Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, estuvo en Venezuela. Parece que la información que todos, a nivel internacional, manejamos sobre la tragedia que sufren los venezolanos no es suficiente para que la encargada de las Naciones Unidas de velar por los derechos humanos haya alzado ya su voz de protesta ante el genocidio que ocurre.
Bachelet no ha condenado aún a Maduro, y ahora su visita al otrora país más rico de la región no dejó más que pérdidas para Juan Guaidó y ganancias para la tiranía.
En el podcast de hoy analizamos la visita de Bachelet a Venezuela y las consecuencias negativas que puede traer para Guaidó y la oposición. También hablamos de la lamentable posición de los gobiernos de América Latina, que contrarios a los intereses de los habitantes de la región, se empeñan en rechazar la posibilidad de una ayuda militar internacional que libere a Venezuela. Finalmente, conversamos sobre las intenciones ocultas y la ineptitud de algunos colaboradores del presidente Juan Guaidó.
Nuestro invitado de hoy es Pedro Urruchurtu, profesor de la Universidad Central de Venezuela y Coordinador Nacional de Formación de Vente Venezuela.
Respecto a Bachelet, nuestro invitado recuerda que la Alta Comisionada tiene toda la información sobre lo que ocurre en Venezuela y hace mucho debió actuar acorde al cargo que ocupa. Urruchurtu afirma que pretender ser “neutral” en una situación como la de Venezuela, y por ejemplo reunirse con la Asamblea Constituyente y la gente del chavismo, es ponerse del lado del opresor. «No estamos lidiando con políticos sino con criminales», dice Urruchurtu.
Respecto a las malas decisiones tomadas por gente del equipo de Guaidó y los escándalos de corrupción destapados recientemente en el PanAm Post sobre robos de los recursos para mantener a los militares que se han unido al presidente, nuestro invitado cree que parece que parte de la agenda de Guaidó fue secuestrada por algunos actores que entorpecen el proceso de liberación. “Hay intereses económicos y turbios”, afirma.
Para Urruchurtu conducir una transición conviviendo con la corrupción, las mafias y un sistema perverso, no tiene sentido, es enfático en decir que la transición principalmente tiene que ser ética. Por eso aplaude que el presidente se haya comprometido a llegar a las ultimas consecuencias respecto a los actos de corrupción de parte de su equipo.