Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras en el mundo disminuyó la producción de sus refinerías en Estados Unidos al mínimo de su capacidad. Procesa solo uno de cada 10 barriles para los que tendría capacidad.
De acuerdo con la agencia de noticias Bloomberg, las refinerías gestionadas por Pdvsa en Estados Unidos operan solo al 9,3% de su capacidad instalada, mientras que por el contrario las estadounidenses funcionan al 91,9 %.
La producción de crudo en el país suramericano va en caída libre; solo en septiembre cayó un 19 % hasta llegar a los 749 000 millones de barriles diarios. Esta cifra se asemeja a la que Venezuela tenía hace 74 años, a pesar de que el país suramericano cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo.
En octubre Nicolás Maduro anunció que espera aumentar la producción petrolera a 1,6 millones de barriles diarios. Una afirmación que a simple vista es imposible de cumplir.
A la baja cifra de producción de crudo se suma el desplome de las exportaciones petroleras, debido a las sanciones internacionales con las que se busca limitarle el ingreso de divisas a la dictadura y así presionar la salida Maduro. Además, por la falta de mantenimiento, la estatal petrolera genera diariamente derrames de crudo en suelo venezolano.
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PDVSA en ruinas
“No tenemos barcos alineados esperando para cargar crudo (…) Tampoco hay barcos que descarguen productos importados en nuestros muelles. PDVSA se está aislando sin la posibilidad de vender o comprar. Esa es la realidad”, reconoció una fuente de la petrolera estatal, bajo anonimato, a S&P Global Platts.
Por su parte, el economista José Toro Hardy, quien fue miembro principal del directorio de PDVSA antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, le explicó al PanAm Post que Venezuela destina la mayoría de lo que poco que produce PDVSA, al consumo interno y al pago de las deudas adquiridas con China y Rusia.
En el país suramericano todas las refinerías se encuentran prácticamente fuera de servicio. Esta semana la estatal petrolera planea reiniciar el procesamiento limitado de crudo en Amuay, la mayor refinería del país, luego de un apagón y un incendió que cerró la planta el pasado 20 de septiembre. Por otra parte, la refinería de Cardón ha estado inactiva desde julio, mientras que la refinería del Palito, en Puerto Cabello, está fuera de servicio desde 2017.
Según Toro Hardy, PDVSA es la empresa que más aportaba al crecimiento de la economía venezolana y hoy en día es la que más aporta al empobrecimiento del país.
Para reactivar la industria petrolera se requieren inversiones tan grandes que escapan a la posibilidad de un mercado de reservas (…) Si queremos reactivar la industria petrolera, cosa que siempre será posible porque el petroleo sigue estando en el subsuelo, tendrá que ser a base de inversiones privadas. Por eso digo que este régimen mató el sueño de la nacionalización.
Todo indica que la promesa del régimen de Maduro, de producir 1,6 millones de barriles diarios, será imposible de cumplir, pues en Venezuela no están dadas las condiciones, ya que para tal fin se debería acondicionar la infraestructura petrolera, reparar los daños, aumentar las ventas y contar con personal capacitado para producir al menos un millón de barriles. Cuando Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela se producían 3.2 millones de barriles diarios, hoy la cifra se encuentra alrededor de los 650 000 barrilles diarios.