En tan solo un mes la izquierda ha logrado desestabilizar con protestas y violencia al menos tres países de América Latina. Por primera vez existen pruebas contundentes de que los regímenes de Cuba y Venezuela estarían detrás de dichas acciones. Pese a esto, los Gobiernos democráticos prácticamente se mantienen de brazos cruzados.
Si bien con la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) las naciones anunciaron nuevas medidas contra la tiranía, aún no hay evidencia de que se estén aplicando, y pareciera no ser suficientes para frenar las acciones violentas con las que Nicolás Maduro y sus cómplices han intervenido en los asuntos internos de naciones como Chile, Ecuador y Argentina.
“Lo que está pasando es lo que yo llamo una contraofensiva del castrochavismo en las Américas. Están en un estado terminal las dictaduras de Venezuela y Cuba y para sostenerse y salvarse han decidido incendiar a la región”, dijo al Nuevo Herald el abogado y exministro de la Presidencia de Bolivia, Carlos Sánchez Berzaín.
Este es el esquema de desestabilización que utiliza Maduro y Cuba para destruir la democracia de los países del mundo libre.
¡Tenemos que frenar esta amenaza real para todo el hemisferio! pic.twitter.com/9CMEhGe0fA
— Julio Borges (@JulioBorges) October 25, 2019
Por primera vez Julio Borges, comisionado presidencial para las Relaciones Exteriores del Gobierno (e) de Juan Guaidó, brindó este jueves 24 de octubre una rueda de prensa “para presentar las pruebas de la desestabilización regional que impulsa Nicolás Maduro y el régimen cubano”.
Durante su intervención, Borges mostró cómo a Costa Rica, Ecuador, Chile y Colombia han llegado personas relacionadas con el régimen de Maduro, con la única intención de organizar revueltas para desestabilizar a los Gobiernos democráticos de esos países.
Recordó que según informaciones oficiales en Ecuador, fueron detenidos 41 venezolanos que habrían sido pagados para “ir a protestar y respaldar las protestas”. Agregó el caso de Colombia, donde un mes después de la reunión del Foro de Sao Paulo se produjo el video de Jesús Santrich e Iván Márquez relanzando a la narcoguerrilla FARC con claras evidencias de que están refugiados en Venezuela y respaldados por el chavismo.
En relación con las recientes protestas en Chile, Borges indicó que en el Foro de Sao Paulo, el senador Navarro aseguró que “la Constitución es podrida y mal oliente y Maduro aseguró luego que Chile retomaría el camino de Allende”. Hay que recordar que también se registró la presencia de ciudadanos venezolanos. Entre ellos el reconocido comunicador chavista Pedro Carvajalino, quien confesó a través de sus redes sociales que estaba en Chile “encapuchado” y protestando contra Piñera.
Al referirse a Costa Rica, Borges explicó que hace pocas semanas “la policía capturó a un grupo de agentes cubanos en la frontera”, quienes se hicieron pasar por migrantes en una caravana. Sin embargo, aseguró que “estaban planificando y haciendo labores de inteligencia, penetración e infiltración”.
Por último, al mencionar a Argentina, señaló que Wilmer Apostol, “mano derecha” de Iris Varela, ministra chavista de Asuntos Penitenciarios en Venezuela, habría ingresado a ese país con un grupo de personas. Agregó que según información oficial se demostró que agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) llegaron al país gobernado por Macri para tener “encuentros con los grupos radicales de la izquierda más violenta”.
¿Sanciones tardías o fallas en contrainteligencia?
Especialistas y el mismo canciller de Guaidó señalaron que no es casual que todas estas manifestaciones violentas y de desestabilización se hayan llevado a cabo luego del Foro de Sao Paulo que se reunió en julio de este mismo año en Caracas.
Coinciden con que la mayoría de las protestas encabezadas por la izquierda fueron organizadas y establecidas en dicho evento chavista. De ser así, entonces hay que preguntarse qué sucedió con las sanciones establecidas por el Grupo de Lima y los países miembros del TIAR que habían asegurado que personajes relacionados con el chavismo tendrían el ingreso impedido a los diferentes territorios.
Las acciones del TIAR se anunciaron el pasado mes de septiembre, sin embargo, un mes después Argentina habría permitido el ingreso de Apostol y Chile la entrada de Carvajalino.
Pareciera que lo que sucede en la región es también consecuencia de que los Gobiernos democráticos han tardado en actuar para aplicar sanciones y en impedir que el régimen de Maduro y el de Cuba se convirtieran en una grave amenaza para la seguridad de la región.
Joseph Humire, director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura, señaló a PanAm Post que la situación en América Latina es mucho más complicada, pues asegura que no se trata solamente del Foro de Sao Paulo, sino también de la influencia y participación que mantienen Rusia, China, Irán y Turquía para penetrar sus redes en la región.
Humire asegura que para atacar lo que está sucediendo es necesario que los Gobiernos democráticos tomen acciones y sanciones contra estos aliados de Maduro. Y que además deberían reforzar sus servicios de contrainteligencia en Migración para evitar el ingreso de personas que pueden convertirse en una amenaza.
Señaló que Estados Unidos podría tener un papel importante al ayudar y asesorar a los Gobiernos en materia de contrainteligencia.
Negados a una coalición militar
Mientras Argentina, Colombia, Ecuador y Chile son víctimas de las acciones violentas de la izquierda, se oponen a la conformación de una coalición que permita sacar del poder a Maduro.
Un análisis escrito por el catedrático y columnista Héctor Schamis, publicado en el diario El País, señala que en el caso de Venezuela «la solución diplomática sería lo ideal». No obstante, asegura que «el problema es que, en política, lo ideal pocas veces tiene lugar en la realidad».
De acuerdo con Schamis, las peores dictaduras y regímenes en el mundo lograron conseguir su salida gracias a una intervención militar; situaciones que se asemejan mucho a la crisis que enfrenta hoy Venezuela.
El especialista recordó que «sin tropas americanas Milosevic no habría acudido a la mesa de negociación diplomática. Mucho menos habría muerto como prisionero en La Haya en 2006».
«La comunidad internacional debe entender, de una vez por todas, que la transición democrática venezolana no será desde un régimen autoritario como el de Pinochet, Videla, Franco o el Apartheid. Todas esas eran autocracias con una definición política e ideológica, y como tal dispuestas a la negociación cuando les llegó su hora. La de Maduro es la dictadura de una organización criminal en poder del Estado, involucrada en el lavado y el narcotráfico, y cómplice de grupos terroristas colombianos y extrarregionales», sentenció.