El chavista Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anunció que en las próximas elecciones parlamentarias los venezolanos deberán escoger 110 diputados más; aumentando así en dos tercios el número de legisladores.
Luego de que el régimen de Nicolás Maduro se apropiara de partidos opositores, ahora celebra la decisión del TSJ. Mientras más diputados hayan, más se favorecerá el régimen tras un fraude electoral.
Con más curules en la Asamblea Nacional tienes más oportunidades para cooptar “opositores”. Se parece al mecanismo que usaron para conseguir la aprobación de la reelección indefinida en referéndum (2009): introducirla para todos los cargos incluyendo los ocupados por opositores.
— Georg Eickhoff (@JorgeEickhoff) July 1, 2020
La Ley Electoral no puede modificarse con menos de 6 meses de antelación a las elecciones, pero aún así el TSJ chavista decidió hacer cambios. Además solo la Asamblea Nacional tiene las facultades para reformar la normativa.
Indira Alfonzo, designada como presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), dijo que el nuevo número obedece al incremento de los partidos políticos que participarán en las elecciones. Actualmente, el cuerpo tiene 167 legisladores.
La oposición venezolana ha asegurado que no participará en elecciones sin garantías democráticas; sin embargo el régimen se ha dedicado a sumar partidos supuestamente opositores para aparentar ante el mundo elecciones plurales.
“Aumentar a 277 parlamentarios la cantidad de diputados principales no es una decisión técnica, ni legal (no hay forma de justificarla). Es una decisión política que se tomó en la Mesa de Diálogo Nacional en 2019, para favorecer la presencia de sus dirigentes en la AN”, explicó Eugenio Martínez, periodista especializado en comicios.
Aumentar a 277 parlamentarios la cantidad de diputados principales no es una decisión técnica, ni legal (no hay forma de justificarla). Es una decisión política que se tomó en la Mesa de Diálogo Nacional en 2019, para favorecer la presencia de sus dirigentes en la AN.
— Eugenio G. Martínez (@puzkas) July 1, 2020
La oposición venezolana, liderada por el presidente interino Juan Guaidó, mantiene la mayoría de diputados en la Asamblea, pero al efectuarse unas elecciones fraudulentas el régimen buscaría hacerse del único Poder Público legítimo que queda en el país.
Guaidó ha anunciado que en el país suramericano no hay condiciones por lo que ni él ni los partidos democráticos acudirán a los comicios organizados por el régimen. Ante los ojos del mundo, Guaidó será el mandatario interino y el presidente de la Asamblea Nacional, hasta que se puedan realizar elecciones creíbles.
Recientemente el TSJ chavista también designó una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral la cual ha sido cuestionada.
Ya el Grupo de Lima y la Unión Europea aseguraron que la renovación del Consejo Electoral de Venezuela designado por el Tribunal chavista socava su credibilidad.
Maduro buscaba nuevas autoridades para que las futuras elecciones tengan reconocimiento internacional; sin embargo el organismo encargado de designar nuevos rectores es la legítima Asamblea Nacional y no el Tribunal Supremo chavista, por lo que de facto se convirtieron en funcionarios ilegítimos.
Los rectores del CNE son quienes deben velar por la transparencia en las elecciones y la dictadura de Maduro quiere asegurarse esos puestos de cara a futuros comicios.
Maduro secuestró partidos de oposición
Además de aumentar el número de diputados para beneficiarse aún más y de nombrar autoridades chavistas para manejar el Consejo Nacional Electoral, el régimen también decidió anular a los partidos más grandes de oposición y designar a través del tribunal chavista nuevas juntas directivas creadas a su medida.
Una sentencia del chavista Tribunal Supremo de Justicia anuló a las directivas de Acción Democrática (AD) y Primero Justicia (PJ). Ahora estas nuevas autoridades podrán utilizar la tarjeta electoral, el logo, símbolos, emblemas y colores de dichos partidos.
Cada vez que el país suramericano se acerca a efectuar supuestas elecciones, el régimen decide atentar contra partidos de oposición anulando desde sus tarjetas hasta sus candidatos; una manera de asegurarse la participación de partidos políticos en comicios fraudulentos.
Será fraude electoral
Mientras el régimen de Maduro mantenga el control de la mayoría de los poderes públicos y la Fuerza Armada junto a los grupos criminales que amparan a la Revolución Bolivariana, no están dadas las garantías electorales para que en el país suramericano se lleven a cabo comicios libres que demuestren la voluntad de la mayoría.
La tiranía controla el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que ha logrado anular a la Asamblea Nacional de mayoría opositora. Por medio de sentencias dicho poder judicial se ha encargado de robarse elecciones tal y como lo hizo en las últimas regionales, cuando le arrebató la gobernación del estado Bolívar y Zulia a la oposición.
El régimen también controla el Poder Ciudadano conformado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General y el Contralor General de la República; todos ellos juegan hoy sus cartas a favor de la dictadura.
Lo mismo sucede con el Poder Electoral que no solo depende de los rectores, sino de un sistema viciado de manera electrónica, que ha logrado robarse comicios alterando las actas, las cifras y hasta permitiendo el ejercicio del voto por parte de personas con doble identidad o cedulación.
En los últimos años, con ayuda del CNE, Maduro ha logrado la victoria en comicios impidiendo el registro de nuevos electores, modificando el registro de votantes, reubicando a última hora los centros de votación, eliminando el uso de la tinta indeleble y el captahuellas, violando la ley al impedir la sustitución de candidatos en el tarjetón y permitiendo el ventajismo por parte del oficialismo. A esto se suma la desmotivación de los electores y la posterior manipulación de las cifras.
Para llevar a cabo unas elecciones libres en Venezuela es necesario pedir más que la salida de Maduro y la renovación de las autoridades del CNE. También es necesario que el chavismo abandone todas las esferas del poder; implementar una fuerza de choque contra los grupos armados que custodian a la dictadura; candidatos con una hoja de vida intachable y una veeduría internacional imparcial que garantice que todo el proceso electoral sea transparente.