El Papa Francisco, máximo representante de la Iglesia Católica en el mundo, se mantiene callado ante lo que sucede en Venezuela, sobre todo, tras el reciente y lapidario informe emitido por la Organización de Naciones Unidas contra el régimen de Nicolás Maduro.
«En el silencio aprendemos a contemplar la obra de Dios, que supera todo lo que podamos imaginar», ha señalado el papa Francisco.
Dice Francisco que en silencio “aprendemos a contemplar la obra de Dios”; sin embargo ha quedado en evidencia ante el mundo que también en silencio se ha convertido en cómplice de la dictadura castrista y venezolana.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) había tardado en admitir que la tiranía en Venezuela ha cometido crímenes de lesa humanidad; sin embargo el más reciente documento condenó al régimen de manera tajante y desató una ola de presión internacional. Pese a esto, el papa Francisco se mantiene silente, sin emitir opinión ni condena contra una tiranía que solo este año ha asesinado a más de 2.000 personas.
“La misión encontró motivos razonables para creer que las autoridades y las fuerzas de seguridad venezolanas han planificado y ejecutado desde 2014 graves violaciones a los derechos humanos, algunas de las cuales constituyen crímenes de lesa humanidad”, señala el informe de la ONU que también se había mantenido “bajo perfil” ante los delitos de la tiranía.
El Vaticano, que se supone es defensor de derechos humanos, que aboga por la paz, por el bien, y por el buen obrar, prefiere ver de reojo la situación en Venezuela y no presionar al régimen de Nicolás Maduro.
Países como Alemania, Estados Unidos, Brasil, Colombia, la Unión Europea; y líderes como el secretario general de la OEA Luis Almagro, pidieron acciones contundentes contra la tiranía. Lo mismo hizo Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, quien solicitó a los países acudir al principio de Responsabilidad de Proteger; sin embargo el Papa ensordece al mundo con su silencio.
El papa calló ante el fraude electoral donde Maduro se adjudicó su reelección, calló tras la masacre contra el capitán Óscar Pérez y su equipo, calla tras el hambre y la miseria que enfrentan los venezolanos, y ahora calla ante el lapidario informe de la OEA.
Francisco no reconoce aún a Guaidó como presidente interino de Venezuela; y hasta ahora ha decepcionado a la población católica del mundo.
Hay que recordar cuando el pontífice estuvo de visita en Suramérica quien en sus alocuciones nunca mencionó la crisis venezolana.
A menos kilómetros de Venezuela que de El Congo, Francisco prefirió pedir el fin de la violencia en el país africano y no hacerlo en relación con las violaciones a los Derechos Humanos por parte de la dictadura en Venezuela.
Francisco se reúne con aliados de Maduro
El Vaticano anunció recientemente no querer interferir en las elecciones presidenciales de EE.UU e informó que Francisco no recibirá al secretario de Estado, Mike Pompeo. Sin embargo, por otro lado, el candidato demócrata, Joe Biden, sí se reunirá con Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
Francisco ha aceptado reunirse con aliados del régimen como Alberto Fernández, presidente de Argentina; y en 2016 hasta recibió al tirano Maduro para darle su bendición.
Francisco ha evitado dar declaraciones, cuando ha tenido que referirse sobre Venezuela, lo ha hecho por la presión de la opinión pública y de la misma Iglesia. Además, se le ha visto muy sonriente al lado de Maduro, de los Castro (Cuba) y de Cristina Kirchner. El papa hasta se reunió con el dictador Fidel Castro y lo acompañó a tomar una sopa de pollo, todo esto mientras en Cuba se persigue a la disidencia hasta en las iglesias.
Del papa nunca se ha escuchado una condena contra la crisis del país suramericano, donde cientos de venezolanos mueren por la escasez de alimentos y medicamentos; tampoco ha condenado las fraudulentas elecciones que se llevaron a cabo en mayo y con las que Maduro busca perpetuarse en el poder. La verdad es que, a simple vista, los obispos venezolanos parecen abandonados por el Vaticano.
Han sido los obispos quienes en reiteradas ocasiones han llamado a no abandonar la lucha por la libertad, así como han clamado por la apertura de un canal humanitario en el país suramericano. El mismo episcopado ha sido víctima de Maduro; el dictador hasta los llamó «diablos con sotana» y los ha amenazado reiteradamente con sancionarlos por supuestos «delitos de odio».
Lo poco que ha hecho Francisco en pro de los venezolanos ha sido pedir que se suspenda la ilegítima y chavista Constituyente y aprobar un programa para emigrantes de ese país.