EnglishPor Alejandro Ascencio
El domingo 1 de marzo se llevaron a cabo elecciones en El Salvador, con una participación que rondó el 50%. Estas elecciones tenían cierto grado de complejidad con las reformas implementadas (voto cruzado y voto por rostro para el Parlamento Centroamericano) lo cual de alguna u otra forma complicó y alargó el conteo. La campaña electoral estuvo marcada por lo extensa en tiempo, pero muy corta en cuanto a propuestas, tomando en cuenta que una propuesta seria debe incluir: ¿qué se hará? ¿Para qué se hará? ¿En cuánto tiempo se hará? ¿Cómo se hará? Y sobretodo ¿Cuánto dinero costará?
También, a la hora de proponer algo, deben tenerse en cuenta las facultades que tiene cada funcionario, ya sea diputado o alcalde; en la campaña muchos candidatos ofrecieron cosas que no están dentro de sus facultades legales y por lo tanto jamás podrían realizar. Cabe destacar que en muchos casos se recurrió a la campaña sucia, dejando de lado el debate de ideas y propuestas serias, dando paso al show y al circo mediático.
El Tribunal Supremo Electoral ha fallado con la transmisión de resultados al contratar a una empresa ineficiente. A casi una semana de pasadas las elecciones solo se manejan resultados no oficiales, lo cual ha generado cierta desconfianza debido a la lentitud con la que se han visto los escrutinios. La licitación en este tipo de servicios debe hacerse en base a la idoneidad y eficiencia de las empresas contratadas y no basarse en otro tipo de criterios que en nada abonan a mejorar la confianza y la transparencia.
Según una encuesta de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas realizada en enero, solo uno de cada cinco salvadoreños expresó tener mucha confianza en el proceso electoral. El 17,7% dijo que tenía algo de confianza, mientras que el 59,7% de la gente señaló tener poca o ninguna confianza en los próximos comicios.
La jornada el 1 de marzo fue larga y tensa. Los miembros de las juntas receptoras de votos comenzaron labores en la madrugada del domingo y pasaron toda la madrugada del lunes realizando el conteo de votos. No es justo que se sacrifique a personas en tan extenuantes jornadas; los procesos electorales han de ser mejorados y encaminados a ser más expeditos y rápidos.
Es necesario seguir con las reformas electorales para mejorar la representatividad. Implementar los distritos electorales tanto para Parlamento Centroamericano como para la Asamblea Legislativa ayudaría a reducir tiempos y ahorraría recursos tanto en la campaña electoral como en el conteo de votos.
Es absurdo, en el caso de los diputados del Parlacen, que se hagan casi campañas “presidenciales” que abarcan todo el territorio nacional; y en el caso de los diputados, elegirlos por departamentos para la Asamblea Legislativa sería positivo, en pro de una mayor cercanía con el ciudadano.
En vista de los errores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), es necesario separar ya las funciones administrativas del tribunal de las jurisdiccionales, ya que es inoperante que una sola institución tenga ambas. Existen varias propuestas de diferentes sectores de la sociedad civil. Hay que exigirle a los diputados electos que realicen estas reformas para mejorar los procesos electorales y así generar más confianza en la población.
La democracia no se limita solamente a ir a votar, es necesario que el ciudadano esté vigilante desde el día que entra el funcionario hasta el día que sale de sus funciones
De nuevo otro gran error del TSE fue su omisión en impartir justicia. Se vio una actitud tibia, timorata y cobarde con la propaganda de ALBA Petróleos, empresa asociada al oficialismo, que incluso en los días previos a la elección continuó con spots en TV y cuñas de radio en claro apoyo al partido de Gobierno.
Cabe destacar que los concejos plurales que por primera vez se implementarán han venido a darle mayor representación a los electores en los diferentes municipios del país.
La democracia no se limita solamente a ir a votar, es necesario que el ciudadano esté vigilante: desde el día que entra el funcionario hasta el día que sale de sus funciones debe exigir el cumplimiento de la Ley y buen ejercicio de la administración pública.
Alejandro Ascensio tiene 23 años, es miembro de la Dirección Nacional de la Juventud de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) de El Salvador, y del Club de Leones de San Salvador, donde reside. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad de El Salvador. Síguelo en Twitter: @Ascencio_sv
Editado por Pedro García Otero y Daniel Duarte. Actualizado el 10 de marzo a las 16:45 EDT.