Un iraní millonario que ha comerciado armas con Irán, y que además fue representante de Robert Mugabe, dictador de Zimbabue, es el encargado de “vender” al venezolano Henri Falcón como la mejor opción presidencial del país suramericano.
Se trata de Ari Ben-Menashe, un hombre con un interesante currículo que ha sido colaborador de los servicios de inteligencia israelíes y ha asesorado a la junta militar que gobierna Sudán. Su nueva tarea es promover en Estados Unidos al polémico Falcón como una alternativa para supuestamente resolver la crisis en Venezuela.
Un reportaje de la BBC Mundo revela que el iraní figura como director de la firma canadiense Dickens & Madson, la cual se dedica al cabildeo político en el país norteamericano.
La "Operación Falcón" sigue activa y tiene mucho dinero. Cc: @jose_valentin1 https://t.co/43HgeLk3aS
— David Arévalo (@LeibnizDArevalo) July 30, 2019
Ben-Menashe ha sido calificado de “estafador”. De hecho su nombre surgió cuando en 2012 Wikileaks publicó los correos que le habían filtrado de la compañía de inteligencia estadounidense Stratfor. En uno de los correos un periodista israelí le advertía al jefe de seguridad de la firma que Ben-Menashe era “un estafador” y le aconsejaba mantenerse “alejado de él”.
En 1989 Ben-Menashe fue arrestado en Estados Unidos tras ser acusado de intentar vender tres aviones de transporte a los iraníes, y en 2002 habría estado envuelto en un turbio episodio en plena campaña electoral en Zimbabue, donde tuvo papel protagónico, pues gracias él detuvieron a un candidato opositor que tenía grandes oportunidades de ganar las elecciones.
Morgan Tsvangirai, líder de la oposición, fue acusado de intentar asesinar Robert Mugabe, y juzgado por traición poco antes de las elecciones. La prueba que usaron contra él fue la grabación de una reunión con Ben-Menashe en la que se habló de “eliminar” a Mugabe. Posteriormente, Tsvangirai dijo haber sido víctima de un montaje, lo que fue confirmado por la justicia. Finalmente fue absuelto.
Ben-Menashe y Henri Falcón
Falcón, exgobernador en Venezuela, exchavista y excandidato presidencial, contrató a la firma del iraní para que lo asesorara en las fraudulentas elecciones de mayo de 2018 y para convencer a Gobiernos como el de Estados Unidos, Rusia y otros de que él es, supuestamente, la “clave” para desbloquear la situación política en el país suramericano.
De acuerdo con el portal estadounidense POLITICO, la firma obtuvo un contrato por 200 000 dólares para cabildear a favor de Falcón.
“La firma se dispone a cabildear al poder ejecutivo y/o al legislativo del Gobierno de Estados Unidos y sus agencias en apoyo a los esfuerzos del partido político Avanzada Progresista para elegir a Henri Falcón como presidente de Venezuela”, afirma un documento presentado al Departamento de Justicia estadounidense, en donde también se especifica el valor del contrato.
Ben-Menashe dijo que había planeado “presionar” a la Casa Blanca para que respaldara a Falcón, a quien describió como un “candidato de compromiso”. Afirmó, además, que los únicos capaces de hacer que Maduro deje el poder son “los militares y los rusos”.
Falcón le dijo a BBC Mundo que lo único que había hecho su partido era “contratar de manera legal unos servicios profesionales y de representación en el exterior, igual que hacen otras muchas formaciones políticas venezolanas”. Sin embargo, no explicó la procedencia de los 200 000 dólares utilizados para pagar los servicios de Ben-Menashe.
El excandidato presidencial decidió participar en las pasadas fraudulentas elecciones, donde Maduro se adjudicó la victoria, a pesar de la alta abstención y de que no es reconocido como mandatario por más de 50 países.
El candidato, que se considera de “oposición”, decidió seguirle al juego a la dictadura y participar en unos comicios sin garantías para legitimar el proceso. De hecho, ha sido calificado como un “instrumento de Maduro”.
“Todos sabíamos. Yo sentado en Washington lo sabía. Los actores políticos en Venezuela también tenían que saberlo; que Henri Falcón era el principal instrumento que iba a tener el régimen bolivariano para empezar a dividir a la MUD”, dijo en 2018 el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Por su parte, el reconocido periodista Andrés Oppenheimer se refirió a Falcón como “el mayor traidor de Venezuela” tras participar en el fraude electoral.
Falcón, que fue chavista, se presenta a sí mismo como una tercera vía, la cual estaba implícita en el que fue su lema de campaña: “Si votamos, ganamos”, a pesar de conocer la falta de garantías por parte del chavista Consejo Nacional Electoral (CNE), que se encuentra bajo el control de la dictadura.
Hace unos días presentó en Caracas su programa “petróleo por alimentos”, por el que Venezuela supuestamente recibiría la ayuda humanitaria que necesita a cambio de crudo. Sin embargo, el país suramericano ya no es un gran productor petrolero por el abandono de las refinerías que se mantienen en precarias condiciones, por lo cual su propuesta resulta inviable.