EnglishEl gobierno argentino levantará desde el lunes próximo la prohibición vigente en el país a la compra de dólares – popularizada como “cepo cambiario” – con fines de “ahorro”. El Jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, secundado por el Ministro de Economía Axel Kicillof, anunció esta mañana en una breve exposición, que el gobierno de Cristina Fernández decidió “autorizar la compra de dólares para tenencia y ahorro”.
La compra de dólares con fines de “ahorro” (o “atesoramiento”) es una práctica habitual en Argentina debido a la inflación e inestabilidad monetaria que afectan históricamente al país. El gobierno había prohibido este tipo de transacciones en julio de 2012, permitiendo solamente la compra de moneda extranjera con fines de turismo (más otras excepciones como estudio y salud), previa autorización de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Adicionalmente, hace una semana el gobierno había determinado que los dólares que los argentinos comprasen en el mercado oficial, tendrían un impuesto del 35% en concepto de anticipo de Impuesto a las Ganancias. Ahora, el mismo impuesto se reduce a 20%. El porcentaje busca salvar las diferencias con el dólar negro o blue, que desde que se implementó el cepo aumenta al ritmo de la devaluación del peso. Ayer, cuando el dólar oficial alcanzó su pico de AR$8, el blue escaló a AR$13.
Carlos Maslatón, analista de mercados financieros y periodista, explica cómo el gobierno de Fernández llego a esta situación crítica en materia de divisas. “El gobierno está sufriendo una corrida cambiaria que tiene ya dos años de duración. En esa corrida, decidió recurrir a una restricción de la oferta para no quedarse sin reservas. Decidió que no iba a vender papel moneda y pasó por distintas etapas, donde fue adjudicando a las personas y a las empresas derechos para comprar pequeñas cantidades, hasta que se vio sobrepasado por la demanda y debió retirarse completamente del mercado.”
El analista argumenta que las consecuencias sobre el precio del dólar eran esperables: “Obviamente, empujó los precios en el mercado negro cada vez más para arriba. En lo que va del 2014, los precios en el mercado paralelo subieron un 35%.”
El Banco Central de Argentina se caracterizó en los últimos años por su continua pérdida de reservas. Actualmente, las mismas se ubican en su menor nivel desde noviembre del 2006, al descender hasta los US$29.723 millones. Sin embargo, Capitanich, quien se limitó a leer el anuncio y no permitió preguntas de los periodistas, justificó la medida alegando que el gobierno “considera que el precio de la divisa ha alcanzado un nivel de convergencia aceptable para los objetivos de la política económica”.
Para Maslatón, la medida va a implicar un drenaje de la divisa ya escasa, desde que el Banco Central la estará vendiendo a un precio subsidiado.
Además de esta situación de escasez de reservas, la compra de divisas continuará realizándose solo con autorización de la AFIP, la cual determina si cada comprador posee el poder adquisitivo necesario para realizar la operación, y cuánta divisa puede adquirir, a través de un cálculo desconocido. Es decir, el mercado lejos está de haber sido “liberalizado”, y dado que aún no hay directivas oficiales, se desconoce cómo se efectuarán los cambios y bajo qué condiciones.
Al respecto, Maslatón opina que la situación no durará mucho tiempo y que la única medida que el gobierno puede tomar para solucionar el problema es liberalizar el mercado cambiario. “La única forma en la que el gobierno puede lograr que la situación se equilibre”, explica, “es estableciendo un mercado de libre acceso, en donde cada uno que quiere puede comprar y vender a un precio de mercado que resulte de la oferta y la demanda. Es la única forma de terminar con un sistema cambiario absurdo y contrario al que rige en todas partes del mundo”.