EnglishSusana Virginia Barreiros Rodríguez, de 34 años, se convirtió la noche del 10 de septiembre de 2015 en el verdugo que necesitaba el chavismo para sentenciar a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión al líder político venezolano, Leopoldo López.
La joven juez provisional del tribunal 28° de Juicio del Área Metropolitana de Caracas no resistió las presiones que desde hace semanas el Gobierno de Nicolás Maduro ejerció sobre ella. Olvidó que su responsabilidad era impartir justicia.
Hasta unos pocos minutos antes de retornar a la sala de audiencias recibió llamadas provenientes directamente desde el Palacio de Miraflores. Su mayor temor es que desde el Gobierno no puedan garantizarle que saldrá bien librada de esta jugada y que la justicia internacional la alcance. Así se los hizo saber en reiteradas oportunidades a sus titiriteros.
Su título de abogada lo obtuvo en la Universidad Santa María (privada), y su primera muestra de simpatía con el chavismo fue nada menos que otorgar la libertad, en diciembre de 2010, a Arné Chacón Escamillo, hermano del varias veces ministro de varios despachos, Jesse Chacón Escamillo.
Arné Chacón fue procesado por los delitos de aprovechamiento indebido de fondos públicos y aprobación indebida de créditos, durante su gestión como directivo de un par de bancos venezolanos y ella lo dejó en libertad.
Barreiro es una mujer menuda, pero de rostro agrio. Semanas antes de suspender abruptamente las audiencias del juicio, para darle paso a las conclusiones, reconoció ante altos funcionarios del Gobierno que no tenía caso seguir escuchando testigos, porque la mejor defensa de Leopoldo López fueron precisamente los que promovió el Ministerio Público, en especial un par de adolescentes que reconocieron haber incendiado las patrullas del Cicpc, el 12 de febrero de 2014, y que además confesaron que lo hicieron por iniciativa propia y que ni siquiera conocían al preso político Leopoldo López.
La jueza que sentenció a López ocupa, provisionalmente, desde agosto de 2010, la silla que antes tuvo su colega María Lourdes Afiuni, quien también es presa política, pero en su caso, del difunto Hugo Chávez Frías.
Barreiros evidentemente prefirió salir del Palacio de Justicia escoltada y protegida por el Gobierno, que esposada por los mismos alguaciles que ejecutaron la orden de detención contra su antecesora.
En realidad la sentencia contra el exalcalde del municipio Chacao no tomó a nadie por sorpresa, a pesar que durante todo el proceso de juicio su defensa advirtió que no había ningún elemento que verdaderamente lo inculpara ni probara que cometió los delitos de asociación para delinquir, instigación pública y mucho menos incendio.
Seguramente Leopoldo López no esté preso hasta el 2029, como pretende el Gobierno de Nicolás Maduro, pero el fallo que leyó la noche del jueves Barreiro solo fue una reproducción fiel de la acusación que presentaron los fiscales Franklin Nieves y Narda Sanabria donde ya se vaticinaba la supuesta culpabilidad del líder político opositor.
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“Me impresionó muchísimo la lectura del fallo, porque coincidió, al calco, con la acusación de la Fiscalía y eso es un vicio, porque por más de acuerdo que la juez esté con el caso presentado por el Ministerio Público, la acreditación de los hechos no puede ser la misma. Eso es gravísimo”, advirtió Juan Carlos Gutiérrez, abogado defensor de Leopoldo López.
Por ahora, solo resta esperar a que Susana Barreiros presente dentro de los próximos 9 días el fallo completo, para que entonces comiencen a correr los 10 días con los que cuenta la defensa para apelar su decisión.
“No nos van a dar una copia en digital, solo la copia fotostática para mediados de la semana que viene. Son 1.300 folios de las actas de juicio que tendremos que revisar para la apelación, pero eso será a partir del momento en que el tribunal publique el fallo”, señaló el abogado.
A Barreiros habrá que recordarle que existe jurisprudencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia que anula casos en los que la decisión del juez no esté argumentada con juicio propio, sino basada en los señalamientos que haga el Ministerio Público.
Mientras tanto, para el país y para el mundo entero la imagen de la juez Susana Virginia Barreiros Rodríguez abrazada al segundo hombre más poderoso del chavismo, Diosdado Cabello, habla más que la propia sentencia que emitió contra Leopoldo López.