El régimen de Nicolás Maduro busca por las buenas o por las malas hacerse de las remesas que envían los venezolanos a sus familiares en el país.
Este jueves 8 de noviembre, el oficialista fiscal general, Tarek William Saab anunció la orden de aprehensión a 70 individuos supuestamente vinculados a “remesas ilegales”.
Eso es mentira. El estado no tiene porque recibir remesas si no tiene un mecanismo atractivo para su recepción.
Por lo tanto el razonamiento es errado.
Este tipo de medidas encarecerá el proceso. https://t.co/RV6c0jLNcy— Luis Oliveros (@luisoliveros13) November 8, 2018
Saab aseguró que el envío de las remesas se encuentran mayormente ubicadas en el extranjero: “Estas casas se ubican en Colombia donde hay casi 600, Chile, Perú, Argentina, México, España, Panamá, Ecuador, Costa Rica, República Dominicana, Bolivia, Estados Unidos y Brasil”.
Asimismo, informó que han solicitado el bloqueo de 2.144 cuentas bancarias de personas naturales y jurídicas vinculadas al tema.
“Estimamos que entre 150 y 200 millones de dólares mensuales dejan de ingresar a la economía formal producto de este mercado ilegal”, señaló.
Pero la verdad es que al país suramericano no ingresan remesas en dólares y menos serían ilegales, sobre todo luego de haber derogado en agosto la ley de ilícitos cambiarios.
¿Cómo es que sin ley de ilícitos cambiarios el fiscal habla de remesas ilegales? Lo que busca la dictadura de Nicolás Maduro es crear una especie de embudo para obligar a los venezolanos en el exterior a enviar dólares de manera oficial para apropiarse de ellos.
Hay que recordar que el pasado 27 de agosto el régimen dio a conocer un duro golpe contra los venezolanos en el exterior que mantienen sus cuentas en bolívares activas, pues se conoció que la Superintendencia del Sector Bancario de Venezuela bloquearía las cuentas que se manejen desde el exterior; situación que sería detectada rastreando la dirección IP.
“No sé que está buscando el gobierno, pareciera que le quiere hacer la vida más difícil a la gente que se fue, quiere controlar más el dólar paralelo o quiere controlar más el tema de las remesas”, señaló a PanAm Post el economista venezolano, Luis Oliveros.
¿Cómo funciona el “envío” de remesas?
La realidad es que las remesas que familiares envían desde el exterior no entran al país en forma de divisas y para el régimen es casi imposible controlarlo.
En Venezuela lo que sí existe son transacciones acordadas, tanto en territorio venezolano como en el exterior, entre miles de personas distintas. Es así: los venezolanos acuden a un intermediario que tiene tanto cuentas en el exterior como en Venezuela. Este intermediario recibe el dinero en moneda extranjera por parte de quienes desean ayudar a sus familiares en tierra criolla, inmediatamente este utiliza sus cuentas en bancos de Venezuela para transferir en bolívares a los beneficiarios de las remesas (estas son las cuentas que el régimen quiere bloquear).
No existe una conexión directa entre el banco que está en el exterior y el que está en el país suramericano. El dinero nunca ingresa en divisas.
Cálculos de la consultora Ecoanalítica indican que el monto de remesas alcanzará USD $2.400 millones en 2018 y USD $3.500 en 2019, un monto muy superior al reportado en 2017 de aproximadamente USD$ 2.000 millones.
El alivio de las remesas
Venezuela cuenta con la mayor inflación del mundo, pero además tiene el salario más bajo de la región: un venezolano recibe USD $6 mensuales como sueldo mínimo, mientras los precios de los productos y alimentos básicos se encuentran en bolívares, pero calculados al dólar negro.
En el exterior hay muchos profesionales que, por necesidad y en busca de mejorar sus vidas, trabajan de mesoneros o venden golosinas en los autobuses, otros caminan las calles vendiendo arepas venezolanas, pero todos con una sola misión: emprender y ayudar a quienes se quedaron en su tierra. Estos exiliados y sus remesas son hoy el “salvavidas” de sus familiares en Venezuela.
Como las agencias de envío de remesas formales usan la tasa oficial, los inmigrantes han buscado otra forma, a fin de que el dinero enviado les llegue a sus parientes al cambio del “mercado negro”.
La “ventaja” que hay para los venezolanos en el exterior es que el bolívar está tan devaluado que, a pesar de enviar menos de la cuarta parte del sueldo a un pariente en Venezuela, cuando se convierte a la tasa paralela, son millones de bolívares.
“Para los venezolanos en el exterior no hay incentivos para usar estas casas de cambio oficiales, ya que hay una tasa mucho mayor en el paralelo. Pero además hay otro componente que es el de confianza, ¿cuántas personas están dispuestas a decirle al gobierno que permanentemente están mandando dólares o cuántas están dispuestas a decirle al gobierno que permanentemente están recibiendo bolívares por el envío de remesas desde el exterior?”, preguntó Oliveros.
“Para mí el gobierno está buscando que gente venda dólares por ahí para ellos quedarse con esos dólares, en un escenario en el cual cada día se producen menos divisas”, señaló.