Muchos llevamos años predicando, casi como evangélicos, que la intervención estatal es nefasta, que la colaboración voluntaria entre individuos libres es la clave. Convencer a la gente, lograr que se imaginen cómo sería su vida con menos Estado, parecía casi imposible. Sin embargo, una luz se ha encendido, la tecnología le quitará las vendas al mundo entero; les mostrará que somos esclavos de los políticos.
Bitcoin, y en general las criptomonedas, les harán ver cuán prósperos pueden ser negociando sin la mano del Estado metida en la mitad. Les mostrará con cuánto de su dinero se quedan los políticos. Pero, sobre todo, será la prueba de que el orden espontáneo sí funciona. Expondré a continuación solo algunos puntos por los cuáles estoy segura de que bitcoin nos permitirá un futuro completamente distinto, un mañana libre.
La emisión de bitcoin no es controlada por el político de turno
En Venezuela la inflación puede llegar a superar el 50 % en un mes, lo cual quiere decir que en tan solo 30 días a un trabajador le han robado la mitad de su sueldo. Esto sucede porque el bolívar es manejado por el Gobierno, que imprime papel moneda a su antojo.
Con bitcoin esto queda solucionado, es una criptomoneda descentralizada, su emisión no depende de los antojos de los políticos. Para emitir nuevos bitcoins es necesario resolver un problema matemático complejo que va aumentando su dificultad en la medida que haya más monedas en circulación, lo que conlleva a que la emisión de la moneda virtual se vaya disminuyendo en el tiempo hasta un límite autoimpuesto de 21 millones de bitcoins.
Bitcoin es, en este sentido, incluso mejor que el patrón oro. Controla el robo que los políticos le hacen a los individuos mediante la emisión descontrolada de moneda. Imagine, entonces, un futuro con bitcoin en el que los políticos no le quiten su dinero envileciendo la moneda.
Bitcoin es suyo, el Estado no se lo va a robar
En mayor o menor medida, dependiendo del país en el que usted viva, los políticos se llevan una gran tajada de lo que ganamos con nuestro esfuerzo diario. No hay cómo escapar. Los empresarios deben pagar altísimos porcentajes por generar empleo y los trabajadores son despojados de su renta mediante impuestos directos e indirectos. Con bitcoin el Estado no tiene cómo robarle su dinero.
No hay forma de que el Estado pueda saber la cantidad de bitcoin que usted tiene si no lo pasa a pesos, dólares o cualquiera de las otras monedas manejadas por los políticos. En un futuro muy cercano, en el que usted podrá comprar cualquier cosa con bitcoin, y en la medida en que este se convierta en una moneda más común, los políticos simplemente no tendrán cómo sacarle una tajada de su sueldo. No tienen cómo saber cuánto dinero posee.
Las empresas en Colombia, por ejemplo, no tendrán que dejar el 70 % de sus utilidades en manos de un político que lo único que hace es poner obstáculos en su vida. Un vendedor podrá cuadrar con el comprador de sus productos un negocio, el pago se hará con bitcoin, y no serán obligados a pagar impuestos. Usted no tendrá que declarar renta porque el Estado no tiene cómo saber cuál es su renta.
Y en el caso de que el Gobierno lograra asociar una billetera con alguna persona, porque esta en algún momento, por ejemplo, pasó bitcoin a dólares desde esa dirección, no tiene cómo “embargar” o “congelar” la billetera de bitcoins. La única forma en la que pueden arrebatarle su dinero sería que lo obligaran a revelar su contraseña; lo que tendrían que hacer usando la fuerza y dejando más que claro que los políticos son unos ladrones.
Los oligopolios bancarios serán destruidos
Son muchos los que piensan que el sistema bancario actual es prueba de lo malvado y nefasto que es el capitalismo salvaje, no pueden estar más equivocados. Lo que vemos hoy en día es muestra de cómo el Estado es el único capaz de mantener oligopolios. Unos cuantos bancos imponen sus reglas y se quedan con todo gracias a que el Estado los protege y les quita de encima la competencia. Pero llegó bitcoin, se les acabó la fiesta.
Quien haya intentado hacer un negocio internacional, o por algún motivo mover dinero de un país a otro, se habrá dado cuenta de la gran cantidad de dinero que le quitan los bancos por estos servicios. Incluso para hacer transacciones de un banco a otro en el mismo país la suma a pagar es considerable. Con bitcoin usted podrá hacer negocios con gente en cualquier parte del mundo sin tener soportar el sablazo de los grandes bancos que están librados de toda competencia gracias a la protección del Estado.
En la mayoría de los países los bancos la tienen tan fácil y hay tan poca competencia que no existen incentivos para bajar los precios, se les acabó el negocio, ahora usted podrá enviarle millones a alguien en China o en la India por 40 dólares, eso exagerando, podría estar de suerte y hacerlo por dos dólares, el precio de estas transacciones varía según la cantidad de gente que esté demandado transacciones.
Privacidad
Recogiendo todo lo que hemos dicho, gracias a bitcoin su dinero será, de verdad, suyo. El Estado no tendrá cómo quitárselo gracias a la privacidad que ofrece la criptomoneda. Cuando usted tiene una cuenta en cualquier banco el Estado sabe cuánto dinero tiene cada persona, en dónde lo tiene y quién se lo dio. Con bitcoin, y cualquiera de las otras criptomonedas descentralizadas, los políticos no tienen cómo obtener esa información.
Por todo esto, mañana, cuando todo el mundo use bitcoin, el Estado quedará sin el poder que tiene actualmente para quitarle su dinero, la única forma en la que podrá hacerlo es obligarlo a darle su contraseña. La gente hará sus transacciones usando la criptomoneda y se dará cuenta de todo el dinero que durante años los políticos le quitaron, las empresas podrán huir del látigo fiscal de los políticos y la generación de riqueza aumentará enormemente gracias a la colaboración voluntaria y libre de los individuos que habrán escapado de las garras de los políticos.
Bitcoin y las criptomonedas lograron el sueño de los libertarios, liberarnos del Estado. Solo podrán quitarnos nuestro dinero si logran que todos, mediante la violencia, les demos la clave de nuestra billetera.