El pasado 27 de mayo se realizaron las elecciones presidenciales en Colombia, 7.569.693 votos obtuvo Iván Duque el ungido de Uribe, esto representa el 39,14% de la votación.
Mientras que Gustavo Petro, el exguerrillero candidato de la izquierda, consiguió 4.851.254 votos, quedándose con el 25,08%. Por lo tanto, los colombianos tendremos que acudir a una segunda vuelta para elegir, el próximo 17 de junio, a quien asumirá la presidencia de Colombia en un momento clave para el país. Estamos en un punto de “no retorno”.
El resultado es un triunfo a medias para la derecha. Duque obtuvo 3.798.443 votos más que lo conseguido por el uribismo en la primera vuelta de hace cuatro años cuando el candidato fue Óscar Iván Zuluaga.
En la costa, donde se esperaba que Gustavo Petro arrasara, el candidato del Centro Democrático dio una fuerte pelea y terminó imponiéndose en los departamentos de Bolívar, Magdalena y Cesar. Dejando al exguerrillero solo con La Guajira, Atlántico, Sucre y Córdoba, un resultado que sorprendió a muchos.
Además, en Bogotá, donde la izquierda históricamente ha cautivado al electorado y donde Petro fue alcalde e hizo campaña a la presidencia durante cuatro años, Duque casi alcanza al exguerrillero, obtuvo 983.931 votos, mientras que Petro consiguió 1.098.478 votos.
Sumado a eso hay que resaltar que el ganador en la capital fue Sergio Fajardo quien representa a un votante socialdemócrata muy moderado a comparación del izquierdista. Por lo que si alguien perdió en Bogotá fue Gustavo Petro.
Sin embargo, el triunfo que todos esperábamos era obtener la presidencia en primera vuelta. Además, que un personaje como Gustavo Petro haya conseguido pasar a la segunda vuelta pone en evidencia que la derecha no está haciendo las cosas bien.
Es preocupante que dada la calaña del candidato de izquierda y lo que ocurre en Venezuela, tragedia de la que somos testigos de primera mano porque en Colombia hay miles de Venezolanos, el exguerrillero haya conseguido casi 5 millones de votos.
Petro ha conseguido la votación más alta de la historia de la izquierda colombiana en unas presidenciales. Lo que indica un peligroso crecimiento de la aceptación de las ideas socialistas.
Lo más preocupante es que el exguerrillero no es en absoluto un izquierdista moderado o un socialdemócrata cualquiera. Habla en los grandes medios de comunicación, que increíblemente le abren espacio, de expropiar. Incluso ha dicho a cuáles empresarios les quitaría sus tierras.
Nunca en nuestro país un candidato a la presidencia había propuesto un socialismo tan puro y duro, y resulta que le va mejor que a ningún otro izquierdista que haya participado en presidenciales. Entonces, hemos obtenido un triunfo, Iván Duque ha tenido logros que muchos ni siquiera esperábamos, pero la extrema izquierda ha mostrado un gran crecimiento, es un triunfo amargo.
¿Qué sucederá en la segunda vuelta?
Los petristas sueñan con que los 4.589.696 votos que obtuvo Sergio Fajardo terminen siendo en segunda vuelta para su líder. Sin embargo, tal ilusión no tiene asidero en la realidad. Lo primero que hay que tener en cuenta es que no pocos de los votos de Fajardo son de uribistas que tenían claro que era prácticamente imposible que Duque ganara en primera vuelta, y como ya tenía asegurado su paso a la segunda, decidieron votar por el profesor de matemáticas para intentar librarse del riesgo que significa Petro, y no dejarle ninguna oportunidad.
Eso sí, la razón fundamental por la que la mayoría de los votos de Fajardo, diría yo que por lo menos el 70% de ellos, no terminará donde Petro, es que el votante medio del paisa no es un socialista extremo.
Tal vez no se identifica con la derecha ni con Uribe, pero Petro ya puso las cartas sobre la mesa y su programa es abiertamente socialista, es muy difícil que quien votó por Fajardo termine arriesgándose a que el país caiga en las garras del socialismo.
Lo que sumará el exguerrillero para la segunda vuelta es muy poco. Petro ha intentado suavizar su discurso en estos pocos días que han pasado después de las elecciones, para parecer más moderado, pero después de haber dicho que va a expropiar, que convocará a una constituyente y que con un solo periodo gobernando no le alcanza para hacer los cambios que quiere, es muy difícil que logre engañar a la gente. Además tiene un pasado muy turbio que no lo va a dejar tranquilo.
Sumado a eso, si los votantes de Fajardo son consecuentes y analizan el comportamiento de su líder político, recordarán que durante la carrera a la primera vuelta Petro le insistió en varias oportunidades al paisa para que hicieran una coalición, y este siempre se negó, aún cuando el exguerrillero dijo que se hacía a un lado para que Fajardo fuera el líder del grupo.
Tendrán que preguntarse los seguidores de Fajardo por qué el candidato renunció a una oferta tan buena. Y para aquellos que seguían con dudas sobre lo que piensa el exalcalde de Medellín sobre Petro, en una entrevista reciente se refirió al exguerrillero como “populista”.
Entonces, si bien no es claro qué tantos votos de Fajardo terminarán con Duque, algunos de sus votantes seguramente irán por el voto en blanco o la abstención, sí es claro que muy pocos votos de los que obtuvo el paisa van a terminar donde Petro.
¿Cuál será la estrategia para el 17 de junio?
Tanto Petro como Duque deben cautivar los votos de la gente de “centro” si quieren ganar la segunda vuelta. Petro ya tiene los votos de la izquierda más extrema, esos nunca van a votar por Duque aunque el exguerrillero parezca ceder y moverse hacia el centro.
Digo “parezca” porque no me queda duda de que toda muestra de moderación que haga de ahora en adelante no es más que una estrategia mentirosa.
Su maniobra ya la puso en marcha, en los pocos días que van desde que se realizaron las elecciones ya se ha retractado por lo menos en dos afirmaciones fundamentales que había hecho. Ahora asegura que no va a expropiar, después de que dijo en una de las principales emisoras de Colombia que sí lo haría.
Y, además, ya afirma que la constituyente, de la que tanto había hablado y que tan mal cayó en la opinión pública, solo se realizará “si es necesario”.
Hasta en eso se parece el exguerrillero a Hugo Chávez. Debe haber revisado uno a uno los vídeos de las entrevistas y discursos que dio el venezolano antes de llegar al poder en el 98, cuando negaba ser socialista y hablar de la importancia de la empresa privada.
Afortunadamente es muy difícil que cualquier persona que conozca la historia de Petro y que haya seguido sus intervenciones antes de la primera vuelta presidencial le crea que es un hombre moderado de centro.
Si en Colombia no ocurre nada turbio, el próximo 17 de junio Iván Duque será elegido presidente.