EnglishPor: El Universal
Poco a poco, la falta de papel va invadiendo otros territorios. Esta semana fue el turno para el cine: las salas caraqueñas carecen del papel especial que se utiliza para imprimir la boletería, por lo que se recurre a papeles manuscritos sellados.
En una hoja, el empleado de la taquilla escribe en bolígrafo y papel en blanco el título de la película, el horario de la función, la sala y los asientos escogidos por el espectador. Posteriormente coloca su firma y estampa un sello para probar la autenticidad.