Radio 10 y el canal de noticias C5N son, en estos días y nuevamente, escenario de algo que podríamos calificar mínimamente como sospechoso: desvincularon de sus puestos de trabajo a los periodistas Gustavo Mura y Antonio Laje, ambos trabajadores del multimedio “Grupo Indalo” dueño de la radio y el canal anteriormente mencionado.
Debe destacarse que el propietario del mismo es el conocido empresario kirchnerista, Cristóbal López, quien lo había adquirido de su anterior dueño Daniel Hadad en abril del 2012.
Mientras Mura atribuye su despido a una entrevista realizada al Secretario de Seguridad, Sergio Berni, en la que se habían pedido explicaciones y se habían formulado preguntas (¿inapropiadas? ) sobre los cortes de luz y los índices de criminalidad, el segundo protagonista ( Laje) piensa que su despido se debe a afirmaciones sobre la falta de infraestructura y a favor del cambio horario que había realizado en la emisión del 19 de Diciembre después de las cuales tuvo que enfrentar una reunión donde se le obligó a tomarse vacaciones y que concluyó con la salida total del periodista.
Tratando de comprender las razones de los mismos, podemos llegar a argumentar que es un caso más en el que la dinámica con la que trabaja este gobierno sale a la luz: oportunismo y cortoplacismo.
En este caso particular, además, debe añadirse otro término: la censura. Me refiero a ella porque, como argumentan los propios protagonistas, es claro que los motivos de los despidos están conectados a los contenidos y opiniones emitidas en sus programas. Sin embargo, se debe recalcar que en ningún caso fueron comentarios descalificativos o agresivos sino que fueron críticas a situaciones reales donde los servicios que deberían proporcionar tanto el Estado y las empresas privadas no estaban funcionando correctamente. Así, podríamos decir que los comentarios eran, en primer lugar, lógicos y que haberlos obviado hubiera sido faltar a la función principal de todo profesional del campo periodístico: informar.
Sin embargo y por suerte, creo que este obstáculo puede ser superado. Aunque se haya dejado sin trabajo a profesionales prestigiosos que habían formado parte de la historia del medio al que pertenecían, confío todavía en estar en un país en el que existe la pluralidad y la diversidad de opiniones y en el que como sucedió con el caso de Marcelo Longobardi (desvinculado del mismo medio un año atrás) habrá otras casas que abrirán sus puertas para que ni una opinión sea acallada.
Ollier, en uno de sus trabajos, habla de los recursos objetivos y subjetivos. Los recursos objetivos son las distintas fuerzas que pueden influir en el gobierno y los recursos subjetivos son la manera en la que los gobernantes manejan los mismos, las relaciones que forjan con las distintas fuerzas o recursos objetivos.
En este caso, el gobierno kirchnerista logra configurar relaciones estrechas con este empresario (Cristóbal López) obtenidas a través de distintos favores. A cambio, este empresario les debe lealtad: aquí entra el oportunismo. Cuando se da la chance el empresario amigo del gobierno compra el multimedio. Luego, ya como propietario, despide descaradamente periodistas históricos que tenían opiniones críticas respecto al gobierno hasta conseguir que las personas que continúen sean “tibias” en sus opiniones.
El oportunismo aparece cuando, como gobierno, cuento con los recursos y aprovecho las oportunidades para beneficiarme.
Sin embargo, esto se agrava cuando se combina con el tercer término mencionado: el cortoplacismo. Este equivale a decir que desde el gobierno se ejecutan medidas que los van a beneficiar pero solo en el corto plazo, en este momento. Aquí, despedir personas que puedan perjudicar potencialmente la imagen del gobierno puede beneficiarlos ahora, pero claramente no es una medida a largo plazo como podría ser ocuparse y/o solucionar las razones por las que se los critica.
Es muy importante dejar en claro que aunque éste sea un caso particular, nos deja vislumbrar la manera en que actúa el gobierno argentino en general. Y esto, permítanme agregar, es sumamente mediocre. Mediocre porque si desde la cúpula ejecutan medidas que solo los salven en el corto plazo, si no hay planificación para el futuro, si no hay políticas de Estado en vez de políticas de gobierno, vamos a quedar hundidos para siempre en un re-inicio permanente, incapaz de progresar y madurar. Y lo que necesitamos es diametralmente lo opuesto. Sería ideal que nuestro gobierno no trate de desechar las críticas sino que las incorpore y trabaje en ellas.