Cada año, todos los 6 de diciembre, la izquierda vuelve a hablar de la “masacre de las bananeras” en medio de un discurso político y de odio que está siempre encaminado a convencer a posibles electores de que los empresarios históricamente han maltratado a los más pobres y a los obreros, pero por supuesto hay un líder y un partido izquierdista dispuesto a defenderlos de los intereses de las transnacionales y los malvados inversionistas.
Sin embargo, los hechos son claros y en vez de una masacre lo que sucedió en 1928 fue un intento de insurrección promovido y liderado por socialistas, que terminó controlado por el Ejército. Para hablar sobre este tema hoy entrevistamos a Gilberto Ramírez, historiador de la Universidad Nacional de Colombia y candidato a Magister en Geografía de la Universidad de Los Andes.
¿Cuál es el contexto de lo que llaman “masacre de las bananeras”?
La llamada “masacre de las bananeras” se recuerda como la intervención que el Ejército de Colombia tuvo en el municipio de Ciénaga (departamento del Magdalena) el 6 de diciembre de 1928.
COmo responsables del cuidado del orden público, el ejército, en cabeza del coronel Carlos Cortés Vargas, venía haciendo una labor de custodia y protección de diversas propiedades y vidas que estaban siendo amenazadas por los huelguistas, quienes desde el 10 de noviembre de 1928 lideraban el saboteó a toda la operación comercial de la United Fruit Company, la compañía transnacional responsable de la comercialización del banano en Colombia en ese entonces.
Ante el creciente radicalismo de los huelguistas, muchos de ellos armados de machetes y hasta de fusiles, la huelga, que llego a involucrar un máximo de 3.000 trabajadores de los 32.000 de la zona bananera, empezó a ser disuelta desde que el ejército, por mandato de orden de estado de sitio y la exigencia del toque de queda a implementar, dispara contra los huelguistas en la plaza de Ciénaga. Desde ese 6 de diciembre d 1928, la huelga cesó y algunos de sus remanentes se mantuvieron hasta entrado el mes de enero de 1929.
¿ Y la versión de la izquierda?
Las izquierdas en Colombia han reivindicado el hecho como un episodio crucial de la lucha de clases en Colombia. Sobresale en la trayectoria con que la historiografía ha tratado el asunto la subestimación que se le da al papel protagónico del entonces Partido Socialista Revolucionario, a saber, el precedente directo del Partido Comunista Colombiano, y que ya desde su constitución en 1926 tenía una estrategia insurrección al para la toma del poder.
Es de destacar que dicha subestimación u omisión es contradictoria a la mismas organizaciones y líderes de izquierda, pues son ellos quiénes más han aportado evidencia sobre el carácter insurreccional promovido por diversos liberales, socialistas y anarquistas que en ese entonces prepararon o fueron protagonistas directos de los sucesos de finales de 1928.
¿Qué es lo que la izquierda no quiere que sepamos?
Lo ocurrido el 6 de diciembre de 1928 está demostrado que fue parte de un intento de insurrección general que quería agitar a los trabajadores no solo de las bananeras, sino del transporte fluvial, ferroviario y petrolero que a lo largo de todo el corredor del río Magdalena, hacían del la principal ruta de integración comercial del país, tanto entre sus regiones, como con el resto de países.
El fatídico desenlace del 6 de diciembre solo fue uno de los hechos de violencia que ya desde unas semanas antes se venía presentado en la región y en no pocas veces (de hecho, en la mayoría de veces) fueron iniciados por trabajadores armados y sindicalizados que pertenecían a la Unión Sindical de Trabajadores del Magdalena, sindicato que fue apoyado por el PSR.
La remembranza del episodio en buena medida es tan apegada a la propaganda de izquierdas de época, que todavía se habla de una “masacre” cuando sobre la cifra de muertos en el evento del 6 de diciembre aún no hay claridad. Según el reporte que se lea se puede hablar de 13 muertos o hasta un centenar si se incluye todo el tiempo que duró la huelga; más de un mes. Por supuesto, hubo víctimas mortales de lado y lado.
Es claro que la represión del ejército era inédita para los recientes conflictos laborales en el país, pero no menos inédita la amenaza de insurrección revolucionaria comunista que tenía pleno respaldo y apoyo desde instancias organizativas de ese entonces como lo era la Internacional Comunista, a la que ya desde mediados de 1928 se había afiliado el Partido Socialista Revolucionario.
¿Cuál es el punto clave para entender lo que llaman “masacre de las bananeras”?
La “masacre de las bananeras”, así, con ese nombre, es el año cero de la revolución socialista en Colombia, que con su aspiración frustrada de insurrección se busca recordar como la supuesta represión despiadada de una huelga pacífica, lo que como hemos visto dista de ser así.
Desde ese entonces, la reseña de los hechos fue alimentada con los testimonios que a conveniencia servían para inducir una crisis de política que sirviese a las aspiraciones de diversos grupos de oposición, como fue el caso del debate de un joven diputado del Partido Liberal como lo era Jorge Eliecer Gaitán, quien logró ayudar a desprestigiar al presidente de entonces y con ello prepararle el camino a la presidencia a su partido, lo que finalmente se logro en 1930. El rechazo de Gaitán a la constitución de una comisión parlamentaria que revisase los hechos es muestra de lo anterior.
El episodio ha servido desde entonces para desvirtuar toda actuación del Estado en materia de seguridad y justicia, que sin duda no ha estado exento de desmanes, pero que hay que entender a la luz de las amenazas como la de una insurrección liderada por la estrategia comunista de toma del poder que desde ese entonces se inauguró en Colombia.