La Organización de Naciones Unidas (ONU) paradójicamente permitió que el régimen Maduro presida la Conferencia de Desarme en Ginebra, siendo este el país de la región que más ha logrado armar a civiles para “defender” a la revolución chavista.
El pasado 18 de abril, la Oficina del alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos le advirtió al régimen de Nicolás Maduro que la entrega de armas a civiles solo exacerbará la tensión y el conflicto en Venezuela. Sin embargo, hoy el régimen preside el foro de desarme.
Mientras Maduro anuncia la compra millonaria de armamento, la dictadura es quien lidera el foro de la ONU donde se promueven políticas para el desarme, lo que provocó que representantes de diferentes países abandonaran sus asientos y desconocieran al representante de la dictadura como presidente del evento.
Los embajadores de Estados Unidos y de diversos países del Grupo de Lima, con excepción de México, boicotearon la reunión al no acudir o retirarse de ella cuando el embajador de Maduro, Jorge Valero, inició la sesión.
Los sillones de países como Estados Unidos, Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Panamá, Perú, entre otros, permanecieron vacíos en la sesión inaugural, mientras que el embajador estadounidense en la conferencia, Robert Woods, salió de la sala en los minutos iniciales.
“Esta presidencia puede hacer lo que quiera, pero no tiene ninguna legitimidad, porque su Gobierno tampoco la tiene”, señaló Woods.
I refused to take part in any CD session presided over by a representative of the illegitimate former Maduro regime in Venezuela. pic.twitter.com/5hL0KnUhV1
— Robert Wood (@USAmbCD) May 28, 2019
Woods argumentó que la presidencia de Venezuela en la conferencia “mina los valores bajo los cuales este órgano fue establecido” al dar voz a “un régimen que sigue negando a su pueblo el derecho a subsistir, que es corrupto y tiránico”. “Estados Unidos no puede autorizar que un régimen así presida un órgano al que damos tanta importancia”, sentenció.
La Conferencia de Desarme (CD) es un foro establecido por la comunidad internacional para la negociación de acuerdos multilaterales de control de armas y desarme; pero si hay un país que no tiene control alguno sobre la posesión de armas, es Venezuela.
Que el régimen presida la CD es un sinsentido, a menos que en su intervención explique que ninguna de las naciones presentes debe seguir su ejemplo.
El pasado 23 de mayo, Maduro aprobó la asignación de 6 833 385 de euros, más de 7,5 millones de dólares, para fabricar lo que dice que es una metralleta de origen venezolano llamada “Caribe”.
Maduro dijo que el arma podría ser utilizada por la Milicia Bolivariana, la Policía Nacional Bolivariana y las policías estatales. Enfatizó que su visión de esta ametralladora es que se use como un arma de “apoyo” en las calles y vecindarios del país.
“Veo la ametralladora en manos de la milicia. En el barrio, en la calle”, dijo Maduro. Una aseveración que revela cómo la dictadura está dispuesta a armar a personal civil con el fin de defender la permanencia del chavismo en el poder, pues la Milicia Bolivariana está formada por voluntarios civiles que asisten a la Fuerzas Armada y apoyan y defienden a la dictadura.
Además de la Milicia, en Venezuela existen los colectivos armados o paramilitares, creados y auspiciados por el régimen. Estos colectivos se han convertido en organizaciones terroristas, parapoliciales, de exterminio y de control del país; atacan manifestaciones, intimidan, roban y asesinan a venezolanos.
Maduro ha quedado al descubierto y ha sido denunciado ante la justicia internacional por genocidio, sobre todo tras llamar a los “colectivos” a la calle a defender a la revolución.
Los colectivos chavistas, paramilitares armados, se dedican a amenazar, hostigar y disparar a quienes protesten contra de la dictadura. Estos grupos portan armas cortas y largas, y usan hasta tubos para golpear a los manifestantes.
Son grupos paramilitares creados por el régimen chavista para cumplir una función de control social y para defenderlo. La función de esas bandas armadas es la de controlar a la población para que no se rebele.
Los civiles armados se encargan de hacer el “trabajo sucio” bajo el resguardo de la Policía Nacional Bolivariana, pues pueden disparar y asesinar con la tranquilidad de que no serán sancionados bajo la dictadura.
“Colectivos paramilitares al servicio de la dictadura de nuevo reprimen las protestas de los sectores populares. Cumplen la orden de Maduro de reprimir las protestas sociales por derechos. El FAES y los colectivos son la combinación de Maduro y su cúpula contra los pobres”, denunció Provea, ONG venezolana defensora de derechos humanos.
Y es que una vez más Maduro quedó en evidencia ante el mundo, como el autor intelectual de los asesinatos por parte de colectivos, luego de que ordenara la activación de la supuesta “resistencia activa” conformada por civiles armados resguardados por policías y militares de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Venezuela, importador de armas
A pocas horas de haber fallecido un niño en Venezuela a la espera de un trasplante de médula, el régimen de Maduro anunció una inversión millonaria en armas.
Maduro no ha aprobado recursos adicionales para atender la crisis humanitaria, sin embargo, sí anuncia un monto millonario para lo que se convirtió en su prioridad: el suministro de armamento a militares y civiles.
Y es que Venezuela fue el mayor importador de armas en América del Sur entre 2009 y 2013. Rusia es el segundo socio comercial y acreedor más importante del país suramericano, después de China, y entre 2005 y 2013 los Gobiernos de Caracas y Moscú firmaron más de 30 contratos de defensa por un valor que supera los 11 000 millones de dólares.
¿Cómo actúan los colectivos?
Una fuente, que conoce a fondo cómo actúan los paramilitares del chavismo, le explicó al PanAm Post cómo se manejan estos grupos civiles armados, dispuestos a asesinar para defender a la dictadura de Maduro.
“Existen varios tipos de colectivos, el que todo el mundo conoce es el colectivo paramilitar, encapuchado, vestido de negro y armado, tienen estructura de guerrilla urbana y se organiza en bloques o en frentes. Pequeños grupos que se organizan según la zona donde viven, sus antecedentes policiales, etc.”, explicó.
“Tienen una jerarquía que va desde las altas esferas del Gobierno y ellos le dan las órdenes a los líderes de los colectivos, por ejemplo, en el caso de La Piedrita, el líder del colectivo es Valentín Santana”, señaló.
“Las órdenes se dan por radio de frecuencia corta. Ahorita el objetivo es pacificar la ciudad a través de todos los medios disponibles, acallar las protestas… no puede haber protestas en ninguna esquina. Tienen carta blanca para hacer lo que quieran”, fue uno de las órdenes dadas a los colectivos y que conoció el PanAm Post gracias a la fuente consultada.
Ante la pregunta de cómo cobran o reciben pagos del chavismo, la fuente señaló que ante la crisis es posible que los colectivos no estén cobrando dinero en efectivo, pero sí beneficios que pueden preferir.
“Yo creo que no les pagan, pero les dan otros tipos de beneficios como incorporarlos a los cuerpos de seguridad del Estado. Les dan armas, radios. Puede que no estén cobrando en nómina, pero sí recibiendo este tipo de cosas por debajo de la mesa”, sentenció.
En experto recordó que los miembros de colectivos también se lucran a través de actividades ilícitas como el secuestro y la extorsión, donde a cada una de sus víctimas pueden cobrarles en dólares.
La fuente reveló que hay muchos colectivos infiltrados en las comunicaciones policiales; situación que ha generado un presunto conflicto entre los funcionarios de carrera y los civiles armados. “Los colectivos hablan en muchos casos a través de frecuencias policiales, y por grupos de WhatsApp, donde solo hay policías, y por allí sustraen información”, informó el especialista.
Explicó que los grupos paramilitares tienen tanto poder que también mantienen el control sobre las policías municipales, regionales y nacionales.
“Les dan órdenes bajo amenaza. A veces les roban sus pertenencias, los cascos, las armas, los chalecos. Ese conflicto puede aumentar porque hay unidades policiales que tienen datos de los colectivos”, sentenció.