Fue imposible para Michelle Bachelet seguir ignorando la situación de Venezuela. Después de la enorme presión internacional para que la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos se ocupara de lo que ocurre en el país suramericano, Bachelet envió expertos de la ONU a que verifiquen la situación.
Ayer la expresidente decidió por fin hablar, y a pesar de que Nicolás Maduro intentó esconder la tragedia que vive Venezuela, todo es tan evidente que ni Bachelet fue capaz de voltear la cara, por lo menos no por completo. “Mi oficina documentó numerosas violaciones a los derechos humanos y abusos por parte de las fuerzas de seguridad y grupos armados progubernamentales -los ‘colectivos armados’- incluyendo asesinatos, detenciones arbitrarias, torturas, amenazas e intimidaciones”, dijo la chilena.
Ayer ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la ex presidente de Chile denunció que la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional (FAES) ejecutó a 37 personas en Caracas solo en enero, en redadas ilegales en casas de zonas pobres, que han sido tradicionalmente chavistas, pero que ahora apoyan a la oposición.
También insistió en que las autoridades venezolanas “se han negado a reconocer las dimensiones y la gravedad de la crisis en materia de cuidados médicos, alimentación y servicios básicos”.
Pero Bachelet se queda corta en su informe. Dijo: “estoy muy preocupada por el debilitamiento de la democracia”. Lo que ocurre en Venezuela por supuesto es mucho más que un “debilitamiento de la democracia”, se trata de una tiranía y la gente que se muere de hambre, y no hay medicinas, por cuenta específicamente del socialismo que Bachelet aún defiende.
Es bastante descarado, a estas alturas y conociendo de fuentes primarias lo que ocurre en Venezuela, que la chilena no se atreva a hablar de tiranía y se refiera a un “debilitamiento de la democracia”. Pero además Bachelet parece avalar el discurso de Maduro de que hay que ir de nuevo a diálogo y que Juan Guaidó debería convocar a elecciones en las condiciones actuales y sentarse a negociar con el chavismo.
Aseguró la expresidente de Chile que: “es preciso que se alcance un acuerdo para una solución política”. Si algo tienen claro los venezolanos que llevan años saliendo a las calles a protestar, y que hoy mueren de hambre, es que no hay posibilidad de una salida diplomática, el chavismo simplemente se niega a salir del poder.
Sumado a esto, Bachelet señaló que las sanciones de Washington a Caracas, que afectan entre otros aspectos la venta de crudo venezolano a EE. UU., “pueden contribuir a agravar la situación económica”. En este aspecto Bachelet abiertamente se pone del lado del chavismo y aboga por ellos insinuando que el gobierno estadounidense retire las sanciones.
Bachelet no fue capaz de voltear la cara por completo, le quedaba imposible hacer tal cosa. Hoy por hoy las redes sociales están llenas de vídeos y fotos del infierno que viven los venezolanos. Tan solo ayer El ABC de España publicó un vídeo filmado por un exagente del SEBIN, donde se ven las torturas que se llevan a cabo dentro del Helicoide.
En la filmación se ve a un secuestrado diciendo que está orinando sangre y pidiendo ayuda. El vídeo muestra también un hombre con las manos amarradas y los ojos vendados rogando que por favor lo desamarren aunque sea por dos horas. También se ve a los secuestrados en una habitación tratando de dormir uno encima de otro.
Los delitos y la represión del chavismo se dan en todos los niveles, no solo los más indefensos ciudadanos de a pie son víctimas. En la madrugada de este jueves 21 de marzo, las viviendas del diputado de Voluntad Popular Sergio Vergara y de Roberto Marrero, jefe de despacho del presidente Juan Guaidó, fueron allanadas. El diputado ya está libre, pero el jefe de despacho de Guaidó y el chófer del diputado están secuestrados, Marrero alcanzó a gritar antes de que se lo llevaran que en su casa fueron sembrados dos fusiles y una granada.
Bachelet se queda corta en su informe sobre lo que ocurre en Venezuela, es una socialista de aquellas que creen que la miseria en Venezuela no es culpa del sistema económico, sino de la mala administración. Es de aquellos que piensan que Venezuela es un infierno por culpa de que el socialismo no se aplicó bien, cuando en realidad es todo lo contrario, en el país petrolero el socialismo se aplicó tan bien y a tal extremo que lograron acabar por completo con la empresa privada y la generación de valor, como consecuencia la mayoría de los venezolanos viven en la pobreza.
No hay qué agradecerle a Bachelet, su trabajo es hablar de la situación de los “derechos humanos”en el mundo, hay que exigirle que no diga mentiras como esa de que en “Venezuela ocurre un debilitamiento de la democracia” y que no sea tan descarada de ponerse del lado del chavismo, usando su mismo discurso, diciendo que las sanciones de EE. UU. van a perjudicar a los venezolanos.