujimorismo no solo está involucrado en el caso de los audios de la verguenza, sino también en actos de corrupción que salpican directamente a Keiko Fujimori. Señaló que “la señora Fujimori tiene muchas explicaciones que darle a la Justicia”.
“El fujimorismo está metido en este problema y por más que el Congreso ayer quiso blindar al congresista Héctor Becerril, definitivamente ellos están metidos en esta ola de corrupción, esto no lo va a poder parar nadie”, señaló.
“Se hablaba de que esto podía pasar, que la señora Keiko podía estar involucrada en este asunto de los cocteles. No es solamente una causa, hay como 4 o 5 causas en las que ella está metida. Pero en específico esta causa viene desde el 2011, casi 8 años tiene este asunto de los cocteles como para lavar plata que entra a su campaña y que de alguna manera pone en el ojo del huracán dinero de Odebrecht”, explicó Nunes.
“La situación está complicada, le han dado 10 días de prisión provisional, pero lo más seguro es que le hagan prisión preventiva por 9 o 18 meses. La familia Fujimori está pasando por un momento complejo, no solamente por las detenciones de sus familiares, sino también por los terribles resultados en las recientes elecciones regionales”, recordó.
Y es que en las recientes elecciones regionales del pasado domingo 7 de octubre, el fujimorismo fue el más derrotado.
“La estrategia de ahora del fujimorismo es presentarse como víctimas, pero sin duda la señora Fujimori tiene muchas explicaciones que darle a la justicia”, señaló el analista.
“No creo que se dé la desaparición total del fujimorismo, pero es evidente que está en su peor momento por todos los casos de corrupción en los que están involucrados”, sentenció.
Keiko hasta “el cuello” por caso Odebrecht
En el documento de la detención preliminar, sustentado en la investigación fiscal, se indica que Keiko Fujimori “habría formado” una organización criminal dentro del partido Fuerza Popular con la finalidad de obtener poder político y que en su campaña presidencial de 2011 recibió US$1,2 millones de la constructora brasileña Odebrecht “provenientes de fondos ilícitos productos de actos de corrupción”.
Se añade que el ex ejecutivo de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, admitió ante la fiscalía peruana que la constructora otorgó esa cantidad al partido de Keiko Fujimori.
El juez Richard Concepción Carhuancho ordenó la aprehensión de Fujimori y otras 19 personas por un plazo de diez días, entre ellas Jaime Yoshiyama y Augusto Bedoya Camare.
Yoshiyama fue secretario general y jefe de campaña de Fuerza 2011, y Augusto Bedoya Cámere, exministro de Transportes durante la dictadura fujimorista.
Cabe destacar que en octubre de 2017, el fiscal Pérez solicitó el levantamiento del secreto bancario y tributario de Keiko Fujimori y su esposo, el estadounidense Mark Vito.
La decisión surgió con el fin de investigarlos bajo la Ley contra el Crimen Organizado, por el presunto delito de lavado de activos a raíz del Caso Odebrecht. Además, por supuestos aportes irregulares que el partido naranja recibió para la última campaña presidencial.
Barata confesó que Odebrecht aportó un total de US$1,2 millones a la candidatura de Fujimori en las elecciones de 2011.
El exsuperintendente de Odebrecht en Lima precisó que en un inicio aportó US$500.000 a la campaña fujimorista por intermedio de Jaime Yoshiyama Tanaka, entonces secretario general y jefe de campaña de Fuerza 2011, y Augusto Bedoya Cámere, exministro de Transportes durante la dictadura fujimorista y uno de los que habría financiado el viaje de Alberto Fujimori de Japón a Chile, en 2005.
Barata puntualizó que en ningún caso, salvo con Humala, entró en contacto o habló de los aportes con los candidatos. “No me comuniqué con Keiko Fujimori, todo se hizo a través de Yoshiyama y Bedoya”, aclaró.
Las reacciones sobre lo declarado por Barata no se hicieron esperar. Fujimori dijo que no recibió tal dinero ni de “Marcelo Odebrecht ni de su empresa”.
Cabe destacar que a mediados del mes de noviembre el empresario brasileño Marcelo Odebrecht confirmó que su compañía financió, en el año 2011, la campaña presidencial de Fujimori.
Según él, su constructora solo ayudaba en las campañas de los candidatos presidenciales que tenían posibilidades de ganar, para que la empresa pudiese tener las puertas abiertas y así realizar nuevos proyectos en el país una vez llegara a la presidencia el candidato financiado.