EnglishYo no he perdido mi fe. Y no desespero, porque sé que existe un orden moral. No he perdido la fe, porque el arco del universo moral es largo, pero se curva hacia la justicia.”
~ Martin Luther King Jr.
Iglesia Bautista Ebenezer, 30 de abril de 1967.
Hoy (22 de julio) se cumplen dos años desde que Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante fueron vistos con vida por última vez antes de un accidente automovilístico que ocurrió a la 1:50 pm EST en 2012. El incidente del domingo por la tarde involucraba a un segundo vehículo, conducido por miembros de la seguridad del Estado cubano.
El momento en el cual me enteré de lo que pasó está grabado en fuego en mi memoria, como si hubiese sido ayer. Durante los dos años siguientes la familia Payá y miembros del Movimiento Cristiano de Liberación han tratado por todas las vías disponibles de presionar por una investigación internacional sobre la muerte de estos dos activistas.
La junta editorial del Washington Post, en la víspera del segundo aniversario, publicó lo que ahora se conoce públicamente:
El auto se salió de control después de ser embestido por detrás por un vehículo con placas de circulación del estado, de acuerdo con el Sr. Carromero. Mientras él y el asociado de Suecia sobrevivieron, el Sr. Payá y el Sr. Cepero murieron. El Sr. Carromero dice que luego fue obligado a confesar y sometido a un juicio manipulado con el fin de encubrir lo que realmente sucedió. La “confesión” del Sr. Carromero que fue grabada en vídeo y transmitida por televisión, fue forzada sobre él; se le hizo leer tarjetas escritas por los agentes de seguridad del Estado. Fue condenado a cuatro años de prisión por homicidio vehicular y posteriormente puesto en libertad para volver a España para cumplir su mandato.
El encubrimiento de esta ejecución extrajudicial llevada a cabo por el servicio de seguridad del Estado cubano se ha desmoronado. Finalmente, un organismo regional o internacional de derechos humanos elaborará un informe creíble e independiente sobre los hechos ocurridos el 22 de julio de 2012, y responsabilizará al gobierno cubano. Los hechos alrededor de lo que pasó son de dominio público, por lo que pueden ser analizados y juzgados legalmente en base a sus méritos. Respetados líderes internacionales, entre ellos los ganadores del premio Nobel Desmond Tutu y Lech Walesa, han pedido una investigación internacional.
No será la primera vez.
Hace nueve días, el mundo marcó 20 años desde el ataque y hundimiento del remolcador 13 de Marzo que cobró 37 vidas el 13 de julio de 1994. Hubo una investigación sobre las responsabilidades.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en un informe publicado el 16 de octubre de 1996, llegó a la conclusión de que lo que ocurrió aquella madrugada “no fue un accidente sino un acto intencional con premeditación” llevado a cabo por agentes del gobierno cubano. Sostuvieron que el Estado cubano fue el responsable de la violación del derecho a la vida de todas las personas que naufragaron y perecieron como consecuencia del hundimiento del 13 de Marzo.
Estos hechos ocurrieron a sólo siete millas de las costas cubanas el 13 de julio de 1994. Sin embargo, dos décadas más tarde, los hombres responsables, a pesar de ser identificados, no han tenido que rendir cuentas ante un tribunal de justicia.
Tres años después, el 29 de septiembre de 1999, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicó un informe sobre los hechos del 24 de febrero de 1996, cuando el gobierno de Cuba derribó los aviones en los cuales viajaban los activistas de Hermanos al Rescate.
Llegaron a la conclusión de que “Cuba es responsable de la violación del derecho a la vida … en detrimento de Carlos Costa, Pablo Morales, Mario De La Peña y Armando Alejandre, quienes murieron como consecuencia de las acciones directas de sus agentes en la tarde del 24 de febrero de 1996 mientras volaban por el espacio aéreo internacional.”
El Estado cubano perdió un juicio civil contra los familiares de las víctimas en los tribunales estadounidenses. Un espía de Cuba, Gerardo Hernández, también fue detenido en 1998 y condenado a cadena perpetua por conspiración para cometer asesinato por su rol. Sin embargo, los hombres que dieron las órdenes y apretaron el gatillo que hizo estallar dos aviones civiles del cielo, aún tienen que rendir cuentas ante un tribunal de justicia.
Mientras tanto, los cubanos y los amigos de la libertad en todo el mundo están recordando el legado de Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante. Misas están previstas en La Habana, Madrid y Miami, para dar gracias por su vida y su legado de no violencia que sigue demostrando que el amor es más fuerte que el odio. A través de redes sociales, las personas de buena voluntad están haciendo el signo de la Liberación y mostrando dos velas en memoria de Oswaldo y Harold.
A pesar del hostigamiento y las amenazas de muerte en contra de la familia Payá (que los obligaron a buscar refugio en el exilio), y el aumento de la represión —incluyendo ataques con machetes contra miembros del Movimiento Cristiano de Liberación—, el movimiento ha permanecido en la isla para continuar el legado de la resistencia no violenta de Oswaldo. La familia Payá y el Movimiento Cristiano de Liberación en la diáspora han seguido juntos para apoyar a sus homólogos en Cuba y dirigir la lucha por la justicia para Oswaldo y Harold.
Se dice que la justicia demorada es justicia denegada, y donde hay una estatua de limitaciones involucrada, esto puede ser verdad. Pero cuando se trata de asesinatos, sólo unos pocos países, como Colombia y hasta hace poco Japón, tienen una fecha de prescripción para el delito de asesinato. Cuba no tiene tal disposición.
En el caso de República Checa, uno de los casos más sonados es el de Milada Horakova. Ella fue ahorcada con otras tres personas en la prisión de Pankrac de Praga, como espía y traidora al gobierno checoslovaco comunista, el 27 de junio de 1950 después de una farsa de juicio. El mismo fiscal que presidió ese supuesto juicio enfrenta un juicio por asesinato 57 años después, y fue declarado culpable y encarcelado.
El reverendo King tiene razón, “el arco del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia.” La historia ya ha condenado estos crímenes, y es muy probable que un tribunal de justicia finalmente haga lo mismo. Mantenga la fe, no se desespere, y siga demostrando su solidaridad con las víctimas de la represión.