Dos años han pasado desde la creación del Grupo de Lima, cuando por primera vez Perú reunió a más de 12 países para condenar la dictadura en Venezuela; sin embargo, dos años después los resultados no son alentadores: Maduro sigue en el poder, hay un sexto intento de diálogo y la crisis humanitaria ha causado aproximadamente cinco millones de exiliados.
El Grupo de Lima que se reúne aproximadamente cada dos o tres meses desde su creación, ha emitido constantes comunicados rechazando la usurpación del régimen de Nicolás Maduro y lo ha calificado de “dictador”; sin embargo, aún no emite medidas dirigidas a remover a la dictadura del poder.
En sus comunicados han amenazado con más sanciones y con aislar al régimen de Maduro, reconocen al presidente (e) Juan Guaidó y repudian la represión a la cual ha sido sometido el pueblo venezolano. Pero hasta ahora, solo han demostrado que las reuniones diplomáticas y las buenas intenciones del Grupo de Lima se quedan allí, en buenas intenciones.
Este martes 6 de agosto se llevó a cabo una Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela donde por primera vez el Grupo logró congregar a los más de 50 países que reconocen a Juan Guaidó como presidente (e); sin embargo, las conclusiones mostraron ser más de lo mismo, pues solo Estados Unidos tomó acciones contundentes contra Maduro con un aumento de sanciones comerciales. Por otra parte, Brasil anunció que impedirá el ingreso de funcionarios chavistas a su país y Suiza amplió la lista de sanciones. El resto de las naciones, se mantienen esperando por un diálogo entre el régimen y la oposición que hasta ahora no ha visto resultados y perpetúa a Maduro en el poder.
#8Ago Este martes el Gobierno de Brasil anunció que prohibirá el ingreso al país a funcionaros del régimen de Nicolás Maduro debido a lo acordado en la reunión del Grupo de Lima. #TVVNoticias #TVVenezuela pic.twitter.com/PnziXclkG2
— TVV Noticias (@TVVnoticias) August 8, 2019
El Grupo introdujo una denuncia ante la Corte Penal Internacional, para que desde la Haya se investigue y condene a Maduro por los crímenes de lesa humanidad; una acción que hasta ahora no obtiene resultados y ningún país presiona por que se lleve a cabo.
Luis Gonzales Posada, exembajador en la OEA y excanciller peruano, le dijo al PanAm Post que el Grupo de Lima debe abandonar los comunicados inútiles, y debe ejercer presión sobre la dictadura.
“Es el momento de exponer a los aliados de la dictadura genocida (…) Hay que pasar a una etapa diplomática mucho más audaz y agresiva porque la situación en Venezuela no ha cambiado, ha empeorado”, resaltó Gonzales Posada.
Para el exembajador peruano hay algunas medidas que deberían surgir del Grupo de Lima: sancionar a Cuba y Rusia por ser aliados de Maduro, y presionar para que se discuta en el Consejo de Seguridad de la ONU la situación del país suramericano.
“La primera etapa de la diplomacia ya cumplió sus funciones, hay que entrar en una segunda fase porque es evidente que el diálogo ha fracasado y solo ha servido para que Maduro se mantenga en el poder, se acreciente la represión y la oposición se fraccione”, señaló Gonzales Posada.
“Es momento de tomar medidas concretas (…)Tenemos que convocar a nuestros embajadores en Moscú en señal de protesta para arrinconar a Rusia para que no siga haciendo lo que está haciendo sin que traiga consecuencias, y lo mismo con Cuba. Además hay que llevar el caso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que se aplique el principio de la Responsabilidad de Proteger, es una norma que ha sido aprobada y por la cual se pueden aplicar medidas contra el régimen de Maduro o se puede acordar una intervención de fuerzas militares para sacar a un régimen que está matando, torturando y saqueando al país. Ese es un camino”, sentenció el especialista.
Y es que antes de la Conferencia Internacional por la Democracia, el mismo canciller peruano Néstor Popolizio señaló: “es momento de tomar decisiones sobre la situación de Venezuela”; sin embargo ni Perú ni otros países aprovecharon el evento para esas acciones contundentes que tanto necesita el país suramericano para salir de la dictadura.
La mayoría de las naciones mantienen relaciones diplomáticas y comerciales con la dictadura, y no han tomado acciones para aislar económicamente al régimen e impedirle el flujo de dinero efectivo. Tampoco han sancionado a los aliados de Maduro y mantienen relaciones comerciales con quienes lo sostienen en el poder.
Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, señaló para el PanAm Post que es “incoherente” la actitud que muchos gobiernos de América Latina tienen en relación con Venezuela, pues en vez de debilitar a los aliados de Maduro, lo que han hecho es fortalecerlos ayudando a perpetuar al chavismo en el poder.
El especialista explicó que Rusia, China, Irán (con Hezbolá), Cuba y Turquía se han convertido en los más grandes aliados de Maduro. No obstante, ningún gobierno de la región ha decidido enfrentarlos para acabar con la dictadura bajo la cual está Venezuela.
“Muchos países del Grupo de Lima están firmando acuerdos y están haciendo negocios con los más grandes como Rusia, China y Turquía. Eso no tiene coherencia. Están fortaleciendo y dándoles legitimidad para que entren más en América Latina y por extensión eso ayuda a Maduro”, señaló.
Para Humire no se trata solamente de reducir las relaciones comerciales con estos países, sino, también, de sancionar y perseguir todos los negocios ilícitos que tanto Rusia, China o Irán patrocinan.
“No es que no haya que tener relaciones comerciales, pero es necesario atacar los comercios ilícitos. Mientras Estados Unidos hace comercio con Rusia o China, también está sancionado y presionando a Rusia. Además trata de debilitar al gobierno de Putin en varias esferas del Medio Oriente. EE. UU. tiene varios métodos de presión sobre Rusia, pero América Latina no tiene nada, no ha puesto ninguna
Por ejemplo, recientemente se conoció que Rusia pretende abrir un Centro de Mantenimiento Técnico para Helicópteros en Perú a través de la compañía Russian Helicopters; una empresa que tiene como socio principal a Rostec, una corporación estatal rusa.
Asimismo, China ha fortalecido su presencia en América Latina y figura como principal socio comercial de varios países latinoamericanos como Uruguay, Chile, Bolivia y Venezuela.
El panorama es oscuro para un país que cada vez está más aislado y arruinado, con una población que enfrenta una crisis de un país en guerra, con la inflación más alta del mundo, los salarios más bajos de la región; y una escasez de alimentos y medicamentos única en su historia.
Las negociaciones en Barbados pudieran ser “eternas”, durar meses y meses mientras el régimen se mantiene en el poder usurpando la Presidencia de Venezuela. La comunidad internacional hoy habla de elecciones democráticas pero aún no hay cambios en el chavista Consejo Nacional Electoral (CNE). Mientras la crisis se recrudece, no se vislumbran avances.
Ya la dictadura ha dejado claro que no abandonará el poder, ha dejado en evidencia que no le importa asesinar venezolanos inocentes, que no le importa mantener centenares de presos políticos, y que menos le importan las sanciones internacionales; pues todo indica que ha sabido mantenerse gracias al narcotráfico, al robo del oro y las reservas internacionales. China, Rusia y Turquía aún los respaldan.
Es paradójico que los gobiernos de la región afirmen con contundencia que Nicolás Maduro es un dictador y que ha perpetrado crímenes de lesa humanidad, y que a la vez sean tibios para pronunciarse sobre el uso de la fuerza. Siguen prolongando la agonía y esperando por un sexto intento de diálogo que hasta ahora no ha visto resultados.