De un modo muy particular el régimen de Nicolás Maduro anunció un nuevo aumento del salario mínimo, que tras la experiencia de más de 20 años de socialismo, solo implicará mayor inflación, pobreza y destrucción del poder adquisitivo. Ahora el sueldo básico mensual de los venezolanos será de unos 7,60 dólares.
Fue el chavista constituyente Francisco Torrealba quien a través de su cuenta en Twitter publicó el anuncio del presunto nuevo aumento salarial, que pasaría de 40 000 bolívares (2,02 dólares) a 150 000 (7,60 dólares) por mes.
Aún es un supuesto, pues dio a conocer una Gaceta Oficial con la información, pero con la fecha borrada y sin mayores detalles. Además, el funcionario chavista tampoco aclaró cuándo comenzará a regir el nuevo aumento.
https://twitter.com/torrealbaf/status/1183743321224761345
El “incremento” es de 375 %, sin embargo, sigue siendo insuficiente para el bolsillo de los venezolanos, pues en la actualidad la canasta básica se sitúa en 250 dólares mensuales.
La inflación acumulada desde que Maduro instaló el cono monetario llamado “bolívar soberano” supera el 60 000 %, por lo que un aumento de sueldo es prácticamente imperceptible.
Lo curioso en Venezuela es que el sueldo básico queda en 300 000 bolívares mensuales, de los cuales 150 000 (7,6 dólares) corresponden a dinero en efectivo y otros 150 000 a cupones de alimentación; por lo que aunque el salario es de 15 dólares.
Otra vez el régimen insiste en aumentar el salario mínimo en lugar del salario real, que en la actualidad es ridículamente bajo. Otra vez repuntarán la inflación y la devaluación. Otra vez los trabajadores serán engañados y la ignorancia oficial seguirá campeando por sus fueros
— Jose Toro Hardy (@josetorohardy) October 14, 2019
Con una imparable hiperinflación este aumento solo alcanza para comprar unos dos kilos de pollo en un mes. Situación que con el paso del tiempo seguirá empeorando y probablemente dentro de unos días solo alcance para la compra de un café.
La economista Alicia Sepúlveda, coordinadora del observatorio económico legislativo de Cedice Libertad, explicó a PanAm Post que el salario mínimo está respondiendo a unas consecuencias de políticas públicas que tienen a la población inmersa en un proceso hiperinflacionario:
La gente no se alegra porque ante un proceso inflacionario tan acelerado, ese ajuste de precios en nada aporta a mejorar el ingreso y como la inflación es acelerada se deteriora rápidamente.
Aumentar solamente el salario mínimo no resuelve los problemas económicos del país suramericano, enmarcados en una inflación anualizada de 2 674% en lo que va del 2019, y una escasez de alimentos y medicamentos única en la historia de esa nación.
La realidad es que en Venezuela una familia, para poder comer completo, debe ganar cada día el equivalente a un salario mínimo mensual; y eso en Venezuela es imposible.
La solución
Sepúlveda explicó que mientras se mantenga una política monetaria de controles, la situación en el país empeorará empobreciendo aún más a la población.
“Nosotros tenemos que poder rescatar el poder de compra de la moneda, crear confianza y a la vez tener la posibilidad de invertir y que la inversión empresarial pueda generar riquezas. Eso no se logra con un sistema de controles de precio o de restricción al control de cambio o de todas esas políticas nefastas que viene aplicando el régimen. Mientras el Gobierno siga empeñado en intervenir y restringir al sector privado vamos a seguir en esta situación”, señaló.
“Este tipo de políticas lo que hace es deteriorar más la calidad de vida y la hacer más precario el poder acceder a los bienes y servicios”, concluyó.