Al menos tres fueron las razones que tuvo el gobierno de Uruguay para negar el pedido de asilo al expresidente peruano Alan García, quien alegaba que en su país existe “persecución política”.
El gobierno de Tabaré Vásquez analizó los alegatos del exmandatario que había solicitado protección tras las investigaciones en su contra por el caso Odebrecht. El pedido de asilo diplomático le fue negado, y por lo tanto el expresidente deberá permanecer en Perú cumpliendo con la orden de 18 meses de impedimento de salida del país.
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El canciller peruano Néstor Popolizio señaló que con esta decisión, Uruguay reconoce “que existe una democracia en Perú, con autonomía e independencia de poderes y resaltan la del Poder Judicial. Por lo tanto, no existe persecución política”.
El canciller peruano señaló que el presidente Vázquez revisó tratados con juristas, y determinaron que se trataba de delitos económicos.
Alan García: “Estaré en mi domicilio a disposición de todas las investigaciones”. Ahora sí, ¿no?
— Sigrid Bazán (@sigridbazan) December 3, 2018
A esto se suma el documento que en abril suscribió el gobierno de Uruguay en el marco de la Cumbre de las Américas, donde los países se comprometieron a luchar contra la corrupción desde todos los ámbitos posibles.
No existe persecución política
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, aseguró que tras analizar la información enviada por el Perú y realizar las evaluaciones jurídicas correspondientes, su gobierno concluyó que “no se trataba de un caso de persecución política”.
Y es que el expresidente peruano había afirmado que su solicitud de protección surgía por una supuesta persecución política en Perú.
Previamente Alan García nunca había denunciado persecución en su contra; de hecho, recientemente viajó de España a Perú para declarar y no alegó ser un perseguido, tampoco lo hizo cuando se acercó a la Fiscalía ni cuando declaró ante un juez. Su cambio de postura se dio tras conocer que tenía impedimento de salida del país.
Independencia de poderes y Estado de Derecho
Tabaré Vázquez recalcó que Uruguay no podía asilar a Alan García porque en Perú “funcionan autónomamente y libremente los tres poderes del Estado, y es precisamente el Poder Judicial el que está llevando a cabo las investigaciones de eventuales delitos económicos”.
El mandatario de Uruguay señaló además que Alan García no es investigado por sus ideas políticas, sino por hechos “económicos y administrativos desarrollados durante dos gestiones como presidente del Perú”.
El asilo no se otorga por delitos comunes
Por su parte, el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, mencionó el artículo 3 de la Convención de Caracas de 1954, como uno de los motivos para no albergar a García Pérez.
Dicho artículo precisa: “No es lícito conceder asilo a personas que se encuentren investigados por delitos comunes”.
“El que no la debe, no la teme”
El expresidente peruano Alan García no supo ocultar su temor a ser detenido tras estar presuntamente involucrado en el caso Lava Jato; a pesar de asegurar que no tenía “nada” que ocultar, decidió pedir asilo a la embajada de Uruguay en Lima.
“Nos allanamos para que nadie piense que ocultamos algo. Y para mí no es una sanción estar 18 meses en mi patria y apoyar al Aprismo”, fue la respuesta que dio García tras conocer que tendría impedimento de salir del país; sin embargo, horas después pidió asilo a la embajada uruguaya.
“A todo el país le digo que tengo en paz mi conciencia. Ni me vendí ni nada pedí. Creo en la historia y en la gloria del aprismo que es mi única riqueza”, reiteró el exmandatario.
De este modo, García quiso mostrar su presunta inocencia y valentía al aceptar “con dignidad” su prohibición de salida del país; sin embargo, minutos después alegó persecución política y pidió el asilo.
Y es que en pocas horas, García habría demostrado que sí tiene mucho que temer tras huirle a un posible pedido de prisión preventiva.
Ante las recientes acciones de Alan García, la analista político Sigrid Bazán señaló que “el que no la debe, no la teme”.
Hay que recordar que Jorge Barata, exrepresentante de Odebrecht en Perú, reveló que en la campaña del 2006 al único candidato al que la constructora apoyó económicamente fue a Alan García Pérez, que resultó vencedor en esa elección.
Al parecer a García le entregaron USD $200.000 en efectivo, por intermedio de Luis Alva Castro, exministro, exdiputado, excandidato presidencial y conocido dirigente aprista. Al igual que con Keiko Fujimori, Barata precisó que no entró en contacto con el candidato.