Extrañamente los medios de comunicación colombianos e internacionales señalan como gran ganador de las elecciones legislativas del domingo a Álvaro Uribe Vélez y su partido Centro Democrático (CD). Incluso diferentes sectores de la izquierda han salido a decir que los comicios de este fin de semana demuestran que el “castrochavismo” no se ha tomado el país, en línea con quienes aseguran que la derecha se impuso en esta jornada electoral.
Lo primero que no parecen considerar es que en el Senado, el CD obtuvo solo 19 curules, una menos de las que tiene actualmente. Pero, además, muy por debajo de lo que esperaba obtener el partido, que hacía proyecciones de que alcanzaría entre 25 y 30 escaños. Definitivamente perder un puesto en el senado no se puede calificar como un triunfo.
Ahora bien, tal vez el triunfalismo de muchos obedece a la votación obtenida en la coalición de la Gran Consulta, donde se elegía el candidato presidencial de la centro-derecha. Y es que en total 6.130.300 personas votaron en esa consulta, y 4.038.101 votaron por el candidato de Uribe, Iván Duque. Eso hace que muchos aseguren que en la primera vuelta a la presidencia el ungido de Uribe obtendría más de 6 millones de votos, lo que lo dejaría a muy poco de ganar sin necesidad de una segunda vuelta.
Sin embargo, es un error garrafal creer que todos los que participaron en la consulta de la centro-derecha votarán en las presidenciales por Duque. Dentro de esos 6 millones de votos, que muchos del CD aseguran son propios, hay votantes de Cambio Radical, el partido de Germán Vargas Lleras, que obviamente en una primera vuelta apoyarán a su líder natural.
Luego, también es claro que el Partido Conservador puso bastantes votos en esa consulta. El mismo presidente de esa colectividad, Hernán Andrade, invitó públicamente a los militantes a participar en la consulta y apoyar a alguno de los dos candidatos conservadores, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, que participaban en la contienda.
Pero la invitación del presidente de los conservadores a votar en la consulta no significa que todo el Partido Conservador vaya a apoyar en primera vuelta a Duque. Dentro de esa colectividad hay una división, algunos se irán con el CD y otros apoyarán a Vargas Lleras. El mismo expresidente del partido, y senador con mayor votación de esa colectividad, David Barguil, afirmó lo siguiente: “No es un secreto que el Partido Conservador tiene dos opciones Iván Duque y Germán Vargas”.
En general, lo que no entienden los triunfalistas dentro del CD es que muchos que en primera instancia no votarán por Duque participaron en esa consulta pensando en la posibilidad de que su primera opción no resulte ganadora en primera vuelta. Así, por ejemplo, votantes de Vargas Lleras participaron en la consulta para intentar elegir a quien consideran una segunda alternativa si Cambio Radical no pasa a segunda vuelta.
Lo que digo queda claro cuando se mira los votos obtenidos por el CD en el Senado: 2.513.320. Cifra que no llega ni a la mitad del total de votos obtenidos en la consulta para elegir el candidato de la centro-derecha, y que también está muy por debajo de los votos obtenidos por Duque.
Si esos más de 4 millones obtenidos en la consulta por Duque representa a sus votantes, ¿por qué el CD no sacó por lo menos la misma cantidad de votos para Senado?
Entonces, si alguien quisiera hacer una proyección honesta de los posibles votos que va a obtener la coalición de centro-derecha en las presidenciales, el dato que debe tener en cuenta no son los más de 6 millones de la consulta, sino los 2.5130.320 obtenidos en el Senado por el CD, a los que se les suma una parte del voto conservador, pero definitivamente no su totalidad. Esto quiere decir que no estamos ni cerca de ganar la presidencia en primera vuelta, y que una unión de la izquierda podría ser fatal para la derecha.
Pero ahí no acaban las malas noticias para la verdadera derecha colombiana. Duque ha venido utilizando una estrategia en la que tendrá que profundizar si quiere ganar la presidencia: cautivar los votos del centro o centro-izquierda. A quienes Duque nos parece un tibio, la única opción que nos queda, en todo caso, es votar por él, que es el candidato que está más a la derecha. Esos votos de la derecha él ya los tiene asegurados, debe conquistar a quienes están a su izquierda, por lo que ahora ablandará incluso más su discurso para intentar ganar, por ejemplo, votos del liberalismo.
Y si pasa a segunda vuelta con Gustavo Petro, que es el escenario planteado en la última encuesta sobre intención de voto, Duque también intentará ganarse a los votantes del Partido Verde. Por lo que lo que veremos de ahora en adelante es un discurso mucho más de centro y más socialdemócrata.
No son buenas noticias para la derecha, los resultados en el Senado no son lo que esperábamos, pero, sobre todo, el espectro político está bastante corrido hacia la izquierda y en el mejor de los casos tendremos a Duque como presidente, gobernando desde el “extremo centro” como él mismo afirma. Por eso ahora más que nunca nos queda mucho trabajo por hacer, el inmediato: permear la opinión pública presionando a Duque, si llega a la presidencia, para que no se aleje tanto del camino correcto, para que no termine tan a la izquierda.
Y un trabajo, mucho más importante, que solo dará resultados a largo plazo: el pedagógico. El que durante años ha venido haciendo la izquierda. Debemos copiar su estrategia, infiltrar los medios de comunicación, los colegios, la academia y tener influenciadores para explicar y hacer pedagogía sobre la verdadera clave del desarrollo: el liberalismo económico.