En la ciudad de Cali se lleva a cabo desde el 6 de junio el Congreso Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite. Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma), exolicó a PanAm Post la preocupación que tienen los palmicultores respecto a la posibilidad de que Gustavo Petro, el candidato de la izquierda, llegue a la presidencia.
Mesa afirma que el balance de los ocho años de gobierno Santos es bastante agridulce. Recordó que el crecimiento de la economía colombiana apenas fue del 1,8% en 2017, que Standard & Poor’s redujo la calificación crediticia del país a BBB-, y que la última reforma tributaria terminó afectando al sector empresarial y desmotivando la inversión.
Aseguró también que muchos expertos consideran inminente el incumplimiento de la regla fiscal, y que la competitividad país está cada vez más rezagada, recordó que en la última medición del Doing Business Colombia bajó del puesto 53 al 59 entre 190 países. Finalizó su balance comentando que en Colombia hay una pérdida generalizada de confianza en las instituciones por cuenta de la corrupción.
Después de presentar este panorama, el presidente de Fedepalma aseguró que no queda más que esperar al 17 de junio cuando se sabrá “si las cosas se oscurecen más o si mejora la situación”.
Aunque Fedepalma siempre ha sido muy discreta respecto a las elecciones en Colombia, para Mesa esta vez es la excepción. Ante el peligro que significa Gustavo Petro, la Federación habla alto y claro sobre los riesgos que representa el candidato de la izquierda.
“Mucho está en juego para la actividad palmera empresarial y sobre todo para el país. Están en juego los principios que hemos construido poco a poco a lo largo de nuestra vida republicana. La democracia, el Estado de derecho, la economía de mercado, la libre empresa y la iniciativa privada están en riesgo”, aseguró el empresario.
Mesa afirmó que en el caso del sector agrícola, Gustavo Petro plantea un modelo obsoleto para el campo, de corte “campesinista y asistencialista”. Mientras que Iván Duque habla de un modelo moderno agroindustrial incluyente, con la vinculación de pequeños, medianos y grandes productores alrededor de proyectos productivos, competitivos y rentables, apoyados en instituciones robustas.
Por todo esto, ante tal peligro, Fedepalma se une a las declaraciones de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) y del Consejo Gremial nacional, sobre lo importante que es apoyar a la alternativa que garantiza las condiciones que requiere el “desarrollo sostenible y competitivo del agro y de la economía colombiana”, que evidentemente es la de Duque.
La agroindustria del aceite de palma es una de las más importantes materias de comercio exterior en el país. Los aceites de palma son, después del café, los que más contribuyen al buen comportamiento de las exportaciones agrícolas del país. El sector genera unos 160 mil empleos directos e indirectos en el agro colombiano. Además se caracteriza por su nivel de formalidad: mientras que la informalidad en el sector agrícola colombiano es del 82%, en el sector de la palma de aceite es de apenas 20%.