“La baja de los precios del petróleo pueden causar la caída estrepitosa del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela”; así lo afirmó a PanAm Post el economista José Toro Hardy quien hasta 1999 fue miembro del directorio de Pdvsa y junto a un equipo de especialistas logró posicionar la empresa como la segunda mejor del mundo.
La producción de petróleo en enero de Venezuela fue de 733 000 barriles diarios; mientras que las exportaciones de petróleo, que proporcionan el 99 % de los ingresos de exportación, cayeron un tercio el año pasado. Ahora con la caída de los precios del petróleo el régimen del país suramericano se encuentra en una encrucijada.
Quiebre institucional, quiebre económico, quiebre social, quiebre internacional, quiebre de los servicios públicos, quiebre petrolero. Vaya, Maduro no la tiene fácil
— Jose Toro Hardy (@josetorohardy) March 11, 2020
Para el especialista la guerra de precios desatada por Arabia Saudita y Rusia generará un impacto prácticamente fulminante sobre el régimen de Nicolás Maduro, que hasta ahora ha dependido del Gobierno de Vladimir Putin y las empresas rusas para comercializar el petróleo venezolano.
Enfrentada a la guerra de precios con Arabia Saudita, Rusia deberá concentrarse en la colocación de su producción petrolera doméstica. Dudo que Rosneft, sancionada por EEUU, mantenga su interés por Venezuela
— Jose Toro Hardy (@josetorohardy) March 11, 2020
“Yo creo que el impacto inmediato es que las empresas rusas que venían comprando más del 60 % del petróleo que exportaba Venezuela van a perder el interés en este país. Ellas se van a enfocar ahora en reforzar su producción doméstica y se van a concentrar en otros mercados donde necesitan colocar su petróleo”, señaló Toro Hardy.
El especialista explicó que si las empresas rusas pierden el interés en Venezuela, no hay cómo reemplazar ese petróleo con otros compradores que ya están temerosos ante las sanciones internacionales.
“Primero se va a almacenar el petróleo aunque ya la capacidad de almacenamiento está copada, e inmediatamente la segunda reacción es empezar a recortar producción porque no hay donde almacenar si no se puede exportar”, explicó.
“El impacto sobre la economía venezolana va a ser bastante severo y yo creo que coloca al régimen venezolano en una situación bastante comprometida. Yo comparo la situación venezolana con la de un avión que va a 30 mil pies de altura y se queda sin gasolina. El piloto tendría que buscar una pista cercana que en este caso la analogía sería por una “salida negociada” o la otra alternativa es que se empeñe en seguir volando, pero como los aviones no vuelan sin gasolina podría terminar teniendo una caída estrepitosa”, sentenció.
La opinión de Toro Hardy coincide con un artículo publicado por el Financial Times el cual sugiere que el 2020 “podría ser el año en que podría ocurrir un cambio de régimen” en Venezuela.
“Las sanciones aún más estrictas combinadas con la fuerte caída en el precio del petróleo como resultado del coronavirus parecen conducir a una caída en la producción este año, ejerciendo una intensa presión sobre el régimen de Maduro”, señala el periódico de origen británico.
Financial Times reseña el panorama petrolero de Venezuela, que enfrenta desde sanciones internacionales al hecho que empresas chinas o indias hayan reducido sus compras al país suramericano. Ahora esta “guerra de precios” en el sector pone a Rusia y al régimen contra la pared.
“La mayor fuerza para el cambio en Venezuela será el precio del petróleo. Con un excedente global de oferta y más recortes de la OPEP en el horizonte, el petróleo venezolano ya no es necesario en el mercado. Sin ganancias de exportación sustanciales, es poco probable que el Gobierno de Caracas pueda proporcionar la inversión necesaria para mantener la producción actual, y mucho menos cumplir con el objetivo de Maduro. Incluso los regímenes más autoritarios no pueden sobrevivir sin ingresos”, sentencia el FT.
Y es que Venezuela tiene en este momento la mayor inflación del mundo, el mayor nivel de desempleo de Latinoamérica, casi el número de emigrantes comparado al de Siria y enfrenta un colapso de los servicios públicos, de la economía y de su institucionalidad. Un mayor recorte en sus ingresos puede significar un duro golpe para el régimen.
“Frente a esas situaciones lo probable es que el régimen busque una salida negociada, pero de lo contrario me parece difícil que pueda tener una salida feliz. Pdvsa está semidestruida, hoy en día las instalaciones están deterioradas, las refinerías paralizadas y no se produce ni siquiera la gasolina necesaria para abastecer el mercado doméstico. Dependemos de importaciones de gasolina, alimentos, etc. Yo creo que todo esto lo que avisora es que en Venezuela se va a producir una salida”, sentenció Toro Hardy.