En Venezuela, desde junio de 2017 se han reportado más de 9.300 casos de sarampión. En el país esclavizado por el socialismo pasaron de no tener un solo caso de difteria, a reportar más de 2500 desde el 2016. Hasta el 2017 tenían un reporte de 414.00 casos de malaria.
Estos son solo algunos de los datos presentados en el informe de 71 páginas titulado “La emergencia humanitaria en Venezuela: se requiere una respuesta a gran escala de la ONU para abordar la crisis de salud y alimentos”, que se llevó a cabo durante un año y en el que se realizaron investigaciones y entrevistas para intentar entender la tragedia que vive el venezolano promedio.
En el informe, la Universidad Johns Hopkins y Human Rights Watch (HRW) evalúan el estado del sistema de salud y la escasez de medicamentos y alimentos. La conclusión es el que el sistema de salud está “totalmente colapsado” y lo que ocurre en Venezuela es una crisis sin precedentes en Latinoamérica.
HRW habla de “aumento alarmante” de la mortalidad materna e infantil. En redes sociales son ya comunes las fotos de embarazadas dando a luz en los pisos de los hospitales. Es ampliamente conocido que no hay instrumentos quirúrgicos, ni siquiera gasas o jeringas son fáciles de conseguir, no hay con qué esterilizar los implementos o el quirófano, y en medio de todo esto, que tampoco hay medicinas. Entonces, un parto en Venezuela es una situación de alto riesgo.
También se hace evidente el alto número de personas con enfermedades que no existen en la mayoría de países porque se erradicaron con vacunación. En Venezuela hay brotes de sarampión y difteria. Igualmente se reportan incrementos drásticos del número de afectados con enfermedades como tuberculosis y malaria.
El otro drama es por supuesto el de la desnutrición. El informe recuerda que una encuesta representativa a nivel nacional, realizada por tres prestigiosas universidades de Venezuela, concluyó que el 80 % de los hogares venezolanos no cuentan con una fuente segura de alimentos, y casi dos tercios de las personas encuestadas perdieron un promedio de 11 kilos de peso durante 2017.
Respecto al drama de la desnutrición infantil, citando a Cáritas Venezuela, una organización católica que realiza un seguimiento del estado de la nutrición y brinda asistencia nutricional a niños en comunidades de bajos recursos en Caracas y varios estados, se muestra que la desnutrición aguda moderada y la desnutrición aguda severa entre niños de menos de cinco años aumentó del 10 % en febrero de 2017 al 17 % en marzo de 2018, un nivel indicativo de una crisis, según los estándares de la OMS.
También se reporta que hospitales de todo el país tienen registrados aumentos en la cantidad de ingresos de niños que presentan desnutrición aguda moderada o severa, así como de muertes de infantes con desnutrición aguda.
Resaltan también en este informe, el problema que la migración de venezolanos representa para países como Colombia y Brasil. Asegurando que muchos venezolanos se han ido del país en busca de medicamentos, insumos médicos, y servicios de salud o sanitarios básicos, lo cual está “desbordando la capacidad de estos servicios en los países receptores”.
Tan solo en Norte de Santander, Colombia, la cantidad de casos reportados de venezolanos que intentan obtener atención médica pasó de 182 en 2015 a 5.094 en 2018. Según un informe del Gobierno de Colombia, en 2018 se esperaba que más de 8.000 mujeres venezolanas embarazadas dieran a luz en este país.
El año pasado, 45 mujeres venezolanas presentaron graves enfermedades asociadas con el embarazo o el parto y siete murieron en el lado colombiano de la frontera. El bajo peso al nacer, y la mortalidad perinatal y neonatal de bebés venezolanos en Colombia ha aumentado drásticamente, en 2018 hubo 211 muertes de recién nacidos.
Finalmente, después de un amplio recorrido por cifras impactantes, los autores del informe piden al secretario general de la ONU, António Guterres, que declare que en Venezuela hay una “emergencia humanitaria compleja”, para así avanzar en la movilización de recursos. También exhortan a Guterres a “expresar claramente a las autoridades de Venezuela que tienen la responsabilidad de asegurar que la ONU pueda implementar una respuesta humanitaria acorde con la gravedad de la crisis”.
Estas cifras presentadas en este nuevo informe solo comprueban, una vez más, que Venezuela necesita ser liberada del socialismo urgentemente, lo que ocurre es una masacre. Lastimosamente, por más que la ONU, el Grupo de Lima, la OMS, y demás organizaciones citadas en el informe sigan las recomendaciones dadas por HRW y la Universidad Johns Hopkins, lo más probable es que todo siga igual, porque el poder lo tiene un tirano que por la fuerza impide incluso la entrada de ayuda humanitaria.