EnglishEste martes, el gobierno venezolano conmemorará un nuevo aniversario del intento de golpe de estado que el entonces comandante Hugo Chávez Frías llevó adelante contra el Presidente de Venezuela, Carlos Andrés Peréz, el 4 de febrero de 1992.
Recordando tal evento como una “rebelión cívico-militar”, el gobierno de Nicolás Maduro impulsa los festejos en el marco del 22° aniversario de lo que el chavismo considera el primer paso a la Revolución Bolivariana. Un aura mística cubre la fecha, recordada como “4F” y promovida en las redes sociales con el hashtag #4FRevoluciónParaSiempre.
El evento en sí mismo consiste en una concentración en el Cuartel de la Montaña, antiguo Museo Histórico Militar y actual mausoleo de Hugo Chávez. El lugar es altamente simbólico: allí fue donde se gestó el golpe de estado en 1992, funcionando el edificio como comando durante la operación.
La movilización, que partió desde la esquina Pagüita y es encabezada por el presidente Nicolás Maduro, llegará hasta el mausoleo para rendir homenaje allí al comandante supremo Hugo Chávez. Además, habrá también un encuentro con organizaciones populares donde se reflexionará sobre la importancia de la fecha para la historia de Venezuela.
Madrugada de despertar Revolucionario bajo la conducción del Gigante de la Nueva Historia El Comandante Hugo Chávez. pic.twitter.com/84WK7KRrBx
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) February 4, 2014
El golpe de 1992
El intento de golpe de estado conmemorado hoy se desarrolló en una Venezuela altamente desestabilizada. Luego de varios gobiernos que intentaban contener la inflación, llegó, con amplio apoyo popular, la presidencia de Carlos Andrés Pérez. Elegido en 1988, implementó un plan de ajuste económico respaldado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que afectaría notoriamente a la sociedad venezolana.
Las protestas se multiplicaron entre su asunción y 1992, siendo el Caracazo la máxima expresión de ese período marcado por las movilizaciones. El clima de descontento social inevitablemente generó inestabilidad política, deslegitimando a los dirigentes elegidos democráticamente.
En este contexto, un grupo de jóvenes militares decidió destituir al presidente Pérez. El Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) se había formado ya en 1983 y estudiaba el pensamiento de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, de cuyas ideas retomaron el concepto de soberanía, pedagogía liberadora y defensa del pueblo.
El fin del grupo era establecer, luego de la rebelión militar, un Gobierno de Emergencia Nacional. El MBR-200, con Hugo Chávez a la cabeza, conspiró de forma secreta. De hecho, fue un delator – el general Manuel Delgado Gainza – quien obligó a que las acciones se adelantaran, pero esto no bastó para vencer y la rebelión fue sofocada.
Los responsables de la rebelión
La Operación Ezequiel Zamora estaba pensada para ser realizada el 4 de febrero, martes, pero el delator obligó a adelantarla al 3 de febrero. Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Jesús Urdaneta Hernández, Jesús Ortíz Contreras, Yoel Acosta Chirinos y Luis Pirela Moreno fueron los responsables de la toma de las principales ciudades venezolanas, incluida Caracas y el Palacio de Miraflores.
Luego de la rebelión, los comandantes fueron encarcelados y posteriormente indultados por el presidente Rafael Caldera en 1994. La mayoría ocupó – y algunos todavía ocupan – cargos públicos durante distintos gobiernos.
Jesús Urdaneta Hernández se alejó del gobierno de Chávez en el año 2000 acusándolo de financiar a las FARC, e incluso firmó el referendo que buscaba revocarlo de su cargo en el 2004. Yoel Acosta Chirinos se desempeña como militar y también tuvo un vaivén hacia la oposición en las elecciones presidenciales de 2012.
Jesús Ortíz Contreras luego de recibir un indulto, había trabajado un año en misiones gubernamentales en Europa. Murió en 1995 en un accidente automovilístico.
De todos ellos, quizás Francisco Arias Cárdenas sea quien más participó en la política venezolana de los últimos 22 años. Tras haber apoyado a Chávez en su primera elección en 1998, Arias Cárdenas manifestó públicamente su desacuerdo con la dirección que llevaba él líder de la revolución y se convirtió en el candidato de la oposición para las elecciones generales del 2000. Pero, tras haber perdido, declaró públicamente su “reflexión” y se unió – nuevamente – al chavismo. Fue embajador, diputado y actualmente es gobernador del estado Zulia, ejerciendo su segundo mandato no consecutivo.
Aquel "Por Ahora" significó la certeza de que el camino iniciado no tenía marcha atrás #4FRevolucionParaSiempre pic.twitter.com/xpCJPtAuyf
— Delcy Rodríguez (@delcyrodriguezv) February 4, 2014
Democracia, ¿chavista sí, opositora no?
La campaña mediática a favor de la conmemoración de la fecha ha sido notable. El Ministerio del Poder Popular para la Información y la Comunicación dedicó amplios esfuerzos a promoverla. Vale la pena prestar atención a la retórica utilizada por el régimen para la difusión del evento. Difícilmente uno encuentre la palabra “golpe de estado” en los artículos que Delcy Rodríguez donde invita a la población a participar en el evento – un término bastante común para referirse, en cambio, a la oposición política.
La concepción de democracia difundida por el régimen es un elemento que los expertos consideran importante analizar. Estamos habituados a utilizar la palabra democracia como sinónimo de democracia republicana; pero no necesariamente implican lo mismo.
Para Roddy Enrique Rodríguez, politólogo y activista del partido Voluntad Popular, el chavismo ha asumido la concepción de democracia como “imposición de la mayoría”. Asimismo, considera que el evento no es conmemorado como un golpe de Estado, pues “bajo la narrativa chavista, que tiene muchos elementos de la tesis amigo-enemigo de Schmidt, todo lo que ellos hacen está a favor del pueblo, y en contra de la oligarquía apátrida. Por tanto, todas sus acciones cuentan con justificación, incluso si los medios violan los derechos humanos.”
Por su parte, Osmel Brito-Bigott, secretario general de la Organización por la Democracia Liberal en Venezuela, asegura que la “Revolución Bolivariana” puede enmarcarse en la categoría de democracia ilimitada o totalitaria. “Apoyándose en la larga tradición democrática del venezolano, y haciendo abuso de las decisiones mayoritarias desde 1999 en adelante, el socialismo chavista ha utilizado la democracia para avalar sus plesbicitos, algunos violatorios de derechos individuales” reflexiona Brito-Bigott. Para él, el caso más emblemático de la democracia ilimitada fue la aprobación de la Constitución vigente, que se realizó solo con la aprobación de 3,7 millones de votantes, y merece también una mención la manipulación del proceso de elección uninominal en 1999.
Brito-Bigott, de profesión Ingeniero y PhD en Economía, reflexiona al respecto del socialismo y la necesidad que estos movimientos poseen de manipular la historia y escribirla a su antojo: “[Sucede] Tal como escribiría Orwell en 1984:. ‘Quien domina el presente domina el pasado, y quien domina el pasado domina el futuro’. Era necesario exaltar el intento de golpe de estado de 1992, que ya se enmarcaba como una acción contra el status quo de la democracia representativa basada en la Constitución de 1961.” Opina, además, que con la prematura muerte de Chávez, era necesario idealizarlo a él y sus acciones para mantenerlos vivos en el imaginario popular, más allá de la crítica realidad: “Veremos por muchos años en Venezuela, aún después de que este régimen sea derrocado y sea expulsada la invasión cubana, que el recuerdo de Chávez y sus ‘hazañas’ seguirá vivo en la memoria colectiva de Venezuela.”
En su discurso del 4 de febrero de 1992, cuando era evidente que la rebelión no tendría éxito, Chávez se dirigió a los medios con las siguientes palabras: “Por ahora (…) nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder (…) Yo asumo la responsabilidad sobre este movimiento militar bolivariano”. El “por ahora” tendría un significado específico: que tanto la obtención del poder como su control posterior, se realizarían con los medios que el comandante considerara necesarios.
Chávez anunciando el fracaso de los intentos golpistas en febrero de 1992.
Con la colaboración de Marcela Estrada.