El Gobierno de Estados Unidos se encuentra a punto de sancionar a la estatal petrolera rusa Rosneft tras su estrecha relación con el régimen de Nicolás Maduro, a quien ayuda a eludir las sanciones internacionales.
“Rusia pronto se dará cuenta que su apoyo continuado a Maduro ya no les saldrá gratis. Otros que continúen aprovechándose o apoyen a Maduro deben estar prevenidos”; dijo Elliot Abrams, encargado especial para Venezuela del Departamento de Estado de EE.UU.
Las declaraciones de Abrams coinciden con las de un alto cargo estadounidense, que pidió el anonimato y que también amenazó con tomar medidas contra las compañías petroleras en Venezuela que facilitan la comercialización de crudo a la tiranía venezolana.
“Ya sea Rosneft, Reliance, Repsol o Chevron aquí en los Estados Unidos, yo tendría cuidado respecto a sus actividades en Venezuela que apoyan directa o indirectamente a la dictadura (del ilegítimo presidente venezolano, Nicolás) Maduro», dijo, a lo que agregó: «sus actividades son claramente preocupantes”.
Mientras se asoman las sanciones por parte de Estados Unidos, este mismo viernes 7 de febrero el régimen de Maduro recibe al canciller ruso Serguéi Lavrov.
#VIDEO | Arriba a #Venezuela en visita oficial el canciller de #Rusia, Serguéi #Lavrov. Lo recibe su homólogo Jorge Arreaza @jaarreaza pic.twitter.com/gmfIP6c8t7
— Cancillería Venezuela ?? (@CancilleriaVE) February 7, 2020
Un reportaje de la agencia de noticias Bloomberg reveló que el Gobierno estadounidense ha tardado en emitir las sanciones contra Rosneft debido a que podrían causar un “caos” en los mercados petroleros mundiales.
Explica la agencia de noticias que el temor de funcionarios del Departamento del Tesoro es que las sanciones contra Rosneft eleven los precios del petróleo.
No es primera vez que se conoce que Estados Unidos evalúa constantemente las sanciones contra la estatal pretrolera rusa, en julio de 2019 el mismo Abrams no descartó que su país tome medidas contra Moscú.
“Las presiones sobre Cuba aumentaron mucho desde enero y seguirán aumentando, y hemos dejado claro que fue por sus acciones en Venezuela (…) En Rusia, todavía estamos pensando qué sanciones aplicar, si sanciones individuales o sectoriales”, dijo en esa oportunidad.
El papel de Rusia se enmarca en ayudar a Maduro a vender petróleo y a evadir las sanciones estadounidenses.
“Los rusos no le están dando más dinero a Venezuela. Están sacando dinero de Venezuela. Sin embargo, están ayudando a comercializar el petróleo y eso es algo en lo que estamos pensando”, informó Abrams.
El objetivo de Donald Trump es lograr la salida de Maduro y restringir el ingreso de dólares para evitar que se mantenga en el poder. Entre tanto, el Gobierno de Vladímir Putin ha respaldado al régimen desde diversos puntos, tanto en asistencia técnicomilitar como en materia económica.
Rusia controla el 75 % de la producción y comercialización de crudo en Venezuela; cifra reportada por estimaciones del gobierno de Estados Unidos.
Una fuente ligada al campo petrolero señaló a PanAm Post que Rosneft es la que mantiene el «papel principal» a la hora de favorecer al régimen con tácticas y maniobras que le permiten exportar petróleo.
“Los rusos han ido tomando control de la industria petrolera venezolana, sobre todo con las exportaciones, además controlan los dos principales yacimientos de gas y manejan acciones en diferentes refinerías de Venezuela”, aseveró a PanAm Post Francisco Monaldi, investigador del instituto Baker de la Universidad de Rice.
Rusia se apodera del crudo venezolano
Desde el año pasado y de acuerdo con el diario local El Nacional, Rusia, a través de su estatal Rosneft, empezó a poner condiciones para hacerse de la compañía estatal Pdvsa. Además para obtener dinero en efectivo, Nicolás Maduro, estaría usando a la estatal rusa.
La dictadura en Venezuela estaría canalizando el flujo de efectivo de las ventas de petróleo a través de Rosneft. Al parecer Pdvsa comenzó a pasarle las facturas de sus ventas de petróleo.
El esquema descubierto por Reuters revela que la petrolera rusa «paga a Pdvsa inmediatamente con un descuento sobre el precio de venta, y cobra el monto total más tarde al comprador».
Explica que Pdvsa ha pedido a sus principales compradores como Reliance Industries Ltd de India, que pague a Rosneft por el petróleo venezolano.
Rosneft ha sido el principal cargador de crudo de Venezuela, destinado principalmente a refinerías en India y China. La empresa con sede en Moscú, controlada por el Gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin, ha prestado USD $6 500 millones a PDVSA a cambio de petróleo.
El principal vínculo que la dictadura en Venezuela mantiene con Rusia, es la deuda millonaria que el país suramericano tiene que pagarle. En junio el régimen chavista le regaló dos yacimientos de gas a Rusia, otorgándole el 100 % del proyecto y todos los derechos del gas explotado. Además Rosneft participa como socio minoritario en varios proyectos conjuntos de producción de petróleo en Venezuela.
A través de la estatal rusa, Moscú adquirió parte de la propiedad de varios campos de crudo venezolanos: Petromonagas (40 %), Petromiranda (32 %), Petroperijá (40 %), Boquerón (26,6 %), Petrovictoria (40 %) y Junín 6 (más del 30 %).
La petrolera rusa ha canalizado más de 17 000 millones de dólares en préstamos al régimen chavista durante la última década, mientras que la empresa europea ganó tres millones de toneladas de petróleo en 2017 de sus operaciones en Venezuela. En general, Rusia ha invertido en muchas industrias venezolanas, desde banca hasta ensamblaje de autobuses.
Al mismo tiempo, entre los países latinoamericanos Venezuela ha sido uno de los mayores compradores de armas rusas. Moscú, el segundo mayor acreedor de Venezuela después de China, se convirtió en el primer proveedor de armas de Caracas, con contratos desde 2005 por decenas de miles de millones de dólares.
En diciembre de 2016 se descubrió que Nicolás Maduro hipotecó en secreto la refinería Citgo a Rusia por un millonario préstamo. Si Citgo o Pdvsa incumplieran con el pago, Rosneft podría terminar siendo dueña de importantes refinerías de petróleo y oleoductos en Estados Unidos.