El primer ministro Belga ha dimitido después de que uno de sus principales apoyos en el parlamento decidiera darle la espalda por firmar el Pacto Migratorio de la ONU. El pasado 9 de diciembre los nacionalistas flamencos del partido NVA abandonaron la coalición de gobierno porque se negaban a apoyar al primer ministro en su intención de firmar el pacto de la ONU.
El partido nacionalista flamenco es de derecha y promercado, y tras su salida de la coalición el primer ministro intentó mantenerse en el poder pactando medidas con la oposición, principalmente con los socialistas, pero no le funcionó.
El miércoles, el mandato del primer ministro llegó a su fin después de que socialistas y verdes anunciaran que pretendían proponer una moción de confianza. Después de eso, el mandatario anunció su dimisión.
Además del asunto migratorio, el otro punto fundamental en la política belga es el independentismo. La derecha flamenca es casi toda separatista. El NVA aspira a la independencia de Flandes y los sondeos le dan entre un 25 % y un 30 % del voto en la región flamenca, la más poblada; tiene casi un 60 % del total de la población. Ese porcentaje de voto se traduce, entonces, en un 18 % nacional y convierte al NVA en la primera fuerza.
En la noticia de hoy hablamos de lo que ocurre en Bélgica, del gran costo que pagó el primer ministro por cuenta de la política migratoria y en específico por el Pacto Migratorio de la ONU. Hoy reflexionamos sobre separatismo y migración, dos de los problemas más importantes que tendrá que enfrentar Europa en los próximos años.
El primer ministro Belga ha dimitido después de que uno de sus principales apoyos en el parlamento decidiera darle la espalda por firmar el Pacto Migratorio de la ONU. El pasado 9 de diciembre los nacionalistas flamencos del partido NVA abandonaron la coalición de gobierno porque se negaban a apoyar al primer ministro en su intención de firmar el pacto de la ONU.
El partido nacionalista flamenco es de derecha y promercado, y tras su salida de la coalición el primer ministro intentó mantenerse en el poder pactando medidas con la oposición, principalmente con los socialistas, pero no le funcionó.
El miércoles, el mandato del primer ministro llegó a su fin después de que socialistas y verdes anunciaran que pretendían proponer una moción de confianza. Después de eso, el mandatario anunció su dimisión.
Además del asunto migratorio, el otro punto fundamental en la política belga es el independentismo. La derecha flamenca es casi toda separatista. El NVA aspira a la independencia de Flandes y los sondeos le dan entre un 25 % y un 30 % del voto en la región flamenca, la más poblada; tiene casi un 60 % del total de la población. Ese porcentaje de voto se traduce, entonces, en un 18 % nacional y convierte al NVA en la primera fuerza.
En la noticia de hoy hablamos de lo que ocurre en Bélgica, del gran costo que pagó el primer ministro por cuenta de la política migratoria y en específico por el Pacto Migratorio de la ONU. Hoy reflexionamos sobre separatismo y migración, dos de los problemas más importantes que tendrá que enfrentar Europa en los próximos años.