La Iglesia Católica declaró la emergencia humanitaria en Venezuela tras la crisis generalizada que ha causado que la pobreza se extienda a 73 % de los hogares venezolanos.
Representantes de la Iglesia expresaron al diario ABC de España que la situación humanitaria está al borde del colapso.
El cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la diócesis de Caracas, pidió a la Conferencia Episcopal Española que las instituciones eclesiales ayuden a la Iglesia venezolana para atender las necesidades más urgentes de la población; esto, porque la mayoría de las parroquias del país se han convertido en refugio y centros de alimentación.
“Los templos han dejado de ser un lugar de culto o de celebración de los sacramentos para transformarse en improvisados comedores sociales, roperos y farmacias”, señaló al ABC Carmina Lombano, directora de Cáritas Diocesana de Acarigua (en el centro oeste del país).
“La escasez de alimentos y medicamentos es tan grave que muchos presbíteros también se han visto tentados a abandonar el país, como ya ha hecho el 15% (…) caen en la ilusión de salir de Venezuela y dejar a las ovejas a la deriva, pero nuestro trabajo es luchar a brazo partido dando lo mejor de nosotros mismos”; dijo por su parte el padre Wilfredo León, párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Araure.
“Esta plaga que se llama socialismo populista y que afecta a muchos países latinoamericanos es en realidad una mafia de corrupción y genocidio”, agregó.
Cáritas, en un reciente estudio realizado en cinco estados venezolanos y en Caracas, descubrió que el 16% de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición aguda y que casi el doble de los menores evaluados por la organización, sufren bajas tasas de crecimiento para su edad.
A esto se suma la crisis eléctrica que también causó la muerte de cientos de venezolanos en hospitales tras los constantes apagones.
Un estudio realizado por el Comité para los Afectados por Apagones reveló que la red eléctrica de Venezuela falló al menos unas 80 700 veces en 2019 en todo el territorio nacional.
Mientras la crisis económica, política y social se profundiza en Venezuela, la estampida migratoria no para; la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) señalaron que más de 4,5 millones de venezolanos han huido de la crítica situación.
“Mientras no haya una solución política interna estable en Venezuela, la gente que se siente en situaciones de carencias extremas va a seguir saliendo a razón de entre 4 000 y 5 000 diarios. Nosotros tenemos que prepararnos como región para un fenómeno de migración forzada que presiona las estructuras públicas de atención en salud, en educación y sobre todo la capacidad de oferta de trabajo”, señaló Eduardo Stein, representante especial para Venezuela de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Acnur.
Y es que la inflación acumulada desde que Maduro instaló el cono monetario llamado «bolívar soberano» supera el 60 000 %, en medio de un salario que no supera los USD$ 5 mensuales. En Venezuela una familia, para poder comer completo, debe ganar cada día el equivalente a un salario mínimo mensual; y eso en el país es prácticamente imposible.
“Nunca en mi vida había visto algo así. Los padres de familias dejan de comer para poder alimentar a sus hijos. La clase media ha desaparecido”, denunció al ABC Carmina Lombano de Cáritas.