EnglishPortuguêsPor Bernardo Vidigal
El 28 de agosto tuvo lugar una audiencia pública sobre Uber en la Asamblea Legislativa de Minas Gerais en Brasil. Como continuación de lo que pasó en São Paulo y Vitória, representantes de Estudiantes por la Libertad Brasil (EPL) estaban presentes y discutieron el tema de la libertad de transporte en el debate.
Nosotros, representantes de EPL, llegamos temprano y desde el principio fuimos acosados por los taxistas. No fueron todos: muchos taxistas trataron, todo el tiempo, de calmar a sus colegas más exaltados, pero eso no fue suficiente. A menudo era necesario que la Policía Legislativa interviniera para garantizar nuestra seguridad. Al final, incluso tuvimos que ser escoltados fuera de la asamblea por la puerta trasera.
Frente a unos 400 taxistas, éramos un grupo de veinte personas en defensa de la libertad de elección: 11 representantes de EPL y nueve personas más, de organizaciones asociadas.
Thaiz Batista, representante del Consejo Ejecutivo de los Estudiantes por la Libertad, habló para expresar sus ideas y defender la libertad en el transporte, citando el ejemplo de otras aplicaciones, como WhatsApp, que innovaron en sus mercados y que también sufrieron intentos de sus competidores para que fueran prohibidos.
Sabemos que es totalmente comprensible estar en contra del Uber. Por lo menos hasta entender lo que el Uber representa en verdad. El mundo está cambiando, y rápido. Pero la “uberización” de la economía es una realidad y ha asustado a otros mercados.
Uber no acabará con los taxis
Airbnb asusta a los hoteles, Netflix asusta los medios de comunicación y Whatsapp asusta las empresas de telefonía celular. Pero de la misma manera que que la radio no mató el periódico, la televisión no mató la radio y la internet no mató la televisión, la economía “uberizada” no va a matar a los taxis, hoteles, medios de comunicación o las compañías telefónicas. Sólo los cambiará.
El problema es que el cambio siempre da miedo. Significa nuevos hábitos, nuevas personas y nuevas tendencias, pero cuando se trata de la innovación, el cambio es siempre positivo. El Uber no quebrará a los taxis de Belo Horizonte por una serie de razones. En primer lugar, el Uber no siempre compite directamente con los taxis. En segundo lugar, el Uber no cumple con la totalidad del mercado. En tercer lugar, los taxistas tienden a mejorar el servicio para competir con Uber, ganando parte de su mercado de nuevo.
Hay varias evidencias de que Uber no siempre compite directamente con los taxis. El Uber Black, por ejemplo, es más caro que el servicio de taxi. Esto indica que algunos consumidores decidieron pagar más para utilizar un servicio de transporte. Este grupo de consumidores ciertamente no representa a la mayoría de la población, se trata de personas que ya tienen smartphones y no les importa pagar más para moverse por la ciudad, a menudo dejando sus coches en los garajes para utilizar Uber; es decir, son los consumidores que ni siempre prefieren utilizar un taxi en lugar de sus coches.
Otro punto: el Uber no cubre la totalidad del mercado. Para utilizar el Uber hace falta un teléfono inteligente y menos del 30% de los brasileños tiene uno, es decir, en el 70% de los casos, Uber no cumplirá con el mercado de los taxis. Por supuesto, estas cifras ocultan la realidad, ya que en las grandes ciudades hay más personas que utilizan smartphones. Sin embargo, todavía hay otro factor más para defender esta hipótesis: el Uber no es público. No se puede señalar y coger un Uber en la calle, ya que no es posible identificarlos. Este tipo de uso todavía es totalmente dejado a los taxis.
En tercer y último lugar: la competencia. Tal vez esto sea lo más importante. ¿Qué sucede cuando una nueva persona entra en el mercado y roba sus clientes? Usted mejora su servicio. Es natural, casi instintivo. Y con servicios mejores, los taxistas también van a ver lo que hay de más natural en el mundo, los nuevos clientes. Es un pequeño reto, sin duda, pero todo el mundo gana con esto al final.
Culpen a la burocracia
Pero ¿la competencia entre Uber y taxis es injusta? Tal vez. La primera cosa a destacar aquí es que los taxistas tienen una serie de descuentos en las tasas que los conductores del Uber no tienen, pero eso no cuenta toda la historia. Una cosa que hay que decir en defensa de los taxistas: el mercado de los taxis es muy regulado y requiere a los taxistas obedecer una enorme cantidad de burocracia que crea ineficiencias en su mercado.
Como agentes privados que viven bajo el monopolio impuesto por el Gobierno municipal, viven en lo peor de los dos mundos; el monopolio es tan ineficaz, que no genera ganancias ni para los taxistas mismos, ya que los precios son fijos y muchas de las licencias de taxis pertenecen a un pequeño número de personas, concentrándose así la poca ganancia que los taxistas tienen.
Esto no significa que la solución sea imponer a Uber las regulaciones ineficaces que oprimen a los taxistas. Lo que Uber ha demostrado es que las personas pueden elegir libremente el servicio que prefieran. Los conductores de Uber eligen libremente vincularse a la empresa y los usuarios eligen libremente a utilizar su servicio. Y el Uber ni siquiera es la única empresa que hace esto; en otros países ya existen otras empresas que ofrecen el mismo servicio y hay rumores de que incluso Google tiene planes para entrar en este mercado.
Desafortunadamente, la audiencia pública no fue productiva. La mayoría de los presentes se negaron a escuchar puntos de vista diferentes, llegando a dar la espalda cuando la responsable de Relaciones Gubernamentales de Uber se manifestó. Además, los conductores de taxis presentes hicieron un esfuerzo para que nadie escuchara nuestra voz, abucheando y haciendo ruido mientras estábamos siendo entrevistados, amenazándonos y insultándonos.
Por lo tanto, la lucha no debe ser en contra de Uber, sino de la ineficiencia. Quien impide a los taxistas innovar y competir es la regulación ineficaz. Así, el debate no debería estar a favor de más regulaciones malas, sino a favor de menos regulaciones malas. Con menos interferencia, el mercado de los taxis será capaz de crecer y competir, lo que beneficia no sólo al consumidor, sino también a los taxistas.
Bernardo Vidigal es el encargado de los programas para Brasil en Students for Liberty. Síguelo en Twitter: @BernardoVidigal.