EnglishCasi 5 millones de salvadoreños se encontraban habilitados ayer para votar en las elecciones presidenciales del país centroamericano. Con una concurrencia del 53%, los resultados al momento indican que se desarrollará una segunda vuelta entre Salvador Sánchez Cerén, candidato del oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y Norman Quijano, de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA).
A partir de las 5 p.m. CST del domingo – cuando se produjo el cierre de los centros de votación – el Tribunal Supremo Electoral (TSE) comenzó el conteo de votos en su centro instalado en el Hotel Crown Plaza de San Salvador. El organismo colegiado dispone de un sistema electrónico para el escrutinio gestionado por la empresa INDRA. Los primeros resultados estuvieron disponibles en el sitio web del TSE a partir de las 5.30 p.m. CST y la tendencia a favor del FMLN que se evidenció desde un principio fue irreversible.
Al momento, con el 99,16% de las juntas receptoras de votos contabilizadas, Sánchez Cerén obtiene el 48,92% de los votos, mientras Quijano lo sigue con el 38,95%. Antonio Saca, ex presidente y candidato por el Movimiento Unidad, se ubica tercero con el 11,44%. Los otros dos candidatos que competían tuvieron un pobre desempeño: ni Oscar Lemus (Fraternidad Patriota Salvadoreña) ni René Rodríguez Hurtado (Partido Salvadoreño Progresista) alcanzaron el 1% de los votos.
Elección transparente, ¿democracia fortalecida?
El proceso electoral no registró anomalías y se desarrolló con normalidad. Así lo destacaron la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), durante una conferencia de prensa brindada de forma conjunta durante la tarde del domingo.
El TSE desarrolló una campaña muy transparente, durante la cual puso a disposición de los electores toda la información necesaria para ejercer el voto, además de un escrutinio veloz y accesible a través del sitio web.
Los incidentes registrados fueron menores, y en su mayoría se refirieron a retrasos en la apertura de centros de votación. Si bien el partido ARENA denunció un su momento la posibilidad de un fraude electoral, los cinco candidatos que compitieron por la presidencia aceptaron los resultados anunciados por el TSE.
Al respecto, José Carlos Mejía, Presidente del Movimiento 300, aseguró que los comicios “se desarrollaron con la normalidad que se han desarrollado las últimas elecciones”. Desde el fin de la Guerra Civil en 1992, éstas son las quintas elecciones presidenciales luego de la firma de los Acuerdos de Paz en Chapultepec, México, de ese año, y las primeras en las que se impone un ex miembro de la guerrilla.
Sin embargo, el desarrollo de unos comicios transparentes y ordenados no es garantía de una democracia robusta. De hecho, Mejía destaca que el papel del TSE de controlar una campaña limpia careció de la fortaleza necesaria. Por ejemplo, fue apenas el domingo cuando el órgano detuvo la proyección de diversos spots en televisión firmados por la Presidencia de El Salvador que violaban la veda electoral y la prohibición de proselitismo por parte de los funcionarios públicos.
Desde el Movimiento 300 destacan que, durante la campaña electoral, estas actitudes violatorias de la ley se repetían constantemente: funcionarios utilizando espacios en los medios de comunicación, inaugurando obras fuera de tiempo y hablando de sus proyectos a futuro cuando la veda ya había comenzado. Todas situaciones que el TSE omitió sancionar. Mejía cree que el accionar del TSE no fue adrede; más bien parecería que “al tener un Presidente con mucha popularidad, el tribunal optó por no confrontar con el Ejecutivo”.
¿Es la jornada electoral representativa de la democracia en El Salvador? Ante la pregunta, Mejía asegura que la democracia salvadoreña aún debe fortalecerse. Destaca que la Corte Suprema de Justicia ha defendido la Constitución y la institucionalidad, pero choca con un oficialismo que “ha tomado los demás poderes del Estado. La Cámara de la Corte, la Fiscalía General de la República, o el mismo Tribunal Supremo Electoral, son órganos importantísimos pero que se encuentran ciento por ciento al servicio del partido de gobierno.”
“La gente ha dicho que quiere elegir sus gobernantes. Pero el control de las instituciones por parte del oficialismo es voraz. La democracia está en peligro acá” argumenta Mejía.
La polarización de la sociedad salvadoreña
Sánchez Cerén y el FMLN son considerados la izquierda de El Salvador. Manteniendo una división que persiste en América Latina desde la época de los golpes de estado y la inestabilidad democrática – donde los militares eran la derecha y las guerrillas comunistas, la izquierda – los resultados de las elecciones no muestran más que un electorado polarizado de la misma forma.
La elección estará igualmente dividida en segunda vuelta. Sánchez Cerén alcanzó casi el 50% de los votos, pero la oposición no se quedó atrás. La derecha, que corresponde al partido ARENA, alcanzó casi la misma proporción, si se considera que su electorado se dividió entre Tony Saca y Norman Quijano.
Saca se desempeñó ya como presidente de El Salvador. Elegido a través del partido ARENA, fue expulsado del mismo y decidió formar su propia fuerza para estas elecciones. Quijano, en cambio, fue el representante oficial de ARENA. Esta situación dividió a los electores de la derecha salvadoreña.
La situación generará seguramente inconvenientes en la segunda vuelta del 9 de marzo. Con tan poco margen de diferencia, la necesidad de cuidar el voto aumenta considerablemente. Mejía destaca que este resultado, ciertamente, “pone un reto impresionante en el Tribunal Supremo Electoral, para que administre de forma correcta en segunda vuelta”.