El pasado viernes primero de septiembre en Colombia ocurrió un hecho sin precedentes, las FARC se tomaron la Plaza de Bolívar y su logotipo se proyectó en la Catedral y en las paredes del Congreso.
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En un concierto al que asistieron alrededor de 10.000 colombianos, Timochenko dio un discurso en el que celebraba el paso de esa guerrilla a partido político. En la videocolumna de hoy les contamos los aspectos más impactantes del evento.
Jóvenes con camisas en las que se leía el nombre del grupo guerrillero así como su logotipo, vendedores ambulantes ofreciendo llaveros con las caras de los líderes guerrilleros y policías quejándose de la humillación que representó para ellos cuidar el evento, son algunos de los detalles que trascendieron del evento.
Pero más allá de los pormenores que escandalizan y hacen sentir humillada a buena parte de la población colombiana, hay muchos aspectos simbólicos y de gran importancia sobre el peligro que representa esta nueva época después de la puesta en marcha del acuerdo Santos-FARC.
Y es que, por ejemplo, que el logo de las FARC se haya proyectado en las paredes del Congreso no es solo una provocación sino también, y sobre todo, una muestra del poder que tiene el grupo guerrillero. Es las FARC demostrándole a los colombianos que pueden hacer lo que quiera, tomarse la plaza central y poner su nombre en las paredes, incluso, de la Catedral.