Hace poco, la Unión Europea anunció con entusiasmo los notables resultados del tratado comercial que mantiene con Colombia. Según el comunicado oficial, las exportaciones no-petroleras de Colombia al bloque aumentaron 15,36% (2.654 millones de euros) durante el primer semestre de 2015, versus el mismo periodo del año anterior.
Entre los beneficiados, destacan las cerca de 4 millones de familias agricultoras colombianas quienes constituyen 17% de la población económicamente activa. El sector agrícola, cuyas exportaciones ascienden a 28,38% del total, creció 20,56%, por un monto de casi mil millones de euros. El incremento se debió principalmente al acceso preferencial de productos colombianos a los 28 países de la Unión Europea, gracias al acuerdo comercial vigente desde agosto de 2013.
A menos de dos años de haberse efectuado el tratado, los resultados son tangibles. “La mayor participación de los productos colombianos en las exportaciones hacia la UE demuestra los beneficios que ha traído el acuerdo comercial para el campo”, indicó Cristoph Saurenbach, Consejero Comercial de la UE en Colombia. “El banano fresco tiene cada año un mejor acceso al mercado de la UE y productos como el café de Colombia se benefician de un sello de calidad”, agregó el funcionario europeo.
Pero mientras Colombia trabaja en el reto de diversificar aún más su canasta exportadora para aprovechar plenamente los beneficios de su acuerdo comercial, ¿dónde se encuentra Ecuador?
La Unión Europea es el principal socio del comercio no-petrolero de Ecuador. En 2014 se exportó €2.600 millones con un superávit de €400 millones, y la tendencia es creciente desde hace más de una década. Cerca de 300mil plazas de empleo en 1.400 empresas (de las cuales 60% son MIPYMES) se relacionan directamente a la exportación a ese mercado. 56% de esas exportaciones gozan de aranceles reducidos o nulos, gracias al sistema de preferencias SGP+ que otorga unilateralmente la UE (el porcentaje aumenta a 85% si se excluye el banano). El ahorro es de USD400 millones anuales, tan sólo en aranceles.
Sin embargo, los beneficios del sistema SGP+ no son permanentes. Ecuador ha sido considerado por el Banco Mundial país de renta media-alta desde 2011, lo cual lo excluiría de los favorecidos del sistema SGP+ a partir del 1 de enero de 2015. Sin esas preferencias, se estima se perderá USD465 millones anuales en ventas desviadas a países competidores.
Tomando en cuenta estos antecedentes, era imperativo para Ecuador firmar un acuerdo comercial con la UE. No obstante, desde 2009, que Ecuador abandonó las negociaciones, el Gobierno ha minimizado la importancia del tema. Rafael Correa, presidente del Ecuador, declaró en 2013: “Nosotros confiamos en el comercio (…), pero en el comercio para beneficio mutuo”, subrayando que “un mal comercio puede quebrar a un país”. Agregó que firmar un TLC supone perder política comercial, entonces, si Ecuador también carece de política monetaria, un tratado de esas características es “un suicidio”.
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No fue sino recién en marzo de 2014, a nueve meses de perder el acceso al SGP+, que el Gobierno mostró su preocupación. En su enlace sabatino, Correa manifestó: “La voluntad es firmar ese acuerdo comercial con Europa, no un Tratado de Libre Comercio, pero no estamos dispuestos a firmar a cualquier costo.” Enfatizó además que “mientras no esté todo negociado, nada está aprobado (…), y si firmamos, y algo funciona mal, se puede denunciar ese acuerdo”.
Afortunadamente, para julio del mismo año concluyeron las negociaciones, y en diciembre se firmó el Protocolo de Adhesión, mecanismo por el cual Ecuador se sumaría al Tratado de Libre Comercio Multipartes que mantienen Colombia y Perú con la Unión Europea. Luego de un proceso de ratificación interno de ambas partes, el tratado entraría en vigor en 2016, con lo cual Ecuador espera aumentar sus ventas en USD500 millones anuales.
Pero a pesar de las buenas noticias, es reprochable que se hayan perdido más de tres años en relación con los vecinos de Colombia y Perú para firmar un acuerdo de semejante magnitud, más aún conociendo los claros beneficios que el mismo conllevaría. En palabras de Francisco Rivadeneira, ministro de Comercio Exterior: “Creemos firmemente que el acuerdo que hemos alcanzado es de gran importancia para el futuro de Ecuador, sobre todo cuando se tiene en cuenta la importancia del mercado europeo para nosotros”.
Con la entrada en vigor de este tratado, más de 520 millones de ecuatorianos y europeos tendrán acceso a más bienes, a un mejor precio, mejorando así su nivel de vida. Esperemos que Ecuador continúe con políticas de liberalización de comercio internacional en el futuro, para beneficio de todos, especialmente los más pobres.
José Ponce Jouvin es emprendedor, graduado de Negocios Internacionales y Dirección Comercial en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), miembro de Estudiantes por la Libertad y alumnus de Foundation for Economic Education (FEE). Actualmente es consultor en una importante empresa de consultoría y análisis económico en Ecuador. Síguelo en @JosePonceJouvin.